Iglesia Católica

Los “poemas picantes” de Lorca con los que el papa Francisco enseñaba literatura: “Les despertaba la curiosidad”

Luis García Montero ha confesado en una entrevista para ‘Vanity Fair’ la conversación que tuvo con el pontífice cuando le visitó en calidad de director del Instituto Cervantes.

El Papa Francisco durante la impartición de la bendición 'Urbi et Orbi' y desea "buena Pascua" desde el balcón de la basílica de San Pedro, a 20 de abril de 2024, en Roma (Italia).
21 ABRIL 2025
Stefano Spaziani / Europa Press
21/04/2025
Sergio Murillo
Nació en Santa Marta de Tormes en 2001 y creció entre Guadalajara y Badajoz. Amante de la literatura, estudió Periodismo en la URJC. Se estrenó como jefe de Cultura en El Generacional. Ha sido corresponsal para El Estilo Libre y conductor de informativos en Cadena COPE. Entró en Diario AS en 2023 como redactor en Actualidad.
Actualizado a

Nunca ha sido ajena la cultura y la literatura ajena para ningún pontífice, cuyo conocimiento y trabajo teórico queda, en muchas ocasiones, eclipsado por la importancia de su figura mediática. Buen ejemplo de ello era Benedicto XVI, amén del amplio reconocimiento del que gozan en la comunidad teológica sus obras y estudios. Tampoco ocultaba su pasión por las letras Francisco I, quien, mucho antes de pisar el Vaticano, allá por los años 60, se desempeñaba como profesor de literatura española en Santa Fe, Argentina.

Así lo ha revelado a Vanity Fair Luis García Montero, laureado poeta y, desde 2018, director del Instituto Cervantes, organismo garante del español como lengua y vehículo cultural. La entrevista, que vio la luz poco después del deceso de Mario Vargas Llosa, transitaba las lindes de la literatura argenta cuando, como es de obligado cumplimiento, se hizo un parón en la obra de Jorge Luis Borges.

El periodista preguntó a García Montero por la iración que tanto el Papa como Vargas Llosa sentían hacia el escritor argentino y el entrevistado, presto, desveló su faceta como docente: "El primer Papa argentino iraba mucho a Borges, claro. ¿Tú sabes que Bergoglio fue profesor de Literatura en los años 60 en Santa Fe, en Argentina, que enseñaba literatura española?“.

Francisco I como profesor

La sorpresa del entrevistador debió quedarse satisfecha tras la dilatada explicación que el poeta le ofreció. “De hecho, consiguió que Borges, cuando ya estaba empezando a quedarse ciego, se montara en un autobús y se fuese de Buenos Aires a Santa Fe para hacer un taller de creación con los alumnos”, reveló, asegurando que, incluso, “Bergoglio publicó un libro de los cuentos que hicieron los alumnos tras el taller con Borges, y el propio Borges les escribió un prólogo”.

El difunto pontífice, explica García Montero, “decía de broma que era la primera vez que se veía un prólogo con un libro. Porque normalmente es un libro con prólogo, pero en este caso el prólogo de Borges era más importante que los cuentos: era un prólogo con libro”. Más allá de la anécdota, valora el literato, “que el futuro papa consiguiese eso fue algo muy impresionante”.

Tras revelar que el Instituto Cervantes va a publicar un libro donde se recogen dos largas cartas pastorales del Papa, que precisamente defienden “la importancia de la literatura en la educación de las personas”, habló sobre la ocasión en la que tuvo una audiencia con el pontífice “para pedirle permiso para lo de los cuentos, y estaba encantado”, confesando el líder espiritual del catolicismo sus debilidades literarias y sus trucos como profesor.

Su truco para captar la atención de los alumnos

De todos, resulta especialmente interesante el que ideó para captar la atención de sus alumnos cuando percibía que se estaba alejando. “Me explicó su experiencia como profesor de literatura, porque decía ‘yo empezaba por el tema uno a explicar El Cid, con ese lenguaje medieval y los niños se me aburrían. ¿Y qué hice? ¡Pues buscar una canción picante o buscar un poema picante! Por ejemplo, La casada infiel, de Federico García Lorca. ¡Y enseguida se les despertaba la curiosidad!‘“, recuerda García Montero.

Noticias relacionadas

En aquella reunión, el pontífice reconoció entre risas que “el reto” que tenía el organismo que el poeta dirige es el de “enseñarles a hablar bien español a los argentinos”. “Se estaba riendo de él mismo, porque una de las características que tuvo el papa es que fue muy irónico, y le gustaban mucho tanto la ironía como la alegría a la hora de ir contra los dogmas”, distinguió el poeta, claro reconocedor del profundo conocimiento de las letras de Francisco I.

¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí

Etiquetado en:

Comentarios
Normas

Rellene su nombre y apellidos para comentar

Tu opinión se publicará con nombres y apellidos