Armand Duplantis: “No puedo permitirme el miedo a fallar”
El sueco, nominado a Deportista del Año en los Premios Laureus de este lunes, atiende a AS en la previa del evento. “No sé dónde está mi límite y no quiero saberlo”.
En un mundo en el que el debate sobre el GOAT de cada deporte está a la orden del día, Armand Duplantis (Lafayette, Estados Unidos, 25 años) no da lugar a ninguna discusión. Tirano absoluto del salto con pértiga, ‘Mondo’ es la gran estrella actual del atletismo gracias a su carisma y a sus estratosféricos registros: dos oros olímpicos, cinco veces campeón mundial y cuatro entorchados europeos, ha batido la plusmarca planetaria en 11 ocasiones (actualmente la tiene en 6,27 metros) y ha superado la centena de saltos por encima de los 6 metros, tope únicamente alcanzado por 21 hombres a lo largo de la historia. Él es su único rival. El sueco, un hombre tranquilo, está nominado a Deportista del Año en los Premios Laureus que se celebran este lunes en Madrid, y atiende a AS en la previa del evento para valorar su estelar trayectoria.
Hay un tópico que dice ‘el cielo es el límite’, pero en su caso puede que sea cierto y no un cliché.
(Se ríe) Supongo, sí. Supongo que si se aplicara a cualquier situación sería esta. Pero sí, supongo que ese es siempre el objetivo. No sé dónde está mi límite, y no quiero saberlo, prefiero descubrirlo. Creo que se trata de empujarme día a día para ser mejor, superarme y llegar al límite que tenga que ser, sin tener un objetivo previo o algo que me haga obsesionarme. Voy fluyendo, y creo que de momento está yendo bastante bien con esa mentalidad.
¿Se siente la cara actual del atletismo y está a gusto con ello?
No lo sé, yo no lo decido y hay muchísimos atletas que tienen un increíble talento, intento no pensar mucho en ello porque si no sería poner una presión innecesaria. Yo me enfoco en saltar todo lo alto que pueda y superarme. Por supuesto que estoy muy agradecido por todo el cariño que recibo, porque voy por todo el mundo y en todos los lugares me dan apoyo, que es algo que no me podía imaginar.
¿Qué le diferencia de sus competidores y le hacen tan especial? ¿Es porque es más fuerte, más rápido, más ágil?
Diría que es un poco de todo. Es un deporte muy complicado y requiere mucho de todo. Pero creo que la diferencia está en lo físico, mental y técnico, es toda la combinación. Creo que tengo que ser capaz de separarme y destacar por encima de todos con naturalidad para romper el récord mundial en todas esas categorías.
¿Pasa miedo alguna vez cuando salta por encima de 6 metros?
Nunca.
¿Y es por eso por lo que cree que es tan especial?
Sí, probablemente tiene un poco que ver. Creo que hay algunas personas así, pero no muchas, y eso se nota.
Otro miedo: fallar. Ha acostumbrado tanto a tener éxito que no sé si por su cabeza ronda ese temor a que un día no sea así.
No, no puedes permitirlo. Eso te matará incluso antes de que empieces a tener pensamientos negativos y a darle demasiadas vueltas a las cosas. Así que intento simplificar las cosas al máximo. Visualizo lo que quiero que pase y trato de tener la mayor confianza posible al afrontarlo. Y eso es muy importante.
“Nunca he tenido miedo a saltar más de 6 metros”
'Mondo' Duplantis
Cuando salta, ¿qué es lo que siente que separa un buen intento de un récord del mundo?
La velocidad, sin duda es la velocidad que llevo y con la que salto. Ahí es cuando siento que puedo hacer algo especial.
Hablando de velocidad, ya corrió y ganó a Warholm en una prueba de 100 metros. ¿Podría competir al más alto nivel en otra disciplina?
Sí, bueno, quizás podría ser decente, supongo. Creo que el salto con pértiga es mi especialidad, eso parece (riéndose). Quizás pueda hacer bien el salto de longitud o algo así. No sé si los 100 metros serían mi especialidad. Pero sí, siempre fui bastante rápido, así que creo que podría estar ahí.
Ya es habitual ver a sus rivales animándole para superar su récord mundial. ¿Qué significa ese apoyo para usted?
El salto con pértiga es un deporte muy individual, y quizá eso ayuda a unir a lo competidores, aunque compitamos entre nosotros. Lo que haga el otro no me afecta a mí y a mis movimientos, compito contra mí mismo y contra el listón. Eso hace que haya mucha camaradería entre todos nosotros. Puede que mi situación sea más específica, pero el salto con pértiga es algo raro y los que lo hacemos somos también raros, puede que eso sea lo que nos una a los que hacemos esto. Animarnos los unos a los otros es casi una tradición.
¿Qué campeonato o salto le viene a la mente cuando le pregunto por el punto de inflexión de su carrera?
Probablemente los Campeonatos de Europa de 2018. Fue la primera vez que salté 6 metros y gané, tenía unos 18 años por aquel entonces. Así que fue un gran paso para presentarme y aparecer en la escena, un antes y un después. Diría que eso realmente despertó a todos, también y especialmente a mí, porque me hizo ver que realmente tenía la oportunidad de batir el récord mundial en los próximos años. Fue un anticipo de lo que estaba por venir, supongo.
Compite por el Deportista del Año contra estrellas como Alcaraz o Verstappen. ¿Quién diría que es su ídolo?
Mi padre. Crecí idolatrando a mi padre, sobre todo, que era mi héroe. También a Bubka... Pero me encantan otros deportes y hay muchos que me inspiran. Estar nominado con esa compañía es una locura, es uno de esos momentos en los que te tienes que pellizcar para asegurarte de que es real, cuesta creérselo. Estar hoy con Nadia Comaneci y Rebeca Andrade es muy guay, además en salto de pértiga hay un poco de gimnasia. Estar con ellas es genial para mí, me inspiran mucho, tienen mucho talento y sé lo duro que es lo que hacen. No lo digo porque estén aquí.
¿Qué significa para usted la figura de su padre?
Todo, lo es todo. Él fue quien me inició en el salto con pértiga, quien me enamoró. Su amor y pasión por el salto me contagiaron. Y lo hizo de una manera que me permitió encontrar mi propio camino. Pero siempre estaba ahí para ayudar con cualquier cosa. Saltábamos todo el tiempo, sin importar dónde fuera. Podíamos saltar a las 12 o 1 de la madrugada, cuando fuera. Teníamos una pequeña instalación en el patio trasero de la casa y lo ampliamos con el paso de los años para que fuese mejor, para que me quedara bien a medida que saltaba más y más alto. Pero se esforzó muchísimo para que yo pudiera estar en la posición en la que estoy, y por eso estoy muy agradecido.
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