El Betis se estrelló con la realidad

Fue bonito mientras duró, unos 55 minutos, que fueron los que el Betis estuvo en el partido. Y bastante bien, incluso estupendamente en la primera media hora, con Isco imperial, Abde peligrosísimo, Johnny intenso, Bartra omnipresente… Por desgracia, ni Antony ni Bakambu pitaron ni en esa primera media hora ni tampoco después. Si llegan a contribuir, el Betis podría haber establecido una distancia importante. Se adelantó con un gol rápido de Abde, aprovechando un pase magistral de Isco, Bartra le forzó una gran parada a Jorgensen y Johnny tuvo un remate claro que un pie desvió a córner. El Chelsea no se encontraba.

Pero todo fue cambiando paulatinamente. Era de temer, porque el Chelsea tenía más físico y poco a poco se tenía que notar. Además se produjeron dos cambios en sendas bandas izquierdas que desequilibraron la balanza: se fue Abde, dolorido, y entró Jesús Rodríguez, mientras que en el Chelsea entró Sancho, que mejoró el ataque londinense. Palmer, un gran jugador que regatea con estilo y tiene un taco de billar por pierna izquierda, encontró en la proximidad de Jesús Rodríguez facilidades que aprovechó para meter dos asistencias mortales de necesidad, aprovechadas respectivamente por Enzo Fernández y Jackson.

Pero no culpemos a Jesús, jugador de futuro. Para entonces el Betis ya estaba muy hundido, incapaz de salir, y Pellegrini no supo aliviar el problema a tiempo. A partir del 1-2, el Betis le echó coraje y salió, pero Isco no tuvo socio adecuado en el ataque (la gran decepción del día fue Antony) y la ofensiva sólo sirvió para darle pista libre al Chelsea camino de la goleada. Lástima por los 15.000 béticos desplazados y tantísimos otros que durante bastantes minutos pudieron ilusionarse, pero la realidad se hizo presente. Queda el recuerdo de una bonita aventura y la seguridad del retorno a Europa el curso próximo, ganado a ley.

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