Se gasta más de 600 euros en un restaurante de dos Estrellas Michelin y los comentarios no le creen: “No le gustó nada de la degustación”
Una creadora de contenido en TikTok ha compartido su experiencia en el restaurante Bo.TiC, de Girona, donde grabó hasta tres vídeos.


Albert Sastregener y Cristina Torrent comenzaron en 2007 el proyecto de Bo.TiC, un restaurante en la costa Brava gerundense que se ha convertido en uno de los establecimientos de referencia de la zona. Con dos estrellas Michelin, es un sitio de culto para muchos aficionados de la gastronomía y, especialmente, de todos aquellos enamorados de la cocina moderna.
También, como no, es un punto de visita de muchos creadores de contenido que aprovechan su experiencia en el local para grabar sus platos y dar su opinión del sabor. La usuaria que se esconde detrás del perfil de TikTok ‘Edurnyx’ publicó tres vídeos en los que se demuestra que no paró de comer durante toda la experiencia.
El pase del menú del chef comenzó con un cóctel de bienvenida en forma de Bloody Mary con espuma de apio, tomate, chispa de tabasco y vodka que satisfizo a la comensal. También los aperitivos que simulan clásicos de la gastronomía española, como los cacahuetes, la tortilla de patata, el mejillón en escabeche y el calamar, evidentemente hechos con ingredientes totalmente rompedores.
@edurnyx Nos gastamos casi 700€ en un restaurante 2 estrellas Michelin 😱 #parati #asmr #fyp #fyppp #comida #food #foodie #michelin
♬ sonido original - edurnyx
Un buñuelo de calçots, estofado de guisantes, brandada de bacalao, un algodón de foie y maíz, un canelón de la abuela, un suquet de pescado y un arroz del ‘Senyoret’, entre otros platos, precedieron a un primer pase de entrantes que terminó con un crep de jabalí y un buñuelo de sobrasada de Mallorca. La experiencia, a tenor de las caras y de los gestos que hacía la joven, estaba siendo muy satisfactoria.
La comida acababa de empezar. Quedaban por delante una ostra con caviar, un sorbete y crujiente de hijo con parmesano y panceta, un erizo de mar, un tartar de ternera, varios platos con guisantes, un dedo, pollo, raya y pichón. Los postres, tan originales como el resto de la comida, incluían unos labios, una gyoza de mandarina, un juego de dados hecho con chocolate y frutos secos y una galleta que “sabía a turrón”.
El coste total de la experiencia para dos personas fue de 666,93 euros, una cantidad que, pese a ser alta, contentó a los comensales. Los vídeos han superado los varios millones de reproducciones, aunque en los comentarios no terminan de creerse las reacciones de la creadora de contenido. “¿700 euros eso? Me como hasta la servilleta”, reacciona uno. “Y el que graba, ¿qué come?”, se pregunta otro. “Creo que ni a ella le gustó nada de la degustación”, zanjó un tercero
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