Rafa Marín trabaja en la sombra

A Rafa Marín le toca seguir esperando. Llegado a Nápoles como una apuesta firme del director deportivo Giovanni Manna, el exmadridista todavía no ha podido demostrar su valía sobre el césped. Solo ha tenido minutos como titular en la Copa Italiana, en la victoria contra el Palermo (5-0) y en la derrota en el estadio de la Lazio (3-1), mientras que en la Serie A, Conte nunca ha apostado por él.

Su estreno oficial, a pesar de no haber sufrido lesiones, llegó el 15 de febrero, nuevamente contra la Lazio, disputando los últimos cinco minutos del 2-2 en el Olímpico. Y el pasado domingo, el defensa se cruzó con el que pudo haber sido su equipo, otra vez sin tener minutos. El Como, que tumbó a los azzurri 2-1 (derrota que les costó el liderato), estuvo durante semanas presionando para hacerse con los servicios del español al menos hasta junio.

Cesc Fàbregas cree mucho en su potencial y era su primera opción para reforzar la defensa en el mercado de enero, pero la operación se frustró, del mismo modo que se rompió la que se había negociado con el Villarreal. Marcelino también quería al exmadridista, pero el Nápoles tuvo enormes problemas para encontrar un sustituto. El elegido era Danilo, pero cambió de planes y optó por regresar a Brasil, y la directiva sureña no encontró otro perfil que convenciera a Conte, quien pidió la permanencia de Rafa si no había un recambio de garantías.

El español, entonces, tendrá que seguir esperando su oportunidad en un equipo al que le quedan 12 partidos de liga y en un rol hasta ahora ocupado por Rrahmani, Buongiorno y Juan Jesus. Será una temporada de transición, con poco espacio, pero Conte le ha pedido que mantenga la intensidad en los entrenamientos, y la señal que le dio ante la Lazio, cuando por fin le hizo debutar en la Serie A, abre la puerta a un posible protagonismo en la recta final del curso. Para el futuro, habrá que esperar.

El Nápoles sigue confiando en su crecimiento y el director deportivo Giovanni Manna lo confirmó en rueda de prensa: “Fue el primer jugador que fichamos, para sustituir a Østigård y subir el nivel. Viene de una cantera importante y creemos en su potencial, aunque le esté costando encontrar minutos porque el rendimiento de nuestros centrales es muy alto y adaptarse nunca es fácil. Teníamos los documentos cerrados con el Villarreal, era una petición del entrenador y hablamos de un club que lucha por entrar en la Champions. No hubo condiciones para fichar a otro defensa y no pudimos dejarlo marchar. Ahora sabe que es parte de la plantilla, que debe trabajar con concentración, que la temporada continúa y que todos son fundamentales”.

En junio, los agentes del jugador y el club se sentarán a discutir su próximo paso. El Nápoles disputará competiciones europeas y, en teoría, habrá más espacio para todos. Pero Rafa Marín, tras un curso viendo a sus compañeros jugar desde el banquillo, necesitará certezas.

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