Erika Villaecija, la mamá del Open y de la natación española
La nadadora del CN Sabadell, ganadora en su carrera de 16 medallas en campeonatos internacionales, afronta los últimos pasos de su exitosa carrera.


En el Europeo de Berlín de 2002, hace ya 16 años, Erika Villaecija se colgaba la plata en el relevo 4x200 libre, la primera de las 16 medallas que coleccionó en sus años esplendorosos, cuando fue el icono de la natación española hasta la irrupción de otros nadadores como Mireia Belmonte, Rafa Muñoz o Aschwin Wildeboer. La nadadora del CN Sabadell ha participado en cuatro Juegos Olímpicos, ha obtenido tres diplomas y ha sido la mamá de este Open de Málaga en el que se ha divertido, nadando pruebas que no formaban parte de su programa, como los 200 mariposa o los 400 estilos, y participante en la final de los 800 o 1.500 libre.
A sus 33 años, Erika ha cambiado el chip. Ahora prioriza su vida laboral, aunque mientras encuentra un trabajo estable lo compagina con la natación. "Estoy trabajando en el colegio Santa Clara de Sabadell de psicóloga y de entrenadora con los benjamines del CN Sabadell, incluso puntualmente de profesora de crossfit. Además, estoy haciendo entrevistas para trabajar en departamentos de Recursos Humanos. Este es un año de transición para dejar de nadar, pero hablé con Bart Kyzierowski, entrenador del Sabadell, en septiembre y me dijo que siguiera", comento a este diario.
La nadadora criada en el barrio de Horta de Barcelona se entrena cinco horas al día en nueve sesiones a la semana. Su proceso de asimilación de la retirada ha sido menos traumático. Licenciada en Psicología, reconoce que dar el paso no es sencillo, pues la natación se acaba convirtiendo en un "estilo de vida". "Tú decides lo que quieres hacer en todo momento. Pero cuando quieres tomarte la natación de otra manera, lo que encuentras es difícil. Al final es un estilo de vida del que debes despegarte. Cuando te despiertas y ya no tienes que entrenar es complicado afrontarlo. Si tengo un trabajo de ocho horas ya no nadaré", valora.
Erika lo veo ahora todo desde otro punto de vista, mientras que le da "rabia" ver que hay marcas "asequibles", a las que ella hubiera podido llegar en otras circunstancias. Encontró ayuda la campeona de Europa en las tutorías que realiza el Comité Olímpico Español para dar el paso a la retirada, así como la complicidad del Sabadell y de la Federación Catalana. "Me gustaría seguir en la natación toda la vida. Me gusta entrenar con las pequeñas. Mi ilusión es ser psicóloga del COE o la RFEN. Creo que puedo aportar mi experiencia", comentó, mientras le aconseja a las jóvenes que "trabajen porque al final lleguen, aunque cometan errores".