FBC: Firebreak, ya hemos jugado al frenético shooter cooperativo de Control y es puro Remedy

MeriStation viaja hasta las gélidas tierras finlandesas para jugar por primera vez a FBC: Firebreak, la primera experiencia multijugador online de los creadores de videojuegos tan celebrados como Alan Wake –tanto el primero como su más reciente secuela–, Control, Quantum Break o Max Payne. Tanto es así, que nos sumergimos en las profundidades de las oficinas de Remedy Entertainment, próximas a la ciudad de Helsinki, para experimentar de primera mano todo lo que tiene por ofrecer este sorprendente spin-off de Control, ahora en formato first person shooter cooperativo para tres jugadores de corte PvE en el que sobrevivir a la infestación sobrenatural del cuartel general de la Oficina Federal de Control (FBC), un lugar impredecible y extradimensional que atraviesa sus horas más oscuras. No te pierdas nuestras impresiones de FBC: Firebreak tras jugar un par de horas a lo nuevo de Remedy; y eso son siempre palabras mayores.

Supervivencia en modo cooperativo: el nuevo giro de tuerca de Remedy

Y es que una compañía tan arraigada a las experiencias narrativas para un jugador como Remedy ha visto en FBC: Firebreak una oportunidad perfecta para abrirse a nuevas formas de entender el videojuego; y con todo su legado dedicado a la acción pura como excusa ideal para la diversión más directa. Así nos lo explicó su director Mike Kayatta, a través de una charla de lo más constructiva sobre sus objetivos con este nuevo acercamiento del estudio, totalmente inédito: “Es un gran salto”, asegura Kayatta sobre cambio de paradigma con FBC: Firebreak respecto a sus anteriores títulos. “Tomamos la base de Control y nos preguntamos qué sucedería en ese universo si hasta tres personas a la vez tomasen el timón de los acontecimientos”.

En este sentido, Kayatta añade que tomaron el lore y el universo ya establecido de Control para diseñar un videojuego en el que la supervivencia tuviera sentido; y las oficinas del FBC se convierten en el lienzo ideal para dar sentido a esta orgía de balas, terror y un montón de cachivaches que usar a nuestro favor para superar las diferentes misiones que nos propone FBC: Firebreak, que no son pocas. Para ello, Remedy preparó a los medios invitados toda una experiencia en la que hacernos partícipes del misterioso e inquietante lore de Control aplicado a la experiencia multijugador de FBC: Firebreak, a través de un escenario real al más puro estilo room escape con hasta tres PC listos para dar rienda suelta a nuestras habilidades en el terreno de los FPS, aunque con una premisa muy clara: la colaboración y la sinergia entre los tres jugadores participantes.

A grandes rasgos, FBC: Firebreak responde a los cánones de lo que debe ser un first person shooter cooperativo: varias clases o tipos de personajes –en este caso, tres– con sus propias fortalezas y debilidades, con armas, equipamiento y habilidades muy diferenciadas que, no obstante, combinadas correctamente multiplican las posibilidades de supervivencia. Siguiendo un hilo narrativo que se desprende del final de Control, los responsables del FBC llevan seis años encerrados en la Oficina Federal de Control para tratar de contener el Hiss, la ya conocida amenaza interdimensional capaz de infectar a los humanos y convertirlos en monstruos. Como parte de la Iniciativa Firebreak, nuestra misión será la de formar equipo junto a dos compañeros más para llevar a cabo incursiones en las zonas más peligrosas de la Casa Más Antigua y tratar de acabar con el Hiss y todas las criaturas que provocan muerte y caos.

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Nuestras primeras partidas a FBC: Firebreak son de adaptación a los mandos, tratando de dar con la sinergia más favorable junto a nuestros compañeros de escuadra. Cada uno de los jugadores puede elegir entre tres clases distintas, con la posibilidad de repetir clase si así se desea. Eso sí, el éxito de cada misión no solo depende de nuestra habilidad con armas convencionales como pistolas, escopetas o rifles automáticos, sino que tendremos que sacar provecho de las ventajas cooperativas de cada clase para así combinarlas entre sí y trabajar en equipo, mucho más que en otros juegos similares. Tal y como nos apuntó el equipo de desarrollo, no se trata de un FPS al uso, sino que FBC: Firebreak premia, y de qué manera, un adecuado uso de todas las herramientas a nuestro alcance, ya sean individuales o en sinergia con los otros dos jugadores. Son tan importantes las armas como los gadgets que puede equipar cada personaje.

