Alcaraz paga caras las desconexiones ante Lehecka

Los apagones que sufre Carlos Alcaraz en distintas fases de los partidos no suponen algo nueva en la todavía corta trayectoria del murciano, que en numerosas ocasiones ha reconocido que trabaja para paliarlos. Esta semana, en Doha, le pasó en octavos de final frente a Luca Nardi, quien le hizo cinco juegos seguidos para robarle el segundo set, y le sucedió nuevamente este jueves en cuartos ante Jiri Lehecka, quien no fue tan benevolente y le hizo pagar caras las desconexiones. Cierto es que la de hoy fue más tenística que mental, pero igual de dolorosa a la postre. Capaz también de lo mejor, Alcaraz combinó estas malas rachas con momentos de brillantez y estuvo break arriba en los tres sets, pero acabó sucumbiendo frente al checo (6-3, 3-6 y 6-4 en 2h09) para quedarse a las puertas de unas semifinales que Lehecka disputará frente a Jack Draper, que superó a Matteo Berrettini por 4-6, 6-4 y 6-3 en 2h21.

“Para mí, una de las cosas más difíciles en tenis es mantener la concentración en todo el partido, hacerlo durante dos o tres horas seguidas, para mí es de lo más difícil en el tenis”, explicó Alcaraz el miércoles, poco después de salvar el bajón, tenístico y de energía, que tuvo frente a Nardi. Su lucha contra las desconexiones en los partidos no es algo nuevo. “Es algo en lo que estamos trabajando”, reconoció al respecto en el pasado Open de Australia tras sufrir por momentos en una primera ronda que tenía bajo control frente a Alexander Shevchenko. Dicho por él mismo, mantener la concentración durante todo un encuentro le resulta muy complicado. “Siguen estando, obviamente. Una cosa son las desconexiones y otra cosa es no lucharlo. Obviamente, es una de las grandes cosas que tengo que mejorar. Yo intento siempre luchar por cada juego, cada punto”, justificó en el pasado Wimbledon tras sufrir frente a Ugo Humbert, y muy similar le ocurrió en el US Open ante Li Tu, al que entregó un set en un partido que dominaba. “Yo cometí muchos errores que no tocaban. Son cosas que tengo que ir mejorando”, dijo entonces.

Este viernes, ante Lehecka, de 23 años y 25º del ranking mundial, el partido del ganador de cuatro Grand Slams fue nuevamente una montaña rusa de emociones y sensaciones. “El tenis son pequeñas cosas, por un punto puede cambiar el partido, y es lo que hay que intentar que no suceda la próxima vez, cuando estoy arriba en el marcador o dominando el partido, seguir apretando”, fue la conclusión de Carlos esta vez. Abrió el partido con un tempranero break, pero el checo se metió de lleno en el duelo a base de cañonazos, con una poderosa derecha y primeros servicios que tocaron los 230 kilómetros por hora, y un parcial de 5-1 le dio la primera manga. Pegaba a placer Jiri, que nunca había ganado a un rival del top-3 mundial (estaba 0-5), pero que puede ser un cyborg si juega en estático (se vio en el Madrid Open del año pasado durante su victoria frente a Rafa Nadal). Cambió la dinámica en el segundo parcial, en el que Charly sí que pudo mover más a su contrincante y, aprovechando la única bola de break de todo el set, igualó la contienda. Volvía a ser el Alcaraz de siempre.

Se veía a un Alcaraz mucho más acertado y firme sobre la pista central del Khalifa International Tennis. Amenazó con la rotura a las primeras de cambio del tercer set, y a la segunda que tuvo no se le escapó para colocarse 4-2, a dos juegos de la victoria. Tuvo incluso otra opción de quiebre que le habría puesto dos breaks arriba, pero la desaprovechó y Lehecka se vino arriba, tanto que Alcaraz no pudo con su intensidad: concedió dos opciones de rotura al checo, que se apoderó de ambas, siendo la última de ellas además bola de partido. No falló en aquellos momentos Jiri y sí lo hizo Carlos, que acabó con 31 errores no forzados. “Es genial tener una noche así. El partido ha sido un sube y baja desde el principio. Ganar a un jugador así es un gran logro. Creo en mí mismo y sé que tengo el nivel para producir este tenis. Sé que si soy consistente en los partidos podré tener más resultados así. Lo más importante es que he creído en mi juego y no me he venido abajo. Quería ser agresivo, con mi estilo, llevarle al límite, y he esperado al momento para hacerlo”, explicó Lehecka tras poner punto final a la racha de siete triunfos consecutivos del español, que se despide de su primera experiencia en Doha con un gatillazo.

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