Alemania

Alemania, territorio de matagigantes

La DFB Pokal se ha consolidado en los últimos años como cuna de grandes gestas. Antes de que el Arminia lo hiciera con el Leverkusen, Saarbrücken o Kaiserslautern ya derribaron al Bayern.

El Arminia elimina al Bayer Leverkusen de la Pokal.
UWE KRAFT | AFP
Actualizado a

Los milagros en el fútbol existen y para hacerlos realidad se crearon las competiciones nacionales de Copa. En España hemos visto cómo el Logroñés, de Segunda RFEF, eliminaba al Girona. O cómo el Pontevedra fue pasando por encima de Mallorca, Villarreal y Levante.

Aunque la realidad es que, si ya resulta difícil que un equipo modesto elimine a uno de los grandes de su país, que logre avanzar dos rondas consecutivas parece casi imposible. Esa misma improbabilidad es lo que ha convertido a la Copa alemana en la competición más especial de los últimos años, donde clubes de categorías inferiores han logrado colarse en las fases finales tras dejar en el camino a gigantes de la Bundesliga.

Este año, el Bayer Leverkusen cayó eliminado a manos del Arminia, que se ha convertido en el primer equipo de Tercera División en llegar a la final de la Pokal desde el año 2001, tras cargarse a cuatro equipos de la Bundesliga por el camino. El Stuttgart es su quinto y último objetivo, con el que se verá las caras en la final de este sábado.

Una situación que no es nueva en este torneo milagroso, pues ya en la pasada campaña, solo un equipo de la Bundesliga llegó a las semifinales, en la que se metieron Saarbrücken y Fortuna Düsseldorf, de Segunda División, junto a Kaiserslautern, de la tercera categoría del fútbol alemán.

El Arminia, último David en vencer a Goliat

El Arminia Bielefeld ha protagonizado una de las gestas de la historia reciente de la DFB Pokal, eliminando uno por uno a Union Berlin, Friburgo y Werder Bremen.

Una hazaña que culminó con la victoria por 2-1 sobre el Bayer Leverkusen. Y es que el defensor del título buscaba ante el el equipo modesto su cuarta final en tan solo un año, pero el sueño de los locales se convirtió en pesadilla para Xabi.

Ya en la edición de 2005, el Arminia alcanzó las semifinales del torneo y en los años 70 vivió una edad de oro que incluyó temporadas en la Bundesliga, aunque nunca llegaron tan lejos como ahora. Coincidiendo con la final de Copa, el equipo alemán ha logrado el ascenso al fútbol profesional, con un reciente ascenso a la Segunda División.

Saarbrücken, un matagigantes reincidente

Aunque esta temporada cayó en primera ronda, el Saarbrücken, de la Tercera División, ha sido otro protagonista destacado en esta competición. Así, en la temporada 2023-24, se plantó en semifinales dejando atrás a tres equipos de la Bundesliga.

Primero fue el Bayern de Múnich en dieciseisavos, con un gol en el minuto 96. Luego llegó el Eintracht Frankfurt, al que vencieron con un contundente 2-0, y más tarde el Borussia Mönchengladbach, también eliminado con un gol agónico. Solo el Kaiserslautern (otro modesto) pudo frenar su camino hacia Berlín.

Alemania, territorio de matagigantes
Los jugadores del Saarbrücken celebran la victoria ante el Bayern en la Pokal 2023/2024DeFodi Images

Lo cierto es que no era la primera vez que el conjunto saarense se quedó a las puertas de la final, pues ya en la campaña 2019/20 llegaron a semifinales y fue precísamente el Leverkusen quien les amargó la noche.

Una fiesta que aguaron hasta al Madrid

Pero lo que realmente define al Saarbrücken es esa mezcla única de identidad confusa y un orgullo que nunca se ha perdido. Fundado en 1909, el club ha vivido una historia marcada por las circunstancias políticas de su región fronteriza.

Tras la Segunda Guerra Mundial, cuando el Sarre quedó bajo istración sa, el Saarbrücken fue expulsado de las ligas alemanas y obligado a jugar en la Ligue 2 sa durante la temporada 1948/49. Y como llevan la épica impregnada en sus raíces, con una campaña les bastó para proclamarse campeones de la competición sa, quedando por delante de históricos como Bordeaux (2º), RC Lens (3º), Le Havre (5º), Nantes (9º), Olympique de Lyon (10º) o Monaco (12º).

Desde entonces, el club no cesó en su empeño por encontrar su lugar en el panorama europeo, ya que su nivel superaba al de la modesta liga del Sarre. Por esta razón, impulsó la creación de un torneo internacional innovador: la Copa Internacional del Sarre, que nació en 1950 y que otorgaba un premio de dos millones de francos al campeón. El campeonato logró atraer a algunos de los clubes más importantes del continente, convirtiéndose así en un antecedente directo de la Copa de Europa, precursora de la actual Champions League.

