Rüdiger llega sobre la campana

Fue un detalle que pasó desapercibido para el público en general, pero no para sus compañeros, que se volvieron alarmados. Fue un grito desgarrador. Cuando todos hacían piña en torno a Ancelotti, antes del comienzo de la prórroga de la final de Copa disputada en Sevilla, Rüdiger explotó de dolor. Su queja llegó al cielo de Sevilla, pero se perdió entre el jolgorio de los aficionados, que veían una de las mejores finales de la historia. Su dolor en la rodilla se había hecho insoportable. Su cuerpo había dicho basta después de un calvario que duraba ya ocho meses. En la prórroga, no pudo correr más y fue sustituido.

Ocho meses. Ese es el tiempo, casi toda la temporada, que Rüdiger ha estado jugando con dolor, tomando analgésicos antes de todos y cada uno de los entrenamientos, consciente de que una operación en su rodilla habría lastrado definitivamente a la plantilla en la parte de atrás, una defensa ya demasiado castigada tras las lesiones de Militao y Carvajal y la difícil recuperación de Alaba.

Y fue tras esa final y su episodio de violencia contra el árbitro De Burgos Bengoetxea, por la que le cayeron seis partidos de sanción, cuando Toni tomó una decisión difícil. Había que operar, hacer la artroscopia en su rodilla cuanto antes, para intentar estar en el Mundial de Clubes. Casi un imposible.

Operado el 29 de abril

Pero llegan buenas noticias. Los esfuerzos y horas de gimnasio que Rüdiger hace meticulosamente desde que fue intervenido, el pasado 29 de abril, por el doctor Manuel Leyes, están dando sus frutos. Y la previsión es que pueda formar parte del grupo que viaje a EEUU para la disputa de la competición. E incluso que pueda estar disponible para Xabi Alonso el segundo partido de la fase de grupos, ante el Pachuca, el día 22 de junio. Y eso, con las bajas de atrás, es mucho. Para entonces, habrán pasado siete semanas desde su intervención.

“Toni tiene mucha confianza en poder ser útil en el Mundial de Clubes”, dicen desde dentro del club. Pero ese mensaje optimista sólo llega después de cuatro semanas en las que Rüdiger ha completado duras sesiones de trabajo en el gimnasio, mañana y tarde. La artroscopia que le corrigió la rotura parcial en el menisco externo de su rodilla izquierda fue todo un éxito, como lo está siendo su recuperación.

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Y los plazos se van a acortar (inicialmente se establecieron en un mínimo de ocho semanas). El jugador está disfrutando de unos días de merecido descanso (activo) en su país. Cuando vuelva a Valdebebas, el 2 de junio, ya con Xabi al frente, comenzará a correr sobre el campo. El defensa está en la recta final. Rüdiger vuelve a ver la luz.

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