Fabián era el fichaje
El mediocentro, sin hacer ruido, se ha convertido en una pieza indiscutible del PSG. El sábado, en Múnich, intentará poner la guinda a su gran temporada.


Hace no mucho tiempo, cuando más se ponía en tela de juicio su nivel, Luis Enrique declaró en rueda de prensa que “Fabiánhace cosas que los periodistas no veis”. El asturiano, rendido al talento del de Los Palacios, afirmó meses después, sin ambages, que su único error como seleccionador español fue no convocarle para el Mundial de Qatar. En 2025, el destino, el fútbol, el deporte que brinda, no siempre, segundas oportunidades, puede coronar a ambos como campeones de la Champions en una temporada histórica para el PSG.
El conjunto parisino espera levantar la ansiada Copa de Europa contra el Inter en Múnich, el escenario donde Fabián, hace poco menos de un año, dio un recital en el centro del campo de la selección española contra Francia, ante la que se volverá a ver las caras en las semifinales de la Nations League. Sus prestaciones en la Eurocopa, en la que fue uno de los mejores mediocentros del torneo, el mejor para muchos, le valieron para ganarse su continuidad en París. Una llamada de Luis Enrique a Luis Campos, recién renovado como director deportivo hasta 2030, fue suficiente para desbaratar cualquier atisbo de traspaso del exjugador del Betis.
Porque aquel torneo pudo ser el pretexto para Campos de venderle, de sacar una importante cantidad de dinero por Fabián, tan incomprendido por los hinchas del PSG, también por la prensa sa. Luis Enrique, consciente del, según dijo, error cometido en Qatar, no quiso volver a equivocarse, y apostó con firmeza por su talento, le dio galones en el mediocampo y le devolvió el nivel de confianza que había mostrado durante la última Eurocopa.
Fabián es uno de los jugadores con más minutos del PSG esta temporada. Superando los 3.000 minutos, apenas descansando, incluso con la liga ganada, el internacional español ha dado un paso al frente en 2025 y ha sido una pieza indispensable para que el PSG opte a un Triplete histórico e inédito en el club y.en el fútbol francés. Su golazo contra el Arsenal en las semifinales de la Champions, decisivo para certificar el pase a la final, unido a actuaciones de mucho mérito, como en octavos contra el Liverpool, le han servido para que, por fin, la prensa y París se rinda a su calidad.
Precisamente el diario L’Équipe le dedicó un extenso artículo esta semana, destacando su aplomo, su espíritu colectivo y su “trabajo en la sombra”, su silencio mediático. No acostumbrado a emitir declaraciones, jugador de pocas palabras, de hechos en el verde, Fabián encarna el perfil de jugadores que le encanta a Luis Enrique: polivalente, inteligente y con un ingente volumen de juego. Esa ocupación de los espacios, que tanto resalta el técnico asturiano, han sido capitales para un PSG que cuenta, a su lado, con dos mediocentros de talla mundial, Vitinha y Joao Neves, con los que forma un trinomio demoledor cuando los tres tienen la posesión.
Sus estadísticas, 15 participaciones de gol, 5 goles y 10 asistencias, en 50 encuentros entre todas las competiciones arrojan un crecimiento extraordinario de Fabián en su tercera temporada en París. Cuando pocos esperaban su incorporación, Luis Campos, un maestro de los traspasos y un ávido conocedor del mercado de fichajes, desembolsó 22 millones de euros para incorporarle procedente del Napoli. Aunque le costó arrancar, en una mala temporada para el PSG, con Galtier en el banquillo, eliminado en octavos de Champions por el Bayern, la llegada de Luis Enrique cambió por completo su status en la capital sa.
Ni la irrupción perentoria del joven Zaïre-Emery, de 18 años, le relegó a un segundo plano. Impertérrito en los peores momentos, donde hay que arrimar el hombro y ponerse al servicio de lo colectivo, en esos momentos en los que entran dudas en las piernas, Fabián fue uno de los baluartes del Paris Saint-Germain. Luis Enrique enmendó su error en Qatar y decidió brindarle una confianza y una importancia en su estilo de juego que lo han catapultado a una nueva dimensión. La final contra el Inter, en Múnich, en un escenario en el que se convirtió en uno de los mejores mediocentros, sino el mejor, de la pasada Eurocopa, puede suponer la culminación de una histórica temporada para el centrocampista, una de las mejores de su carrera, sino la mejor, y un broche final a un año en el que no se entiende el éxito sin los tacos de sus botas.
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