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Willian Pacho, el muro de Luis Enrique

El ecuatoriano es muy supersticioso y tiene una gran historia detrás.

Willian Pacho, en un partido con el París Saint-Germain.
Sergio Pérez Jiménez
Sergio Pérez nació en Albox, Almería en el año 2003. Estudia el Doble Grado en Periodismo y Comunicación Audiovisual en la Universidad Carlos III de Madrid. Forma parte del Diario AS desde el año 2025 y se encarga de la sección de Especiales Digitales, realizando stories y reportajes.
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Este sábado, el París Saint-Germain se verá las caras con el Inter de Milán en busca de la ansiada corona europea. Entre las filas del conjunto parisino hay un jugador que, a pesar de ser su primera temporada en París, está demostrando que va a ser uno de los grandes centrales del fútbol europeo. Ese no es otro que Willian Pacho.

La historia de Pacho (2001) es la de un futbolista que no ha parado de superar obstáculos. Inició su carrera en Huracán de Quinindé, el equipo de su pueblo. Destacó en un partido amistoso contra Independiente del Valle, que no dudó en ficharlo. Llegó al primer equipo y disputó dos temporadas en el equipo ecuatoriano, donde coincidió con Piero Hincapié y Moisés Caicedo. Allí fue entrenado por Miguel Ángel Ramírez, que también ha pasado por equipos como Sporting de Gijón o Real Zaragoza. Según Willian, el entrenador español le marcó mucho durante sus primeros años de profesional.

Dio el salto a Europa en 2022. Antes de llegar a París, pasó por Amberes y Frankfurt. El Eintracht lo vendió al PSG este verano por 40 millones de euros. Desde entonces, Luis Enrique está encantado con él. Pacho ha caído de pie y se ha asentado en el centro de la zaga junto a Marquinhos. Su capacidad de anticipación, fortaleza en el juego aéreo y liderazgo han hecho que en el vestuario ya apoden al ecuatoriano como trop fort (’muy fuerte’).

Detrás de esa solidez defensiva hay una historia conmovedora. Desde su debut en 2020 en Independiente del Valle, el ecuatoriano siempre ha llevado el número 51, un dorsal que no es casualidad: representa la edad con la que falleció su madre. Coincidió con el partido en el que debutó con su equipo. No se enteró de la noticia hasta que terminó el encuentro. Pacho dedica todos sus logros a su madre. La recuerda con una oración antes y después de cada encuentro, y en cada celebración.

El central también tiene una superstición en la muñeca izquierda. Se fracturó esa muñeca cuando jugaba en el Royal Amberes. Tuvieron que ponerle yeso y una venda para jugar los partidos venideros. Entonces, fue convocado con la selección ecuatoriana y tuvo que jugar con una venda puesta. Esta venda se convirtió en talismán, pues anotó su primer gol con la selección en ese mismo partido.

Este sábado, en el Allianz Arena de Múnich, Pacho tiene la oportunidad de consagrarse como uno de los centrales de la próxima década. Será el segundo ecuatoriano de la historia en disputar la final de la Champions League, por detrás de Antonio Valencia.

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