El inusual truco de Karlos Arguiñano para hacer torrijas: “Con abundante aceite...”
El chef vasco recoge en uno de sus libros, ‘En familia con Karlos Arguiñano’, su versión del dulce estrella de la Semana Santa.


La comida en sí misma no entiende de fechas ni de celebraciones, pero el ser humano se encarga de atribuir a cada evento del año uno o varios platos tradicionales con los que pasar el festejo. En otras ocasiones se consume un producto por necesidad o, incluso, por descarte, lo que lleva a una cierta sofisticación del plato. Esto ocurre con las torrijas en Semana Santa, cuya razón de existir se debe, en gran parte, a la cuaresma: como se buscaba —y se busca— alejarse de la carne, se volvió prioritario encontrar un plato contundente que sí respetase las normas y razones religiosas.
De esa semilla nació la torrija; y del cocinado de las gentes, las diferentes formas de prepararlas. Con la Semana Santa asomando en el calendario, conviene escuchar a voces expertas que ofrezcan su versión de esta receta, originalmente constituida de pan, huevo y fritura, para descubrir nuevos horizontes de lo dulce o, si se prefiere, continuar degustando las que se han ganado a pulso y estómago ser denominadas ‘las de toda la vida’. Uno de los chefs más autorizados para deslizar su opinión, tanto por reconocimiento gastronómico como social, es Karlos Arguiñano, quien ha explicado en más de una ocasión cómo hace él las torrijas y, sobre todo, dónde se encuentra el toque especial que eleva a una categoría superior su propuesta.
Según detalla en En familia con Karlos Arguiñano, uno de los puntos diferenciales de su torrija se encuentra en el efecto de infusionar el aceite ya caliente con una pequeña corteza de limón. “En una sartén con abundante aceite, añade una corteza de cáscara de limón”, explica, sin dar lugar a interpretaciones; de esta manera, los aceites esenciales de la piel de la fruta cítrica se expanden más fácilmente y, con el calor, dejan impregnadas de sabor las torrijas.
La receta al completo
En otra ocasión terminó de redondear la receta en una emisión de su programa en Antena 3. Primero ponía la leche a calentar y después añadía chocolate negro, cacao, azúcar y esencia de vainilla. “Mezclamos bien y lo calentamos, y cuando se funda todo lo dejamos que se atempere”, explicaba. Tras esto, cortaba las rebanadas de pan y las untaba en la mezcla. “Ahora lo que tenemos que hacer es bañar bien las torrijas que hemos cortado. Ese va a ser el proceso más largo, porque lo vamos a dejar aquí 20 minutos para que empapen bien”, detallaba.
Es en este punto, mientras se están empapando las rodajas de pan, cuando se debe freír el limón (o la ralladura de naranja, si se prefiere); en ese mismo aceite, más tarde, y tras pasar por huevo las torrijas, deben freírse. Y así, una vez completada la receta, la cuaresma es menos cuaresma.
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