El rugby español tiene un plan, y pasa por organizar Mundiales
La RFER recalca su intención de presentar candidaturas para el masculino de 2035 y el femenino de 2037 dentro de una estrategia con varios ejes.


El gigante dormido “ya ha abierto un ojo” y la Real Federación Española de Rugby se va a afanar de ahora en adelante en tratar de que no vuelva al letargo. Hay un plan para ello y es ambicioso. Se delineó, entre cuestiones ya manifestadas de antemano cuyo estado se actualizó y nuevas propuestas, este miércoles en un desayuno informativo con buena parte del panorama mediático nacional, con un discurso que profundizó en varios ejes y dejó como gran titular la reafirmación en la intención de presentar una candidatura seria para organizar los Mundiales de 2035 (masculino) y 2037 (femenino).
“Se nos están alineando los astros” celebró el presidente, Juan Carlos Martín ‘Hansen’, una temporada en la que los resultados respaldan la gestión de su junta en los tres años que van desde que relevó a la istración de Alfonso Feijoo, con los dos combinados de XV clasificados para el Mundial, los chicos del seven subcampeones del mundo, las chicas clasificadas para el nivel 2 de las Series el próximo año y las categorías inferiores desafiando el statu quo.
Éxito deportivo que es condición de posibilidad para que la clave de bóveda del proyecto, que es convertir a la RFER en un ente mucho más autosuficiente en cuanto a recursos de lo que es ahora a través de la organización de eventos, sea viable. Para que España sea considerada en las esferas que toman las grandes decisiones. Algo que, reconocían este miércoles los altos mandos federativos (además de ‘Hansen’ su vicepresidente deportivo, Gabriel Sáez; su director de operaciones, Txus Mardaras; y su director de rugby, José Antonio Barrio ‘Yunque’), se está empezando a dar una vez superada la etapa de descrédito institucional por los escándalos de elegibilidad en 2018 y 2022.
La hoja de ruta en cuanto a los Mundiales es clara y ya se han entablado conversaciones con La Liga de fútbol para conocer la disponibilidad de sedes. El respaldo institucional se entiende casi implícito dada la sintonía actual con el Consejo Superior de Deportes y el impacto tanto económico como reputacional que eventos de estas características, la versión masculina uno de los acontecimientos deportivos más seguidos del mundo, tendrían para el país. “Es un proyecto de estado”, afirmó en ese sentido ‘Hansen’, que apuntó que en septiembre World Rugby decidirá si el destino en 2035 es Asia o Europa, y a partir de ahí entrará en la fase de intercambio de información, pliegos, etc. El anuncio definitivo se espera durante o inmediatamente después del Mundial de 2027, el primero que jugará España desde el de 1999. Aunque circularon rumores de que podía ser una candidatura conjunta con Portugal, el presidente descartó la posibilidad. La apuesta será en solitario, porque España tiene la infraestructura, la capacidad organizativa, el prestigio como destino turístico y, como aportó Sáez, “la capacidad de tratar a la gente”, para ello.
Un deseo que, en la modalidad de XV, se completa con la intención de albergar también algún Mundial sub-20 en los próximos años. Eventos que servirían como rodaje y escaparate de cara al gran escenario. Se podrá avanzar en estos ámbitos en la visita que Alan Gilpin, CEO de la Federación Internacional, realizará a este país en junio y en otra de Brett Robinson, nuevo presidente del organismo, en la que se está trabajando y que sería en un futuro no muy lejano.
Series Mundiales
De ahí al seven, el ‘factor x’ que, con la plata mundial de la selección masculina, ha terminado de colocar a España en una posición alcista en el mercado de futuros de este deporte. Lo que ya era una intención previa, recuperar para Madrid una etapa de las Series Mundiales después de la satisfactoria experiencia de 2024, no repetida este año por el abandono del proyecto por parte del ayuntamiento capitalino, que era crucial para mantener el acuerdo a tres años alcanzado en un principio con World Rugby, se ha convertido casi en una obligación para aprovechar el tirón de una modalidad que ha unido al éxito en el campo una explosión insospechada en redes sociales.
Es menester aprovechar ese caladero de atención y la idea es conseguir la titularidad de la última serie de fase regular del calendario, puesto que la celebración de los Juegos de 2028 en Los Ángeles impone que la gran final anual de la modalidad olímpica, el objetivo ideal, permanezca al menos hasta entonces en la ciudad californiana. La preferencia, por localización y capacidad logística, sería repetir en el Metropolitano de Madrid, pero se han recibido propuestas de otros emplazamientos que también se valoran.

Clubes e internacionales
Todo esto, claro, se apoya en el rendimiento deportivo a nivel internacional. Se entiende que si las selecciones no carburan se pierde el estatus necesario para pedir eventos. Y por ahí se va a trabajar en dotar de mejores herramientas a los seleccionadores. Si recientemente se anunciaban una serie de contratos para el combinado femenino, este miércoles ‘Hansen’ desgranó una línea de trabajo con los clubes para crear un convenio de internacionales.
Pasaría por la cesión del control, casi en su totalidad, de 30 jugadores, en un modelo en el que los clubes se encargarían de gastos que ya cubren actualmente, como la vivienda, y la Federación de su formación, nutrición, cargas de trabajo, etc, con la contrapartida de que se les devolvería a los clubes en ventanas de competición nacional de especial importancia o que no alteren las necesidades internacionales. “La buena sintonía”, en palabras de ‘Hansen’, que se ha cultivado en una vertiente federativa tradicionalmente problemática favorece el acuerdo. En este punto, Iberians se reestructurará para mejorar como plataforma competitiva entre ventanas, pero, matizó ‘Yunque’, “sin perder de vista” la cantera
Preguntado por la posibilidad de negociar algo semejante con los clubes ses, ‘Hansen’ trasladó negativa, subrayando que son escenarios separados. En un tema que preocupa recurrentemente a una parte de los aficionados cuando llegan las convocatorias en febrero, la ausencia en muchos partidos de los jugadores que prestan sus servicios en clubes de élite ses, ofreció una píldora positiva, afirmando creer que la Federación estará en una posición más fuerte en ese aspecto tras el Mundial de 2027.
“El jugador y la jugadora española están por fin en el centro del sistema. Por primera vez, se están abriendo oportunidades reales para desarrollarse aquí, sin necesidad de salir del país. Queremos que tengan continuidad, visibilidad y un camino definido hacia el alto nivel”, resumió la visión en este campo.
Ciudad deportiva
Quizá la idea más ambiciosa de todas, por el músculo logístico y financiero que requiere, aunque no sea novedosa, es la de crear una ciudad deportiva del rugby español que incluiría un estadio propio para albergar encuentros internacionales, sustituyendo a un Central tan romántico como engorroso de manejar.
Las propuestas son varias y llegan de distintos rincones de España, aunque se entiende que, de llevarla más o menos lejos de Madrid, podría necesitar de un apéndice: la habilitación de otro recinto, ya sea en un modelo mixto con algún club de fútbol o de nueva creación, en la región capitalina. El mantenimiento se sufragaría con espacios multipropósito que puedan ser explotados más allá de la actividad puramente rugbística.
“Se acabó el complejo de que el rugby español no va a ganar nada, nuestra visión es trabajar para ser numero 12 mundial y algún día estar entre los diez primeros”, glosó ‘Hansen’, categórico, esta exposición de las líneas maestras del rugby español en el corto, medio y largo plazo.
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