“Les dijimos a los pilotos: ‘Si estorbamos, mandadnos a la mierda”
Brad Pitt cuenta cómo se gestó la grabación entre bastidores de ‘F1: The Movie’, junto a la parrilla oficial del Gran Crico. “Fue muy profesional”, asegura Hamilton.


Cualquier parecido con la realidad en la Fórmula 1 siempre fue pura coincidencia. Pero hasta ahora, ficción y realida nunca habían estado tan cerca en el ecosistema del Gran Circo, como lo han hecho durante la grabación de F1: The Movie. El Mundial se entremezcló con algunos de los nombres más grandes de Hollywood, como el de Brad Pitt o Damson Idris, para unir fuerzas y llevar hasta la gran pantalla “la mejor película de carreras de todos los tiempos”. O al menos, así es como la definen aquellos que han vivido entre bastidores una grabación que comenzó en Yas Marina durante el GP de Abu Dhabi (2023) y visitó Las Vegas, México, Reino Unido y Japón.
En torno a esos escenarios los pilotos de Fórmula 1 compartieron espacio con Brad Pitt y Damson Idris. Y desde el primer momento, como desvela en GQ Magazine, el actor americano fue claro con los verdaderos protagonistas que tenían un Mundial en juego: “Después de la primera vez en Silverstone, nos sentamos con los pilotos en una de sus reuniones y les dijimos: ‘Si alguna vez estorbamos, mandadnos a la mierda". Los comienzos nunca fueron fáciles: “En 2023 me sentía como si estuviera en el jardín de otro, en casa de otro. Yo quería mostrarme más humilde y más tímido. Sentía un gran respeto hacia ellos y hacia este deporte”. Pero una vez se afianzó la relación entre la parrilla del Gran Circo y los actores, todo fluyó con normalidad: “Al año siguiente, al rodar allí (en Silverstone), ya sentía que era nuestra casa, que estábamos tan integrados en el ecosistema que todo salía a pedir de boca”.
Desde la posición del piloto nunca hubo rechazo, sino “mucha curiosidad” como ite Lewis Hamilton: “Es un mundo completamente diferente que se está introduciendo en el nuestro, y creo que era fácil pensar que la gente podría ser invasiva y tratar de controlarlo todo, de sobrepasar los límites”. Pero la coexistencia entre equipos y actores acabó con final feliz: “Su acercamiento fue muy profesional”. El heptcampeón dsifrutó de la experiencia, pero vivió partes complejas por su dislexia: “Soy disléxico, así que leer un guión de 130 páginas una y otra vez en los plazos indicados era un reto para mí. Pero si me comprometo con algo, me entrego al cien por cien”. De ahí que el resultado haya fascinado a todo el mundo que formó parte del paddock durante esa época.
“Max Verstappen se para a mi lado, se baja, está cabreadisimo y yo estoy ahí, sentado en el coche, intentando pasar desapercibido. Esas cosas no se pueden fingir. Y ver eso en pantalla hace que el espectador sepa que esto es real”, comentaba Damson Idris, sobre un realismo que se presenta como el gran atractivo de la película. Esa, que habla del mundo de las carreras y que aunque les convirtió en actores secundarios sobre el asfalto, también les despertó el gusanillo de la competitiviad: “Soy más rápido que Brad. Puede que él tenga un mejor método para calentar los neumáticos, y para pillar velocidad más rápido que yo. Pero cuando estuvimos entrenando en Austin, en el Circuito de las Américas, nos cronometré a los dos por primera vez, y definitivamente, sin restricciones, soy más rápido".
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