Acude al restaurante de Dabiz Muñoz en Barajas y en los comentarios no dan crédito: “Está bueno pero...”
La creadora de contenido Carolina Moura visitó Hungry y, aunque disfrutó los dos platos que pidió, no pudo evitar señalar un detalle.


Los aeropuertos son el lugar de paso por excelencia. Gentes de diferentes partes del globo vienen y van, se mueven de una terminal a otra y pasean entre tiendas que, incrustadas en pasillos de poca identidad nacional, tratan de vender a la vista y al bolsillo una imagen rápida de la cultura del país. Algo más internacionalizada es la propuesta de Dabiz Muñoz en Barajas, local que ha visitado la creadora de contenido Carolina Moura, quien acumula 1′8 millones de seguidores en TikTok, para elaborar una reseña que no ha pasado desapercibida en redes.
“Hoy probamos Hungry, que es este restaurante de Dabiz Muñoz, que únicamente está en la Terminal 4 del aeropuerto de Madrid”, decía, en un primer momento. Posteriormente, y para su sorpresa, numerosos s han asegurado a la influencer que, en realidad, el restaurante en cuestión ya se encuentra en todas las terminales del aeródromo, así como en otros aeropuertos. En primer lugar se acerca a una pantalla y revisa la carta. “Tenemos un poco de todo, pero para que entendáis los precios, o sea, no es barato”, dice, tras un primer vistazo; luego se acerca al mostrador y confiesa que algo ha llamado su atención: “Son los huevos benedict a la japonesa. Veremos qué tal”.
@carolynnna Hungry📍 el restaurante de DABIZ MUÑOZ que solo podrás probar si te pasas por el aeropuerto de Madrid en la terminal 4S HEAVY
♬ Club Penguin Pizza Parlor - Cozy Penguin
Entonces llegó la tosta en cuestión, “que es un monstruo”, y un cruasán. Empezó con la primera, que estaba “sobre un pan brioche super blandito y tierno”, y que se comió sin poder evitar una “guarrada, por Dios”. Le gustó. “Opinión. Está increíble. Sí que es cierto que me gustaría que el pan estuviera un poco más tostado, pero está súper bien compensado y es súper ‘suavita’; y el bacon crujiente, que está perfecto”, dijo, calificando el plato de 8′5.
Después llegó el turno del cruasán. “Realmente no tiene ningún misterio, simplemente lo hacen en una especie de plataforma de metal”, confiesa, antes de probarlo; tras ello, no pudo ocultar lo mucho que le gustaba: “Mentiría si dijese que no está bueno porque realmente lo está, pero cuesta tres pavos y simplemente es porque lo han metido en una caja de metal. Está crujiente por fuera, blandito por dentro. O sea, está bien hecho. Además, hay un relleno que cuesta cinco pavos”.
Aunque las dos cosas que había pedido le habían gustado, al preguntarse si valía la pena el sitio respondió que, aunque “está bueno”, era muy caro. En total, se había dejado 12′90 euros. En la caja de comentarios señalaron que, para tratarse de un aeropuerto y de un restaurante con la firma de Dabiz Muñoz, en realidad, tampoco era tan elevado el precio.
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