Tecnología
El dispositivo que evita que tu ordenador se apague en un corte de luz y puede ahorrarte miles de euros
Los SAI o Sistemas de Alimentación Ininterrumpida te pueden sacar de un aprieto en caso de cortes y apagones de luz. Os explicamos cómo funcionan.
En España, el teletrabajo es cada vez más común. Miles de personas en nuestro país tienen la oportunidad de trabajar desde casa usando sus propios ordenadores. Sin embargo, inconvenientes como cortes de luz o el gran apagón del 28 de abril, que ha tenido sin suministro eléctrico durante prácticamente 24 horas a algunos puntos del país, pueden provocar no solo la interrupción del suministro, sino también picos de tensión capaces de causar la pérdida de horas de trabajo o daños irreversibles en los componentes del PC. Por eso, dispositivos como los SAI, que son capaces de mantener el ordenador encendido durante apagones, se han vuelto imprescindibles. No solo sirven para proteger los equipos ante los cortes de luz; también pueden ahorrarnos cientos o incluso miles de euros en reparaciones o sustituciones.
¿Qué es un SAI y cómo funciona?
SAI son las siglas de Sistema de Alimentación Ininterrumpida. Los dispositivos de esta categoría proporcionan energía eléctrica de manera temporal a los aparatos conectados a ellos en caso de que se produzca un corte de luz. Básicamente, actúan como una batería de respaldo que entra en funcionamiento de forma automática cuando detecta una interrupción en el suministro eléctrico.
Su capacidad es limitada, por lo que no están pensados para poder seguir usando los aparatos eléctricos durante un tiempo prolongado tras el corte de luz, sino para guardar nuestro trabajo en un ordenador o apagar el equipo de manera segura. Los SAI también protegen activamente a los aparatos conectados a ellos, resguardándolos de posibles subidas y bajadas de tensión que pueden dañar los componentes electrónicos.
El funcionamiento de un SAI se basa en tres elementos principales: la batería interna, el inversor y el sistema de control. La batería almacena la energía, el inversor convierte esta energía almacenada en corriente alterna utilizable, y el sistema de control monitoriza en tiempo real la calidad del suministro eléctrico. Cuando se detecta un problema en la red eléctrica, el SAI conmuta automáticamente y de manera casi instantánea, proporcionando energía desde sus baterías para que los equipos conectados sigan funcionando sin interrupciones perceptibles.
Aunque los SAI normalmente se utilizan para proteger a los ordenadores y a sus componentes, no son los únicos aparatos eléctricos a los que pueden resguardar. También son fundamentales para proteger otros dispositivos delicados como servidores, sistemas de almacenamiento, routers, televisores, consolas de videojuegos u otros aparatos electrónicos sensibles. De hecho, muchos modelos incluyen funciones adicionales, como estabilizadores de tensión, protecciones contra sobretensiones e incluso puertos de gestión que permiten programar apagados automáticos en caso de un corte prolongado. Esta combinación de protección activa y suministro de emergencia los convierte en una herramienta indispensable tanto en entornos domésticos como profesionales.
Aunque pueda parecer que son dispositivos caros, la realidad es que es posible encontrar SAI pensados para entornos domésticos fiables por menos de 100€. Esto los convierte en una inversión muy pequeña en comparación con el coste de reparar o sustituir un ordenador dañado, y un gasto prácticamente inapreciable frente a lo que puede suponer la pérdida de proyectos laborales de gran valor.
¿Qué aparatos conviene conectar a un SAI? ¿Merece la pena tener uno en casa?
En un entorno doméstico o de teletrabajo, los principales dispositivos que conviene conectar a un SAI son los ordenadores de sobremesa, monitores, routers, impresoras u otros sistemas de almacenamiento externo en el caso de haberlos. Estos aparatos no solo son vulnerables a los cortes de energía, sino que también pueden sufrir daños graves por las subidas o bajadas de tensión. En el caso concreto del router, mantener la conexión a internet durante un corte breve puede ser crucial para seguir trabajando, comunicar incidencias, o enviar nuestro trabajo antes de apagar el equipo de manera segura. Además, en entornos más profesionales, también se conectan servidores, sistemas de telefonía IP y otros dispositivos críticos que requieren mantenerse operativos o apagarse de forma controlada.
Tener un SAI en casa se ha vuelto una inversión cada vez más recomendable, especialmente si teletrabajamos. Aunque los cortes de luz son poco frecuentes, un único apagón inesperado puede provocar la pérdida de horas de trabajo no guardado, daños irreversibles en los discos duros, placas base u otros componentes críticos que redunden en reparaciones muy costosas. Por un precio relativamente asequible, un SAI puede proteger la inversión que hemos hecho en nuestros equipos. Como dice el refrán: más vale tener uno y no tener que utilizarlo, que lo contrario.
En definitiva, un SAI puede suponer la diferencia entre un simple inconveniente y un duro golpe a nuestro trabajo y economía personal. Ya sea en entornos profesionales o domésticos, donde se utilizan ordenadores con procesadores, tarjetas gráficas o sistemas de almacenamiento de última generación, los daños provocados por un corte eléctrico pueden traducirse en pérdidas de cientos o incluso miles de euros. Contar con un SAI es, hoy en día, una de las formas más inteligentes de proteger nuestros dispositivos más valiosos y de garantizar que, incluso ante un apagón, nuestra actividad y nuestra inversión estén a salvo.