Cuidado si tomas alguna de estas bebidas: están dañando tu riñón con cada sorbo
Estos dos órganos en forma de frijol son fundamentales para la limpieza, el equilibro y la regulación de nuestro organismo. Es importante cuidarlos para no acumular toxinas y líquidos.


Los riñones, aunque pequeños en tamaño, desempeñan un papel crucial en el mantenimiento de la salud general del cuerpo humano. Son dos órganos en forma de frijol, ubicados a ambos lados de la columna vertebral, justo debajo de la caja torácica. Su importancia va mucho más allá de la producción de orina: son lo más parecido a dos centrales de limpieza, equilibrio y regulación en nuestro organismo.
Cuando estos no funcionan adecuadamente, el cuerpo comienza a acumular toxinas y líquidos, lo que puede llevar a síntomas como fatiga, hinchazón, náuseas, debilidad y dificultad para concentrarse. Si la enfermedad renal progresa sin tratamiento, puede desembocar en insuficiencia renal, que requiere tratamientos como la diálisis o incluso un trasplante.
Por ello, es fundamental cuidarlos. Beber suficiente agua para ayudarles a eliminar desechos de manera eficiente, reducir el consumo de sal, tener a raya enfermedades como la diabetes y la hipertensión, no abusar de analgésicos y antiinflamatorios, y hacer ejercicio de forma regular son consejos clave para evitar dañar los riñones con el tiempo. Sin embargo, se puede hacer todavía más, evitando ciertas bebidas perjudiciales para estos órganos.
Qué no debes beber
Entre las principales bebidas que no ayudan a mantener un buen estado de salud en de los riñones están los refrescos de color oscuro. ¿La razón? Su alto contenido en ácido fosfórico, que estaría detrás de un mayor riesgo de daño renal y de los dolorosos cálculos renales. Además, contienen una gran cantidad de azúcar y edulcorantes artificiales, que empeoran la función renal con el tiempo.
Asimismo, los expertos tampoco recomiendan el consumo de zumos de frutas envasados, ya que la mayor parte de ellos están cargos de azúcares añadidos, conservantes y saborizantes artificiales, y, precisamente, poco tienen de fruta. Este azúcar lleva a picos de insulina e hipertensión, que pueden devenir en problemas renales crónicos.
Por otro lado, tampoco se recomienda el alcohol, ya que este deshidrata el cuerpo e interfiere con las hormonas que afectan a la función renal. Como es conocido, el alcohol daña también el hígado, lo que sobrecargaría más el funcionamiento de los riñones.
Por último, hay que olvidarse de las bebidas energéticas y de las que se visten de deportivas. Las primeras son una importante fuente de cafeína, azúcares añadidos y vitaminas sintéticas que sobreestimulan los riñones. Y las segundas están repletas de sodio, azúcares y colorantes artificiales. Todo lo que ningún médico recomendaría consumir para cuidar de los riñones.
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