Un entrenador personal revela la práctica perfecta para reducir el estrés y mejorar el sueño: “Al atardecer”
Existe una solución simple, gratuita y accesible para la mayoría de las personas con la que combatir el sedentarismo y evitar las enfermedades crónicas.


En un mundo cada vez más acelerado y dominado por la tecnología, el sedentarismo se ha convertido en uno de los grandes enemigos de la salud. Pasar largas horas sentados frente a pantallas, ya sea por trabajo o entretenimiento, ha incrementado los riesgos de enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes tipo 2, problemas cardiovasculares y trastornos musculoesqueléticos. Frente a esta realidad, existe una solución simple: caminar.
A diferencia de muchas rutinas de ejercicio que requieren equipamiento, pagar la cuota de un club o entrenamiento previo, caminar es una actividad natural, gratuita y accesible para la mayoría de las personas. No importa la edad, el nivel de condición física o el lugar donde se viva, bastan unas buenas zapatillas y la voluntad de moverse para comenzar.
Los profesionales de la medicina suelen recomendar caminar al menos entre media hora y una hora al día, preferiblemente al atardecer, ya que reduce el estrés y ayuda también a mejorar el sueño. Además, caminar regularmente fortalece el corazón, reduce la presión arterial y mejora la circulación. Asimismo, esta actividad ayuda a quemar calorías, lo que contribuye al mantenimiento o la pérdida de peso. Y acelera el metabolismo y mejora la digestión.
‘Grounding’ o ‘earthing’
Asimismo, el entrenador personal y osteópata Pablo Iglesias recomienda una modalidad a la hora de caminar conocida como grounding o earthing: “Es una práctica que implica hacer o directo con la superficie de la tierra, como caminar descalzo sobre la hierba y o la arena. Esta simple acción permite que tu cuerpo se recargue con electrones negativos presentes en la tierra, lo que se traduce en numerosos beneficios para tu salud”.
Se trata de una actividad para la que se recomienda destinar un cuarto de hora al día, y cuenta con una importante batería de beneficios: “Al equilibrar los electrones en tu cuerpo, esta práctica ayuda a reducir la inflamación y, con ello, la hipersensibilización del sistema nervioso, causa común del dolor crónico. […] Su práctica ha demostrado mejorar la circulación sanguínea, lo cual es esencial para el transporte de oxígeno y nutrientes a todos los tejidos de tu cuerpo, facilitando la curación”.
Asimismo, el o con la tierra tiene un “efecto calmante, pues reduce los niveles de estrés y mejora la calidad del sueño, factores clave en la gestión del dolor”. Y, por si fuera poco, mejora el estado de ánimo al estar en o con la luz natural del sol. “Incrementa la producción de serotonina, neurotransmisor asociado con un estado de ánimo positivo, lo cual ayuda a gestionar el dolor físico”.
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