Fue ese mismo año cuando desplegaron su primer recital en una gran cita. En Anfield se impusieron por 1-4 con ‘hat-trick’ de su ariete Herbert Binkert. Meses después, en febrero de 1951, los alemanes también le endosaron un 0-4 al Real Madrid en el recién inaugurado Chamartín.

La UEFA no olvidó la contribución del Saarbrücken en la consolidación de las competiciones internacionales, por lo que el campeón del Sarre fue invitado a participar en la histórica primera edición de la Copa de Europa. El lugar elegido para su estreno no podía ser otro que uno a la altura de su renombre: San Siro. Allí firmó uno de los capítulos más memorables de su historia, imponiéndose por 3-4 al Milan de Nordahl, Liedholm y Schiaffino.

Sin embargo, pese a su dominio en el terreno de juego, el rechazo masivo al Estatuto del Sarre en 1955 frustró la posibilidad de que la región se integrara en la República Federal de Alemania. Ese revés fue el principio del declive. El club comenzó a desmoronarse: sus figuras emigraban, sus dirigentes se negaban a abrazar el profesionalismo, por lo que Europa fue apartando la mirada de aquel equipo sin nación, que hoy sobrevive en la Tercera División alemana.

Kaiserslautern, el eco de los viejos campeones

Eliminado esta campaña por único equipo de Primera sigue en pie (Stuttgart), el Kaiserslautern, de Segunda División, que hace dos años militaba en Tercera, se ha hecho un hueco en la Pokal a lo largo de la historia.

Alemania, territorio de matagigantes
Los jugadores del Kaiserslautern disputan un balón con Florian Wirtz en la final de la Copa la temporada 2023/2024.TOBIAS SCHWARZ

En la temporada pasada, el histórico club que en 1998 asombró a Alemania ganando la Bundesliga como recién ascendido, volvió a despertar la mística de los viejos tiempos. Se metió en los cuartos de final de la Pokal tras imponerse por 2-0 al Nuremberg, y selló su billete a la gran final al eliminar al Saarbrücken, poniendo fin al sueño copero del modesto club de Tercera que había maravillado al país. En Berlín, ante un Olympiastadion teñido de rojo por decenas de miles de aficionados, los diablos rojos no pudieron doblegar al Bayer Leverkusen. Pero su camino fue celebrado como una gesta.

No era la primera. La historia del Kaiserslautern está trufada de capítulos gloriosos. En 1990 levantaron su primera Copa tras vencer 3-2 al Werder Bremen en una final vibrante. En 1996, repitieron hazaña derrotando 1-0 al Karlsruher SC. Incluso en la temporada 1980-81, eliminaron al todopoderoso Bayern en tercera ronda y al Borussia Mönchengladbach en cuartos, antes de caer en la final frente al Eintracht Frankfurt. Una trayectoria que consolidó al club como especialista en noches grandes, donde el peso del escudo pesa más que el presupuesto.

Y es que el Kaiserslautern ha sido también un símbolo de resistencia frente a la adversidad. En 2020, golpeado por una deuda de 24 millones de euros, el club se declaró en quiebra y solicitó voluntariamente un procedimiento de insolvencia, que les adentró en una época oscura marcada por el descenso a Tercera y una profunda crisis institucional.

Fortuna Düsseldorf: un camino heroico hasta semifinales

En esa misma edición de la Copa, el Fortuna Düsseldorf realizó una actuación notable que culminó en unas semifinales que no pisaban desde hacía 28 años. En cuartos, eliminaron al FC St. Pauli en uno de los partidos más vibrantes del torneo: un 3-3 de infarto que se decidió desde los once metros.

El sueño terminó en la siguiente ronda, ante el imparable Bayer Leverkusen, que impuso su superioridad con un contundente 4-0. Aun así, la gesta estaba hecha: un club de Segunda despertaba a sus viejos fantasmas campeones, y lo hacía con convicción. Porque aunque cueste recordarlo, este mismo equipo levantó la Pokal en 1979 y 1980, en ambos casos, ante históricos como el Hertha y el Köln.

No fue esa su única aventura épica. En 1979, el Fortuna alcanzó también la final de la Recopa de Europa y solo el Barcelona de Krankl y Rexach pudo frenarlos, tras un agónico 4-3 en la prórroga. Desde entonces, la historia del club ha transcurrido entre luces y sombras: descensos, ascensos, y momentos de zozobra económica. Pero cuando llega la Pokal, algo se activa en Düsseldorf.

Así las cosas, la DFB Pokal parece tener una memoria prodigiosa para los sueños. Cada temporada, convoca a gigantes a rendirse ante la audacia de los pequeños, y este año, su milagro también nombre propio: Arminia Bielefeld.

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