El hormigón es el camino
Ante el Getafe, por primera vez en la temporada, el Leganés no encajó ni un remate entre palos. La eficacia pepinera se dispara en escenarios pobres de remates. El peaje: partidos más aburridos incluso de local.
Borja Jiménez, entrenador del Leganés, ya lo avisó hace un par de semanas. El técnico abulense de los pepineros insistió que su equipo era mejor en el noble arte de la defensa blindada que en la compleja tarea de llevar el peso de los partidos. “Seguro, el perfil de nuestros jugadores es defensivo en cuanto a que se sienten cómodos en transición. Nos sentimos cómodos defendiendo cerca de la portería, los delanteros salen bien al espacio, como pasadores como Raba o Juan. Nuestros medio centros son de carácter defensivo, pero de recorrido corto”, analizó el preparador en la previa de la visita a la Real Sociedad, una de esas salidas en las que el Leganés parece mostrarse más sólido que en casa.
Porque en casa la tendencia obliga a que el rival se repliegue y los pepineros sientan cierta obligación a llevar el control de los partidos, un escenario en el que no terminan de sentirse cómodos. Ocurre que, ante el Getafe, en el derbi, el Leganés decidió mutar esta tendencia para ejercer de forastero en su campo. Y le salió bien. En el resultado final (1-0) y también en el despliegue defensivo. Por primera vez en el curso, un rival no tiró al Leganés entre palos en todo el partido.
Más eficaz sin intercambio
Y ésa, sentirse cómodo atrás, es una de las claves sobre las que el Lega ha edificado la mayor parte de sus éxitos esta temporada. Sirva como referencia que en doce duelos el Leganés ha recibido cuatro o menos remates entre palos en contra. De esos 36 puntos en juego, los blanquiazules han arañado 16 puntos, esto es, el 59% de los puntos conseguidos por los pepineros.
Y algunos de ellos con triunfos sorprendentes como ante el Atlético de Madrid (cuatro tiros entre palos en contra) o FC Barcelona (también cuatro tiros entre palos). Dicho de otra forma, cuando a este Leganés le rematan más de cuatro veces entre palos, se disparan las probabilidades de derrota.
Ocurre que la consecuencia de este blindaje suele ser, frente a rivales directos de los pepineros, espectáculos pobres de contenido. De hecho, los tres partidos en los que el Leganés menos remates ha encajado han sido los tres en Butarque, en ninguno cayó el Lega… pero los tres ofrecieron escaso espectáculo futbolístico. Fue ante el Getafe, (1-0), el Valencia (sólo un tiro en contra, 0-0) y el Sevilla (dos tiros en contra, 1-0). Una carencia de juego llamativo que parece ser peaje para lograr el objetivo de la salvación. Al sur de la capital, el espectáculo es más un ejercicio de atrincheramiento que de asalto a las líneas enemigas.
Sensaciones diferentes
Sea como fuere, todo depende del resultado, como dejó claro el propio Borja Jiménez después del duelo ante el Getafe, en el que alabó el trabajo de los suyos, pero dejó claro que las sensaciones habrían sido totalmente diferentes de no haber mediado la chilena de Diego García con al que el derbi se quedó en Butarque.
“Ganar te lleva a tener más confianza. Las preguntas seguramente no habrían sido las mismas [en caso de empate que de victoria]. Se nos valora por ganar, aunque el trabajo sea el mismo. A los equipos se nos juzga por lo que ocurre en el domingo, no por cómo trabajamos entre semana. Ahora hemos ganado y eso te hace tener más confianza. Hay que relativizar, porque creemos más en los procesos que en los resultados”, añadió el entrenador pepinero.
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