Esquí alpino | Juegos de Invierno

Audrey Pascual, explosión de medallas: “La de los Juegos la guardaría con purpurina”

La española, reciente plata en los Mundiales paralímpicos de esquí, habla con AS sobre su trayectoria, con Milán-Cortina d’Ampezzo 2026 en la mira.

Audrey Pascual, explosión de medallas: “La de los Juegos la guardaría con purpurina”
Albert Sancho
Nació en Alcanar (Tarragona) en 1998. Licenciado en Periodismo y Ciencia Política. En AS desde 2020, es redactor en Más Deporte. Con vocación polideportiva, ha cubierto presencialmente desde la Titan Desert a los Juegos Olímpicos de París. En 2023, fue premiado por su atención sobre la información paralímpica. En 2024, por la Federación de Remo.
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Sólo tiene 20 años, pero ya ha perdido la cuenta de las medallas que ha ganado. “Hace poco, me planteé hacer recuento de oros, platas... pero es que empecé y me hice tanto lío que lo dejé”, reconoce Audrey Pascual, en la élite del esquí paralímpico y del surf adaptado. También estudiante de comunicación audiovisual. Lo hace todo bien. Es de esas personas que dan rabia. “Las tengo casi todas guardadas (las medallas). Soy un poco desastre y alguna he perdido, la verdad, y mi madre me mata, pero intento que lleguen todas a casa”, sigue entre risas. En los Mundiales de Maribor (Eslovenia), en febrero, se colgó uno de sus metales más especiales. Revalidó su plata en eslalon, sólo por detrás de la alemana Anna-Lena Forster, y presentó su candidatura para los Juegos Paralímpicos de Invierno en Milán-Cortina D’Ampezzo (del 6 al 15 de marzo), a menos de un año. “Buah, esa va a ir en otro medallero, ella sola y con purpurina por los lados si hace falta”, continúa bromeando. Tampoco le falta carisma.

Habla con AS en una semana extrañamente normal. En su rutina, “un poco estresante”, se puede pasar poco por clase. Estos días, es una alumna más en la Universidad de Granada. “Ahora, tenía una semana libre y he aprovechado para ir. Normalmente, tengo el material y me lo estudio por mi cuenta”, dice Audrey, madrileña que entrena en Sierra Nevada y vuelve a casa en verano, al revés de todo el mundo. Su ajetreado día a día no se queda ahí. Por competiciones y entrenamientos, obviamente, se recorre el globo constantemente. Para preparar los Mundiales, se fue a Chile, donde estuvo un mes con “unas condiciones espectaculares para entrenar”. Tras subirse al podio de Maribor, se colgó más medallas en la Copa del Mundo de Bardonecchia (Italia), dos oros y una plata que dicen mucho. “Fueron en supergigante, modalidad en la que debuto este año, y se me ha dado superbién. Pensábamos que mi primer oro iba a llegar en eslalon, pero la velocidad cada vez me gusta más y soy más competitiva”, celebra.

Audrey Pascual, explosión de medallas: “La de los Juegos la guardaría con purpurina”
Audrey Pascual, con la plata conseguida en los Mundiales de Maribor.

Un nuevo mundo por explorar dentro de una carrera meteórica, que ha avanzado a la velocidad de la luz. Audrey empezó en el esquí con 11 años. Antes, había probado ciclismo, hípica o natación, entre otros deportes. El último, por recomendación de su médico. La madrileña nació con agenesia bilateral de tibias, una malformación congénita por la que no tiene piernas, y el agua le iba a fortalecer la musculatura necesaria para mover las prótesis, que le condicionan el día a día. Sobre la nieve, sin embargo, se siente “completamente libre”. “Desde pequeña, el esquí me ha aportado mucha seguridad. En el día a día, con las prótesis, me cuesta. Es decir, puedo hacer una vida normal, pero hay un escalón y me cuesta un poco más, o hay una subida y me cuesta un poco más. En cambio, me pongo en el monoesquí (una especie de asiento con un esquí en la parte baja) y soy totalmente independiente y puedo hacer exactamente lo mismo que los demás y mejor”, explica.

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Con esa sensación de libertad, llegó la explosión de medallas (en este ciclo, ha sumado más de 40). Ahora, tiene la más ilusionante en el punto de mira. En Milán-Cortina D’Ampezzo, Audrey podría completar su colección particular (además de las medallas mundiales, también ha sido campeona de España y de Europa) y podría convertirse en la primera española que obtiene una medalla paralímpica de esquí adaptado en la modalidad de silla. “Ojalá ganarla para que salga más gente que viaje conmigo. Ahora mismo, sólo competimos dos en Copa del Mundo (ella y María Martín-Granizo) y en los equipos de los otros países siempre ves a más gente”, desea la madrileña, que hará “todo lo posible” por conseguir esa medalla. En los próximos meses, sin ir más lejos, dejará un poco más de lado el surf, deporte en el que también es campeona mundial. “Voy a priorizar un poco más el esquí. Con los Juegos, que ya no queda casi nada, hay que dar un último empujón”, revela. Por esa medalla que guardará bien. Hasta con purpurina.

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