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Ni Baten Kaitos ni Skies of Arcadia: este fue el RPG más ambicioso y desconocido de GameCube
Homeland fue uno de los videojuegos más ambiciosos y desconocidos de GameCube. Descubre este peculiar RPG online de 36 jugadores simultáneos.
Cuando hablamos de RPGs de GameCube, nombres como Baten Kaitos o Skies of Arcadia suelen ser los primeros que nos vienen a la mente. Y si pensamos en juegos online para esta consola, Phantasy Star Online es casi la única opción que muchos recuerdan. Pero, ¿y si existiera un RPG online que combinase las virtudes de los títulos anteriormente mencionados y llevase su ambición más allá, permitiendo hasta 36 jugadores en una misma partida? Así era Homeland, un título exclusivo de Japón que no solo llevó al límite las características online de Nintendo GameCube, sino que, además, ofrecía una experiencia de juego cooperativo experimental como ninguna otra de su catálogo.
Así era Homeland, el ambicioso RPG online de GameCube que permitía jugar a 36 jugadores a la vez
En lugar de adherirse a los convencionalismos del género RPG, la propuesta de Homeland era muy original. Se trataba de un juego de rol en el que hasta 36 jugadores podían formar parte de una misma partida, pero la gracia estaba en que uno de ellos tomaba el papel de game master, quien, desde una privilegiada cámara que le permitía ver todo el terreno de juego, controlaba las trampas del escenario, así como el posicionamiento de tesoros y enemigos.
Este título, desarrollado por Chunsoft, permitía que un único jugador ejerciese de una especie de dios omnipotente que además hacía de servidor para los demás jugadores desde su propia GameCube. Este título combinaba mecánicas de RPG cooperativo junto con gestión de recursos básica, partidas no lineales —anticipándose al boom del género roguelike por unos cuantos años— y una mecánica muy original mediante la cual, si los jugadores se daban la mano, combinaban durante un tiempo limitado sus atributos, permitiendo que una larga cadena de jugadores bien organizados pudiesen desencadenar devastadores ataques.
Pese a su ambición, Homeland pasó completamente desapercibido tras su lanzamiento en Japón en 2005. Nunca salió del país, y su dependencia del Broadband Adapter de GameCube —un rio necesario para conectarse a internet con la consola o jugar a partidas en red local que no tuvo buenas ventas— limitó enormemente su base de s.
La consola de Nintendo no destacó precisamente por su apuesta online, por lo que los pocos títulos con multijugador a través de internet no fueron grandes éxitos de ventas. En resumen, la ausencia de localización internacional, sumado a su disponibilidad limitada, su dependencia del juego online, así como su inusual propuesta, convirtieron a Homeland en una de las mayores rarezas dentro del catálogo de GameCube.
¿Podría tener una segunda vida Homeland gracias a Nintendo Switch 2?
Aunque no hay nada confirmado, la llegada de ciertos títulos del catálogo de GameCube a Nintendo Switch 2 podría abrir la puerta a un relanzamiento, esta vez internacional, de Homeland. Si Nintendo se anima a incluir este título de GameCube en su servicio, este RPG olvidado podría encontrar por fin el público que nunca tuvo.
Su peculiar multijugador cooperativo —con el rol asimétrico y antagónico del game master— encajaría como un guante en el catálogo de la nueva consola de Nintendo. O incluso aunque no fuese relanzado como parte del catálogo de Nintendo GameCube, tampoco sería imposible ver una remasterización o remake que tomen la idea original y la actualicen a nivel visual y técnico de manera acorde al nuevo hardware.
En definitiva, Homeland fue una idea brillante cuyo mayor pecado fue ser lanzado en el momento y la consola equivocados. Se trataba de un título muy adelantado a su tiempo, y por desgracia se dio de bruces con las limitaciones técnicas y comerciales de una consola que, a pesar del buen recuerdo de ella que tenemos a día de hoy, en su momento fue el mayor fracaso de ventas de Nintendo. Veinte años después de su lanzamiento, Homeland es recordado con cierta fascinación como una joya oculta; un pequeño Ícaro que voló demasiado cerca del sol. ¿Quién sabe? Quizá el futuro le brinde, al fin, la segunda oportunidad que tanto merece.
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