No todos los solicitantes de asilo son rechazados en la frontera: Estados Unidos da la bienvenida a los ‘refugiados’ de este país
La Casa Blanca facilitó el reasentamiento de afrikáneres blancos de Sudáfrica, pero el recibimiento no es igual para otros solicitantes de asilo.
La istración Trump demostró que no todos los que buscan asilo en Estados Unidos reciben el mismo trato. El gobierno federal fletó un vuelo de 59 afrikáners blancos desde Sudáfrica al Aeropuerto Internacional Washington-Dulles. El gobierno estadounidense les concedió el estatus de refugiados, así como el derecho al trabajo y prestaciones sociales.
Los vuelos forman parte de una Orden Ejecutiva promulgada por el presidente Trump en febrero después de que Sudáfrica estableciera una nueva ley que permite al gobierno confiscar las propiedades de las minorías étnicas del país sin compensación. El presidente y otros prominentes derechistas han promovido la teoría de que estas reformas representan una discriminación sistemática contra los afrikáners blancos.
Además de las reformas agrarias impulsadas por el gobierno sudafricano, la Casa Blanca destacó el caso presentado ante la Corte Internacional de Justicia contra Israel, por el retiro del apoyo a la istración.
“Sudáfrica ha tomado posiciones agresivas hacia los Estados Unidos y sus aliados, incluyendo acusar a Israel, no a Hamás, de genocidio en la Corte Internacional de Justicia, y revitalizar sus relaciones con Irán para desarrollar acuerdos comerciales, militares y nucleares”, señala la orden ejecutiva.
Los afrikáneres blancos representan alrededor del 7,3% de la población, y el impacto negativo de las reformas para corregir las injusticias y desigualdades creadas por el apartheid racial que hizo que el grupo dominara a la población negra durante décadas, ha sido un foco clave en la agenda de política exterior del presidente Trump.
U.S. officials greet white South Africans to whom the Trump istration has granted refugee status for being deemed victims of racial discrimination in their home country. pic.twitter.com/JwaVyziofT
— CSPAN (@cspan) May 12, 2025
El movimiento de reforma agraria de Sudáfrica
El apartheid racial en Sudáfrica, que restringía la propiedad de tierras a la población negra, terminó en 1990. La organización benéfica británica Action for Southern Africa (ACTSA) informó a principios de este año que, después de más de dos décadas, los afrikáners blancos aún poseen alrededor del 72% de las tierras agrícolas del país.
La clase blanca propietaria no ha visto con buenos ojos los intentos de redistribuir sus propiedades, y algunas facciones dentro de este grupo han acusado al gobierno de cometer un “genocidio blanco”. El multimillonario Elon Musk, que es sudafricano y tiene una relación cercana con el presidente Trump, ha sido un crítico vocal de la política de distribución de tierras del gobierno sudafricano y ha promovido la teoría del “genocidio blanco”.
En marzo, Musk publicó en X que el genocidio blanco no estaba siendo cubierto por los grandes medios de comunicación porque no “encajaba en su agenda”. Musk y otros que promueven esta teoría acusan a los líderes del Congreso Nacional Africano, el mismo partido liderado por Nelson Mandela, de intentar facilitar un genocidio de la población blanca.
Los asesinatos de granjeros blancos se citan a menudo como prueba de la teoría del genocidio y de que los afrikáneres blancos se enfrentan a una discriminación sistemática. No obstante, rara vez se aportan pruebas cuando se afirman estas afirmaciones.
Un análisis de la BBC reveló que, de los 6,953 asesinatos ocurridos entre octubre y diciembre de 2024, solo uno pudo vincularse con un agricultor, y no se informó sobre su raza. Un total de 12 asesinatos se clasificaron como “ataques a granjas”. “De los 12, uno era agricultor, cinco vivían en granjas y cuatro eran empleados, probablemente de raza negra”, explicó la BBC.
La decisión de la Casa Blanca de reasentar a los sudafricanos blancos no solo está vinculada a la reforma agraria, sino también a una acusación más grave de “discriminación sistémica”, que ignora la historia racial y política del país y los esfuerzos por corregir esos crímenes de lesa humanidad.
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