Omar y Julio vuelven al hogar, dulce hogar

El Atleti B puede preparar una solicitud a la Federación: jugar todos sus partidos en el Cerro del Espino. El filial rojiblanco volvió a mostrar su versión como local, esa que le ha llevado a ganar sus siete últimos partidos en Majadahonda (más un empate en el Metropolitano contra el Betis B para 22 de 24 puntos) y que le tendría indudablemente en lo más alto si no le tocase alternar con sus salidas, donde continúa sin ganar en 2025 y suma cuatro de los últimos 27 puntos en juego.

El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde volvió a mostrar su cara más amable. El Atlético comenzó con esa fuerza que le da ejercer como local. Intenso, ofensivo, que sabe a lo que juega y cómo encontrarle las cosquillas a la defensa rival. Con la única novedad de Spina por Kostis en el centro de la zaga respecto al último once en el Cerro (también Selu Diallo por Joaquín con la última salida). Y el equipo de Torres volcó su ataque en una banda derecha que no paró de producir.

Iker Luque, eléctrico y encarador, probó la primera. Boñar, obligando a actuar a Lucas Díaz, tuvo la segunda y Omar no pudo definir en el rechace. Pero sí lo hizo a la tercera, el gran balón al espacio de Martín Pascual y el recorte del punta para dejar sentado a Marcos Mauro y marcar con calma. Golazo de enorme talento y categoría. Una nueva muestra más de su crecimiento en unas últimas semanas.

Un gol que derivó unos minutos de dudas. Ir a por el segundo o replegarse, mientras el Fuenlabrada crecía y comenzaba a mostrarse. Momento para que apareciese un Iturbe cuyas redes se vuelven de acero en casa. Los cimientos que fuera son de paja, en Majadahonda se convierten en ladrillo. Tres intervenciones de mérito, para detener a Fer Ruiz e incluso un córner directo de Cedric. Minutos de sofoco hasta volver a controlar el final de la primera mitad de nuevo con esa banda diestra volcando el campo.

Boñar e Iker Luque como puñales, el segundo intentando el gol de falta directa con mucha malicia. Mismo guion que en el inicio de la segunda. Aunque la posesión fue azulona y Bilal pudo hacer daño por la derecha, esa banda fue finalmente la condena del Fuenla. Le ha sentado de maravilla a Julio adelantar metros para situarse por delante de Pablo Pérez. Ese doble lateral izquierdo que produce en las dos áreas. Entre ambos generaron el segundo, con Julio definiendo entre las piernas del guardameta.

Punto y final a un partido donde el Atlético rondó el tercero con mucha más intensidad que el Fuenlabrada acortar esa distancia duplicada. Omar en un mano a mano donde le penalizó tanto tiempo para pensar y Boñar tras la gran parada de Lucas a Martín Pascual dejaron patente que el guardameta era probablemente el más destacado de los visitantes en la derrota. Muestra de la frustración la entrada que le costó la roja directa a Ale Galindo. El abismo de los puestos de descenso cada vez está más cerca. Mientras, el filial colchonero vuelve a rondar el playoff con una única mala noticia: la próxima semana le toca volver a alejarse de Majadahonda...

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