Xabi y el reto de honrar el legado de Ancelotti
Se va Ancelotti, aterriza Xabi Alonso. Ley de vida. La del fútbol, que cierra e inicia proyectos con una velocidad que asusta. Pero es el devenir existencial del club más exigente de todos los tiempos. Por eso, iro el paso que ha dado el tolosarra. No es lo mismo sustituir a Rafa Benítez o Julen Lopetegui (que sufrieron en sus inicios en el banquillo del Bernabéu hasta ser despedidos prematuramente) que tomar el relevo del mejor entrenador de la historia del Real Madrid. Carletto ha dejado el listón a la altura del Everest, pero Xabi está preparado para afrontar el órdago sin titubeos y con una autoestima que me tranquiliza. Xabi viene avalado por su milagro de los panes y los peces, protagonizado durante dos años mágicos en Leverkusen. La Bundesliga que conquistó hace dos cursos, sin perder un solo partido, pasará al Guinness de los grandes récords de este maravilloso deporte.
Xabi está preparado. Tiene juventud (43 años), conoce la casa (jugó aquí de 2009 a 2014), sabe lo que es levantar la Champions (aunque una triste sanción le impidió jugar la final de Lisboa ante el Atleti, pero esa Décima también llevó su sello), maneja con inteligencia emocional las comparecencias de prensa y llevaba tiempo soñando con este momento.
Como entrenador empezó en el Infantil blanco en Valdebebas (2018) y tras curtirse en el filial donostiarra se fue a Alemania para doctorarse a lo grande. A los dos meses ya hablaba perfecto alemán, lo que refleja lo profesional e inteligente que es el nuevo guardián del banquillo del Bernabéu. Xabi es elegante, vistiendo y hablando, lo que permitirá llevar mejor la transición con Ancelotti, otro señor de las pizarras. Xabi tiene mucho trabajo por delante y desde este lunes ya se pondrá manos a la obra. Fue valiente al aceptar el reto del Mundial con un equipo con el que no ha trabajado, pero el club le ha traído dos defensas de garantías (Alexander Arnold y Huijsen) y trabaja en los despachos para darle a Álvaro Carreras antes de subirse al avión rumbo a Nueva York. Xabi, bienvenido de nuevo a casa. Jamás olvidaremos tu enloquecida carrera por la banda del estadio de Da Luz para celebrar el gol épico de Sergio Ramos al Atleti. Sientes este escudo. Y eso te ayudará a cumplir tu sueño. Suerte, míster.
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