La Champions de Achraf
El marroquí se ha transformado por completo con Luis Enrique y ha hecho una temporada espectacular. Su final de la Champions fue excelsa.
De todos los jugadores que ha transformado Luis Enrique desde que llegó a París, el que más ha crecido es, sin duda, Achraf Hakimi. En 2023, año en el que aterrizó el técnico asturiano en la capital sa, el lateral tenía dudas respecto a su futuro. Se le cuestionaba su rendimiento, su falta de adaptación e incluso su inadaptabilidad a un sistema de cuatro defensas, ese tópico que usan muchas personas en el mundo del fútbol para intentar explicar el mal rendimiento de un futbolista.
Con Lucho en el banquillo, Achraf se ha consolidado como uno de los mejores atacantes del mundo. No lateral, atacante, porque en el sistema del técnico asturiano, uno de los más trabajados del mundo, un reloj suizo en el que las agujas se mueven sin fallo, no existen las posiciones fijas. Ahí radica el éxito del marroquí, que ha sabido interpretar los espacios como ningún otro jugador de la plantilla y se convirtió, a su vez, en un arma letal indefendible para los rivales, sobre todo en la Champions League.
Achraf fue decisivo en todas las eliminatorias de la máxima competición continental desde los cuartos de final: marcó contra el Aston Villa en el partido de vuelta, también vio portería contra el Arsenal y allanó el triunfo del PSG en la final contra el Inter, abriendo la lata con una obra maestra de gol que inició Vitinha, continuó Doué y, a placer, el canterano del Real Madrid solo tuvo que empujarla a la red. Un tanto que supuso el colofón a una temporada en la que se ha convertido en un pilar, en el sostén de los parisinos, en un jugador total que solo es lateral cuando el balón está en las botas de Donnarumma.
“Luis Enrique me ha hecho alcanzar un nivel que nunca había experimentado en mi carrera”, dijo Achraf antes de las semifinales contra el Arsenal. El matrimonio ha sido perfecto. El técnico le ha potenciado en posiciones interiores, utilizándole de mediocentro, de interior, de extremo e incluso de delantero y el marroquí le ha devuelto la confianza con actuaciones estelares, con goles y asistencias, con una amalgama de recursos que han sembrado el terror en las defensas rivales.
No hay un ‘lateral’ en Europa que se haya acercado a los números de Achraf. Con 23 participaciones de gol, 9 goles y 14 asistencias, su determinación en los metros finales, donde es indetectable, y su rapidez para atacar el espacio le han erigido como un baluarte del actual campeón de la Champions League. Es tal su importancia en el equipo y su liderazgo que sus compañeros le nombraron segundo capitán, por detrás de Marquinhos, en septiembre.
El PSG se apresuró para firmarle un nuevo contrato y brindarle hasta 2029. No hubo ni que esperar: ambas partes acordaron firmar la renovación en cuestión de horas. Y el jugador se convirtió, también, en uno de los mejores pagados de la plantilla, refrendando el club parisino su confianza en un futbolista que es único en el fútbol actual por su posicionamiento y por su firmeza en el área rival.
Achraf firmó una prestación exuberante en la final contra el Inter, el club que dejó para marcharse a París a ser uno de los mejores jugadores del mundo. No celebró el 1-0 por respeto a su antiguo equipo y en ningún momento se vio sometido por un Dimarco que acabó desesperado ante sus incursiones constantes y fue sustituido en la segunda parte. Esa insistencia para atacar, esa hambre de marcar goles, esa potencia en el uno contra uno, encarnan a la perfección la voracidad y la filosofía de Luis Enrique, el gran artífice de una temporada histórica para el PSG.
Achraf ganó su tercera Champions, la primera con el Paris Saint-Germain, este sábado en Múnich. Recién proclamado mejor jugador africano del mundo, líder de Marruecos en el último Mundial, a la que guio a las semifinales, soldado de Luis Enrique en el PSG, el lateral derecho, o ya no tan lateral, podría firmar una campaña histórica si logra el próximo Mundial de Clubes. En África piden que gane el Balón de Oro. Y, atendiendo al nivel que ha exhibido esta temporada, no sería tan descabellado imaginarle con el prestigioso galardón.
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