Una cubana con 87 años llega por primera vez a España, su nieto le compra pasteles nada más aterrizar y su reacción encoge millones de corazones

Hay lágrimas que encierran historias y vidas que caben en un único gesto. La reacción que Rumi Bro, creador de contenido que acumula 36.000 seguidores en TikTok, ha filmado a su abuela y compartido a través de redes sociales bien explica esta máxima. La mujer de 87 años se ha convertido en un auténtico fenómeno viral tras correr como la pólvora en las pantallas de numerosos s españoles la emocionante imagen de la señora descubriendo el particular regalo que su familia le había hecho: unos dulces.

“De la panadería para la abuela. Estos son unos dulces que trajeron para la abuela, que ella nunca los había visto”, dijo el propio influencer, que sostenía el móvil mientras su abuela desenvolvía el presente gastronómico. Al ver el surtido de dulces, fue incapaz de contener las lágrimas y, mano en boca, agradeció el regalo: “Ay Dios mío, pero esto qué cosas son. ¿Y ahora cómo yo pruebo esto?“.

Tras confirmar que, efectivamente, eran los “primeritos” que iba a probar, y que algunos de ellos parecían “pancitos”, una de sus hijas desvela otra caja, también cargada de dulces; la diferencia es que los de la segunda bandeja ya los había visto días atrás la anciana y, tal y como revela su hija, quedó prendada de ellos.

“Mira, los pasteles que tú querías con la cáscara. Cuando los vi, dije: ‘estos son los que mamá quiere’”, dice, a lo que su progenitora confiesa, abrumada, que aquel festín era demasiado: “No los puedo probar todos. No me hagan esto”. El propio Rumi deslizó que no se preocupase, que se iba “dar el gusto”, a lo que la mujer, de nuevo emocionada, terminó por romperse: “Estoy erizada”. “Te mereces esto y mucho más abuela”, puso el punto y final el influencer.

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En la caja de comentarios se han acumulado los mensajes de apoyo al creador de contenido por regalar semejante momento a su abuela, así como de denuncia política por la injusticia que supone, a juicio de muchos, que una mujer de tan avanzada edad jamás haya podido permitirse en su país de procedencia algo como un dulce. “Qué pena que una persona tenga que llegar a los 87 años para probar una cosa tan sencilla como unos bollos”, dice un internauta, levantando el aplauso de la comunidad.

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