ARSENAL - REAL MADRID

Cuando Henry y Vieira ‘fueron’ del Madrid

Dos leyendas del Arsenal a medio paso de haberlo sido en el Bernabéu. Con Henry se firmó un precontrato; con Vieira... Florentino se pasó a Owen.

AS informó del precontrato del Real Madrid con el padre de Henry (1996), y de la negociación frontal por Vieira (2004).
Carlos Forjanes
Nació en Madrid en 1982. Desempeña desde 2007 en AS las funciones de redactor primero en la sección de Fútbol y poco después en la del Real Madrid. En ella ha cubierto, entre otros torneos, tres finales de la Champions League. También forma parte del programa ‘Tres de Descuento’ en el Twitch de AS y presenta el espacio ‘Fútbol Sapiens’ en AStv.
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Imagínense qué podría haber sido del Real Madrid de secano en Europa entre la Novena (2002) y la Décima (2014) de haber contando en sus filas con dos cañones como Patrick Vieira y Thierry Henry, leyendas del Arsenal y por entonces la créme de la créme en Europa. Pues muy bien pudo no ser un ejercicio imaginativo, de fútbol-ficción. Los dos estuvieron a medio pasito de pertenecer a la entidad madridista. Por Vieira, Florentino estableció una operación digna de un galáctico, con una partida de cartas a cara de perro contra Arsène Wenger, el Arsenal y el mediocentro francés (que se declaró en rebeldía, ¿les suena?) que estuvo a horas de cristalizar. Con Henry, años antes, el Madrid fue incluso más lejos: Lorenzo Sanz consiguió un preacuerdo...

La cronología con Vieira fue la de un culebrón en toda regla. El Madrid en aquel verano de 2004 quería músculo por el medio. Camacho, recién llegado al banquillo, cenó con Florentino Pérez el 14 de julio y le puso el nombre del internacional bleu entre plato y plato. Se inició la ofensiva total, con el visto bueno de Vieira, que quería abandonar Highbury. Florentino a la toma de la Bastilla. El 23 de julio, el futbolista añadió drama: se pasó por el estadio gunner a recoger sus cosas y le confesó a un fisioterapeuta que quería irse al Madrid. Confesión, claro, que acabó en los tabloides británicos. Para el 27 de julio la tentativa era de dominio público. Hasta Butragueño, desde la gira del Madrid por Tokio, se lanzó a hablar de Vieira: “Es muy importante para el Madrid y esta semana será decisiva para su fichaje”. El gran impedimento no era otro que Arsène Wenger. El ideólogo de llevarlo al Arsenal y de convertir ese equipo en aquel de Los Invencibles que ganó la Premier sin perder ni un solo partido. Agosto quemaba, y no sólo en el termómetro. El 4 de agosto el Arsenal parecía haber cedido ante la oferta blanca, pero reculó por Wenger. Ya no era una pelea entre clubes, era un rifirrafe entre el técnico francés y el Real Madrid. 8 de agosto de 2004, Vieira se quitó de encima la Community Shield alegando una lesión. Una manera clásica de mantener su pulso a Wenger y ser vendido. El arquitecto de aquel Arsenal legendario acabó perdiendo la paciencia tras ese mismo partido: “Patrick tiene la puerta abierta a marcharse...”. En Inglaterra incluso The Sun lo dio tan por hecho que serigrafió una camiseta del Madrid con el nombre y el dorsal, el 4, elegido para Vieira en el Madrid (curiosamente ese número lo tenía provisionalmente... Morientes).

Cuando Henry y Vieira ‘fueron’ del Madrid
AS reprodujo la camiseta del Real Madrid de Vieira que publicó The Sun.

Pero aquello de Wenger fue un sí, pero no. Se la jugó, puso al Arsenal contra la espada y la pared y Florentino perdió la paciencia. Se cruzó la opción de Michael Owen, flamante Balón de Oro con el Liverpool y más perfil galáctico, y el presidente cambió de cromos. Rompió con Londres, llamó a Anfield y el resto es historia.

Lo de Vieira no fueron fuegos de artificio, ni mucho menos. Hasta Zidane confesó públicamente que Florentino le había “pedido informes” sobre su compañero en la selección sa. El plan que pudo ser maestro de juntar a la columna vertebral de aquella Francia imperial, con Vieira y Zizou, se fue al limbo de los ‘no fichajes’ casi hechos que pudieron alterar significativamente la historia madridista. En el que figura, también, Thierry Henry...

La denuncia y la multa por Henry

Cuando se habla de aquel Thierry Henry legendario que asaltó el Bernabéu en febrero de 2006 con el Arsenal, en medio del derrumbe galáctico y con Ronaldo en el disparadero, son palabras mayores. Un cisne en forma de goleador. Tan claro lo vio el Madrid, que una década antes de sufrirlo lo tuvo prácticamente fichado. Era finales de octubre de 1996 y Titi no pasaba de ser un prometedor atacante de 19 años del Mónaco en la por entonces menos vigilada liga sa. Unas semanas antes de lanzarse a por él, el periodista Julio Maldonado Maldini había llamado la atención sobre él en su parabólica en Canal+. Fue premonitorio. Aunque el Madrid le seguía de antes. Dos de sus ojeadores, Paco de Gracia y Julián Muñoz, se volvieron con informes de Henry del Europeo Sub-18 celebrado en 1995 y los pusieron sobre la mesa de Ramón Martínez, entonces director deportivo. Pero Lorenzo Sanz, que había mandado al nuevo jefe de los fichajes (Pirri) a espiar en cuatro ocasiones al futbolista, fue quien le echó el guante en un hotel de París.

Allí pertrechó un preacuerdo con el padre y representante de Henry. El chico iría al Madrid en junio de 1997, cuando terminase su contrato como monegasco, por cuatro temporadas con opción a una quinta. Es más, el presidente blanco confirmó en AS tanto la operación como que incluso estaba dispuesto a no esperar tanto. “Si el Mónaco se aviene a negociar, es probable que contemos con él desde diciembre”, expresó, optimista. El fallecido mandatario se equivocaba, de plano. Henry se atrevió a hablar públicamente a favor (”Estaría encantado de jugar en el Real Madrid”) del fichaje, pero el Mónaco fue la guerra.

Cuando Henry y Vieira ‘fueron’ del Madrid
Henry celebra con Hleb su histórico gol en el Bernabéu en febrero de 2006.CARMELO RUBIO
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Desde el Principado se amenazó al Madrid con una denuncia ante FIFA por negociar con el muchacho antes de que este entrara en los últimos seis meses de contrato. Comenzaron así las presiones. La denuncia se cursó, FIFA la aceptó, multó tanto al Madrid como a Henry... y no dio por bueno el precontrato. El Mónaco siguió apretando las clavijas a la familia Henry para venderlo al mejor postor y al final, casi montados en el avión hacia Madrid, el padre de Henry le dijo a la entidad blanca que no podían resistir la presión. Unos días después, el Mónaco lo traspasaba a la Juventus. “Me quedé con el contrato de Henry en el cajón...”, confesaría dos décadas después Lorenzo Sanz...

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