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Una mujer busca desmitificar los matrimonios concertados y rompe esquemas creando un extraño juego de mesa
Una diseñadora de origen pakistaní crea un juego de mesa y cartas que sirve para satirizar el proceso del matrimonio concertado en las sociedades islámicas.

En países como Pakistán, los matrimonios concertados siguen siendo una práctica común debido a factores culturales, religiosos y tradicionales. Para plasmar esta realidad, una diseñadora ha creado un juego de mesa satírico que refleja con gran fidelidad, y como mecánicas de juego, las situaciones a las que muchas jóvenes del país se enfrentan al ser presionadas para casarse. A través del humor y la exageración, esta extraña propuesta no busca ser un mero entretenimiento, sino también generar un debate sobre las expectativas sociales y el papel de la mujer en este proceso.
Arranged: el juego de mesa satírico que pone en entredicho los matrimonios concertados en países como Pakistán
En países islámicos como Pakistán, los matrimonios concertados siguen siendo una práctica común, influenciada tanto por la tradición como por la religión. Aunque la legalidad vigente permite la poligamia para los hombres, con un límite de hasta cuatro esposas en el caso de los musulmanes y bajo ciertas condiciones, la monogamia sigue siendo la norma en la mayoría de los casos. Sin embargo, independientemente del modelo matrimonial, muchas mujeres paquistaníes se enfrentan una fuerte presión social y familiar para casarse, a menudo con escasa o nula capacidad de decisión sobre su propio futuro.

Con el objetivo de plasmar esta realidad y generar un debate sano sobre el papel de la mujer en estos acuerdos entre familias, Nashra Balagamwala, una diseñadora pakistaní expatriada en Estados Unidos, ha creado Arranged —que podría traducirse al castellano como “Arreglado” o “Concertado”—, un juego de mesa satírico que recrea las situaciones a las que muchas jóvenes deben enfrentarse durante el proceso de los matrimonios concertados. En él, y tal y como revela el medio Wbur, los jugadores deben superar obstáculos simbólicos que representan los desafíos reales a los que son sometidos las mujeres, como las “celestinas” que quieren casar a las jóvenes con sus hijos —una figura muy habitual en el país—, un elenco de “príncipes azules” que no son tal, o cómo las mujeres tienen que camuflar su deseabilidad para evitar ser acosadas o seleccionadas, reflejando con ironía la situación.
El uso del humor y la exageración en Arranged no busca únicamente entretener, sino también invitar a la reflexión. A través de sus mecánicas de juego, que ridiculizan las tradiciones más opresivas, el juego expone la desigualdad de género inherente al sistema de matrimonios concertados, y cómo en la práctica es una imposición para muchas mujeres que tienen poco poder de decisión no solo dentro de la unión con sus maridos, sino incluso antes de que se produzca.

La existencia misma de Arranged supone un desafío para el statu quo en Pakistán, y habría supuesto un enorme riesgo personal para su creadora de no haberse mudado a los Estados Unidos. En un país donde las libertades de las mujeres están estrictamente limitadas, cuestionar una institución tan arraigada con un enfoque satírico no solo es una provocación, sino también un acto de valentía. La diseñadora ha recibido todo tipo de críticas en su país de origen por visibilizar una problemática que muchos no solo ignoran, sino que perpetúan.
Aunque los matrimonios de libre elección se legalizaron en Pakistán en 2003, según Balagamwala, en la práctica siguen siendo “matrimonios semiconcertados”, ya que el concepto de “citas de libre elección” sigue siendo un tabú social. En última instancia, Arranged no es solo un juego: es una denuncia disfrazada de entretenimiento, una sacudida a las normas establecidas y una prueba de que hasta el acto más lúdico puede ser una poderosa herramienta de cambio social.