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Adiós al café americano: la venganza por el golfo de México es el café de olla

Los establecimientos mexicanos reaccionan a los aranceles del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien quiere cambiar el nombre al Golfo.

Deja 12 euros de propina y pide un café: lo que hace el camarero después aviva el gran debate
Marta Rodríguez Peleteiro
Su trayectoria en Prisa comenzó en AS, en 2006, en la sección de Cierre. Posteriormente asumió la coordinación de la revista AS Color y la redacción de los blogs Match Point y Erratas de Campo. En 2017 pasó a formar parte de PrisaNoticias, en el control de producción de El País y AS, y volvió a AS a finales de 2022, como redactora de Tikitakas.
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La propuesta del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de cambiar el nombre del golfo de México por “golfo de América” ha suscitado un gran enfado en su país vecino. La propia presidenta de México, Claudia Sheinbaum, está siendo firme en su respuesta a los ataques del también empresario. La política expresó su rechazo a la iniciativa, sugiriendo irónicamente renombrar América del Norte como “América Mexicana”, y promete también responder con aranceles a los que imponga Trump a sus productos.

Sin embargo, las reacciones políticas no son las únicas que ha generado la ocurrencia del estadounidense. La ciudadanía mexicana se siente también ofendida con esta idea Trump y desde los bares y cafeterías están respondiendo con dejar de servir el famoso café americano. Mientras en algunos establecimientos le cambian el nombre por “canadiano”, por ejemplo, en otros ofrecen café de olla.

“¿Cómo un café americano? No me chingues. Eso es una burla. Te voy a dar un café de olla y ahorita te explico por qué”, responde una camarera ante la petición de un cliente.

Origen del café americano

Tal como explica esta mesonera, el café americano como tal no existe. “En la Segunda Guerra llegaron los americanos a Italia, donde pedían su café. Pero ahí se sirve expreso, entonces pedían un vaso con agua caliente aparte donde diluían su café expreso porque se les hacía muy cargado”, cuenta esta mujer. Con el paso del tiempo, esta preparación se fue popularizando y adoptando en diversas partes del mundo.

Entonces, los italianos, para burlarse de ellos, le llamaban a esta bebida “café americano”. “Aparte, en Estados Unidos no hay cafetales, por lo tanto, no hay grano americano. Así que mejor chíngate este café de olla, que está bien bueno, y recuerda: producto nacional”, reivindica esta mujer.

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Es importante no confundir el café americano con el café filtrado. El café filtrado o de goteo se prepara mediante un proceso de infusión en el que el agua caliente pasa lentamente a través de los granos de café molidos. El café americano, en cambio, es simplemente un expreso al que se le ha añadido agua caliente. El café filtrado tiene un perfil de sabor distinto, generalmente más suave que el expreso, pero no tiene la misma textura ni concentración que un café americano, que se caracteriza por el sabor robusto del expreso suavizado por el agua.

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