Badosa sufre, pero no falta a su cita con la tercera ronda

De un tiempo a esta parte, Paula Badosa ha sabido abrazar el sufrimiento y convertirlo en una parte positiva y esencial de su tenis. Ya sea por su lesión de espalda o por las consecuencias derivadas de la misma, ya que acarrea falta de tiempo para la preparación, con la consiguiente dificultad para resolver compromisos que en otras circunstancias serían menos complicados para ella, a la española le cuesta ganar, pero lo consigue. Y se está acostumbrando a ello. En la primera ronda de Roland Garros, el pasado lunes, remontó para vencer a la ganadora de cuatro Grand Slams Naomi Osaka. Y este miércoles volvió a levantar un marcador adverso, esta vez en una situación corporal delicada, ante Elena Gabriela Ruse, una buena sacadora que le planteó muchas dificultades y a la que finalmente superó por 3-6, 6-4 y 6-4 en 2h22.

“Ha sido muy duro para mí, al principio del partido no me encontraba bien, tenía un poco de fiebre (le tomaron las constantes después del primer set). Pero cada vez que juego Roland Garros consigo esta comunión con el público. La gente me ha apoyado tanto que ha sido clave para mí, porque no tenía fuerza ni energía, y me la han dado, cuando en el segundo set también me ha faltado, y hasta el último juego. He visto banderas españolas y también les doy las gracias por haber venido a animarme”, dijo Paula, que superó las adversidades para no faltar a su cita con la tercera ronda. Y es que nunca ha fallado en el segundo partido del major francés. Es la segunda española que suma al menos dos victorias por edición en sus cinco primeras participaciones, después de Conchita Martínez. Su rival para el sábado es la australiana Daria Kasatkina.

Un desarrollo sinuoso

“Traté de dar todo lo que tenía, que no era fácil tal y como estaba. Los fisios y mi equipo me dieron algo para aguantar y traté de mantener la calma y jugar de una forma menos física”, explicó Badosa, que vio cómo se le escapaba el primer set cuando lo había comenzado con break y una ventaja de 2-0. Pero hubo muchas roturas y en el río revuelto sacó ganancia Ruse. En el segundo parcial, la de Begur tomó distancia de dos quiebres y la mantuvo, pese a que la rumana de 27 años y 80ª del mundo acortó distancias y amenazó con la remontada. No fue así, y en la tercera manga, rompió Paula de salida, luego salvó puntos de break y estuvo cerca de sumar otro para sentenciar.

Aunque al final, ante la mirada de su pareja, el griego Stefanos Tsitsipas, de incógnito en la grada encapuchado con una sudadera y gafas negras, tuvo que aguantar la presión de su oponente, que sufrió problemas en el muslo derecho poco antes y fue atendida. En el último juego levantó un 0-30 y celebró el punto de partido a alarido limpio, con mucha rabia. No era para menos.

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