Las tres clases de personajes están basadas en diferentes Kits. Por un lado tenemos el Kit eléctrico, capaz de activar mecanismos y electrocutar a los enemigos. Por otro lado está el Kit reparador, especializado en arreglar toda clase de cachivaches de forma mucho más rápida con especial énfasis en el cuerpo a cuerpo. Por último encontramos el Kit acuático con el que mojar a los enemigos para provocar más daño combinado con otros ataques –como por ejemplo, la electricidad– y ofrecer soporte vital a nuestros compañeros. La gracia del asunto está en que la combinación de todos estos elementos da lugar a los efectos más inesperados en pleno combate, a lo que debemos añadir multitud de perks de mejora, herramientas extra, más tipos de armas desbloqueables, granadas de diferentes tipos, ataques ultra con cooldown y mucho más. Todo ello, además, mientras tratamos de contener las constantes hordas de enemigos, algunos conocidos de Control, otros totalmente inéditos y sorprendentes.

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El sistema de progreso viene marcado por nuestros logros en cada partida, ya sean individuales o en equipo, además de la posibilidad de recoger coleccionables que nos proporcionen más elementos desbloqueables. Desde luego, ante nosotros se nos abre un enorme abanico de posibilidades con las que interactuar y evolucionar mientras jugamos partida tras partida, acto tras acto, Trabajo tras Trabajo. Y es aquí cuando llegamos a la otra gran pata de FBC: Firebreak: los llamados Jobs o niveles disponibles. En total, el nuevo título de Remedy ofrecerá hasta cinco niveles de inicio, con la promesa de ampliar el lote con dos niveles más durante los siguientes meses tras el lanzamiento del juego en junio. Cada nivel está compuesto por varias misiones que se desarrollan en diferentes mapas, todos ellos claramente inspirado en Control y las instalaciones del FBC. Desde luego, cualquiera que allá jugado a Control encontrará un sinfín de referencias y detalles extraídos directamente de la aventura protagonizada por Jesse Faden.

En nuestra sesión de juego pudimos disfrutar de varios niveles de tres de ellos, los cuales son Hot Fix, ambientado en los niveles más profundos de mantenimiento del FBC, en los que reparar toda clase de sistemas dañados por el Hiss; Paper Chase, en este caso a través de varias oficinas del FBC afectadas por millones de hojas amarillas de blocs de notas, con un colosal jefe final creado a partir de esta maldición –lo gracioso del tema es que se nos pide destruir de las formas más creativas miles y miles de hojas antes de acceder al siguiente evento mientras lidiamos con hordas de enemigos sedientos de sangre–; y por último, Ground Control, la famosa cantera del FBC irradiada por enjambres de Sanguijuelas Astrales. El objetivo era conseguir perlas radioactivas para cargar una lanzadera de contención y trasladarla hasta el núcleo de lanzamiento, todo ello mientras acudimos a duchas de agua para bajar la radiación y evitar así la muerte. En todas las misiones se juega a través de pasos más o menos similares: abrirse paso entre hordas de enemigos, cumplir la misión de turno, eliminar cierto objetivo y escapar con vida.

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Además, se incluyen objetivos extra que podemos cumplir o no, y que nos ayudarán a salir victoriosos si así lo logramos; claro está, cumplir con estos objetivos llamados Corruptos añade más complejidad y dificultad a cada incursión, aunque si se logran se obtienen grandes beneficios. Lo cierto es que este cóctel ideado por Remedy desborda personalidad, al menos durante las primeras horas de juego. Si bien no parece apostar por una gran precisión a nivel de gunplay, el verdadero éxito de FBC: Firebreak radica en la constante combinación de armas y gadgets. Acción directa y constante, sí, pero también con grandes dosis de estrategia en tiempo real a la hora de encontrar sinergias entre jugadores y sacar el máximo provecho a nuestras capacidades.

Está claro que aún queda mucho por descubrir en este sentido, puesto que la oferta de perks, gadgets, armas y posibilidades se antoja enorme. En ello tiene mucho que decir el motor gráfico del juego, de nuevo, basado en la tecnología propia del estudio, el Northlight Engine, potenciado hasta las últimas consecuencias tanto a nivel gráfico como de rendimiento, al menos en PC. Tendremos que esperar a la versión final disponible también en PS5 y Xbox Series X|S para comprobar todo su potencial y ver si realmente es capaz de adaptarse a las peculiaridades del género.

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FBC: Firebreak tiene previsto su lanzamiento el próximo 17 de junio en PC, PlayStation 5 y Xbox Series X|S, título que llegará con un precio reducido de 39,99 euros –la versión Deluxe costará 10 euros más con una serie de elementos estéticos extra–, además de estar disponible desde el primer día tanto en PS Plus Extra y como en Game Ultimate sin coste adicional, incluyendo juego cruzado entre todas las plataformas. Desde Remedy nos aseguraron que el juego se actualizará con numerosas novedades tras su lanzamiento oficial, ya sea en forma de dos nuevos niveles o Jobs u otros elementos ingame, tanto cosméticos como armas y perks. Además, también habrá disponible una amplia sección de elementos cosméticos exclusivos, eso sí, en este caso de pago a través de microtransacciones. No se venderán objetos con dinero real que influyan en la jugabilidad. Próxima parada: el cuartel general del FBC el próximo 17 de junio.

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