El león fue Yáñez

Entre leones, el indomable fue Yáñez. Un puñal que vale una Final Four. Para el Juvenil A del Madrid. Cuando más afiladas tenía las garras el del Athletic. Pero apareció él. Con un doblete que dejó temblando Lezama. Un chico que ya sabe lo que es debutar con los mayores. Que domina con los menores. Apunten su nombre. Será una de las atracciones de Ponferrada. Allí, la final a cuatro. Porque su actuación ha sido el billete blanco para el Dorado. Los Arbeloa buscarán el doblete. Ser Campeón de Campeones. A lomos de Yáñez.

Tras un duelos con los roles claros. De inicio. Sinónimos a la ida. El Athletic, blindado. Con tres centrales. Para esperar y morder. Para que Manex Lozano y Urzaiz (Unax, hijo de Isma) sacasen las garras. El Madrid, dominante. Con la novedad de Pol Rivera en lugar de Jaime Barroso. Los de Arbeloa querían posesión. Y la tuvieron. Prácticamente desde el triple silbatazo. Presión, presión y presión para traducirla en balón, balón y balón. Que poco a poco comenzó a incomodar. Y las ocasiones a aflorar.

Hasta que Thiago Pitarch, a los 16 minutos, ya había roto el cántaro. Tras una incorporación de Diego Aguado. Lateral con alma central o viceversa. Cazó el balón en el área Thiago, una de las sensaciones de La Fábrica, lo pisó y, en colaboración de Iker Pagazartunda, a la red. Un premio que no cambiaba el paisaje. El Athletic, domado. El Madrid, rugiendo. Pero sin más zarpazos. Y perdonar es el peor de los verbos en el fútbol.

Y el Athletic lo hizo pagar. Tras el refrigerio, en la primera ocasión, dentellada. Por una jugada de campanillas de Quintero. Todo talento, todo desborde, todo definición. Se plantó en el área y desde ahí, empate. Un tanto que encendía Lezama. Y que venía con dos llegadas más bajo el brazo. Pero las atemperaron entre Lezcano y Lamini, imperiales. Y, con la balanza tiñéndose de rojo y blanco, Yáñez sacó la varita.

La hora Yáñez

Un futbolista diferencial. Que vive con el balón pegado a su bota derecha. Pero que colocó el segundo con la diestra. La menos buena. Después de un estupendo pase de Cestero al espacio... al palo largo. Y casi sin tiempo para que el Athletic asumiera el golpe, de nuevo al mentón. De nuevo Yáñez. Marca de la casa. De banda derecha hacia dentro. Para acomodar su zurda y desde la frontal, a Ponferrada.

Yáñez puso la alfombra hacia la Final Four. Aunque en el tramo final el Athletic demostró por qué es una de las mejores canteras del planeta. Todo orgullo. Todo corazón. Buscaron el milagro. Allí estuvo cuando fue necesario Javi Navarro, con un paradón a la hora de partido. Pero los locales acariciaron el imposible. Lo rozaron. Por aquello del perdón. De repente, un thriller.

Y de repente, un thriller

Porque el Madrid tuvo el cuarto. Claramente. Y no llegó, como sí lo hizo el segundo del Athletic. En un despiste, Manex Lozano pescó. Como lleva haciendo toda la temporada. Ahí comenzó a jugar también al grada. Pundonor y coraje. Y cuando parecía que Barroso sellaba la mañana, su golazo era en fuera de juego. Y cuando se colaba un zapatazo de Kiese que olía a empate, Javi Navarro. Alta tensión, hasta que Jaime, espectaculares sus minutos, ponía la guinda con la bocina tintineando. Un gol de killer, de pichichi. Su 17º. Y el Madrid, a Ponferrada. A la Final Four. En busca del doblete. Para tratar de ser Campeón de campeones. Subidos a lomos de Yáñez, un león indomable en Lezama. Betis, Depor, Barça o Valencia (están en la prórroga) o Real Madrid. Solo puede quedar uno.

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Final Four

Será en El Toralín. Del 28 de mayo al 1 de junio. Real Madrid y Valencia (que ganó en penaltis al Barcelona), Deportivo y Betis. Después de dejar en la cuneta a Athletic (1-1 y 2-4), Tenerife (0-6 y 2-1) y Las Palmas (1-3 y 2-2), respectivamente. Antes habrá sorteo, para decidir emparejamientos. La fiesta del fútbol juvenil, en Ponferrada.

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