Hugo rechazó un millón de dólares para quedarse en el Real Madrid
Hugo González, canterano del Real Madrid que este verano apunta a posiciones altas del ‘draft’ de la NBA, rechazó esta gran oferta de Estados Unidos.

La fuga de talentos de Europa a América, con los nuevos parámetros económicos en los que se mueve la NCAA, está abriendo el tarro de las esencias en términos de baloncesto formativo en todos los niveles. Todos los actores de la obra están jugando sus cartas para lucir como el que más. La competición universitaria abrió la veda para que sus integrantes pudieran beneficiarse a nivel salarial de lo que producían, no directamente sino a través de un programa denominado NIL por sus siglas en inglés (Name, Image, Likeness), una compensación basándose en derechos de imagen y autor. Sueldos millonarios para chicos que, en el rango de la legislación estadounidense, ni siquiera son mayores de edad. Y en Europa también se han agrandado las opciones: jugadores en cantera priorizan el salto para estar más cerca de la NBA y, además, ver incrementados sus ingresos en el banco y sus minutos en la cancha. Todos ganan menos unos, los clubes que soportan los primeros pasos de la formación deportiva. Por ello la FIBA entra en escena.
Durante la reunión de la directiva de la Federación Internacional, enmarcada en el sorteo de la fase de clasificación para el Mundial masculino de 2027, el estamento decidió sobre esta materia. Asumió las directrices de un grupo de seguimiento que creó el pasado diciembre. Por ello se han definido tres objetivos: “mantener un ecosistema sostenible, enfocándose en ayudar a los jugadores a estar bien informados de las decisiones que toman; incrementar la disponibilidad de los jugadores de la NCAA en partidos de selecciones nacionales; ayudar a proteger a los clubes que invierten en la formación de los implicados”. Así se pretende entablar un diálogo con la NCAA para “tratar las transacciones de jugadores no estadounidenses a las universidades de la misma forma que se hace con los clubes asociados a la FIBA”, y ésa no es otra que la letter of clearance, un tránsfer por carta que gestiona la Federación para validar los fichajes.
Ahora mismo los chicos con visión de futuro y capacidad de progresión que han alcanzado un cierto nivel se ven con ofertas de todo tipo de universidades para, a través de su imagen, generar un sueldo sobradamente superior al de Europa. Muchos de ellos tienen contratos semiprofesionales, acuerdos por una cierta cantidad pero alejada de los estándares de primeras plantillas, por lo que la oportunidad es de campanillas.
El anuncio ha dejado sensaciones encontradas en el mundo del baloncesto. Una de las opiniones en contra es la del periodista Jonathan Givony, uno de los ojeadores de talento cuya opinión más importa en Estados Unidos por el desarrollo y la plataforma que utiliza. El plumilla de ESPN se lanzaba contra los clubes europeos por haber permitido esta fuga de talento, ofreciendo escasos minutos en pista a sus jóvenes y forzándolos a buscar un camino en otro lugar. El contraargumento se lo daba Aris Barkas, periodista griego y responsable de EuroHoops: ¿por qué los combinados del Viejo Continente iban a invertir a tope en un joven si ya saben que lo perderán si se vuelve verdaderamente bueno?
Debate que giraba en torno a un nombre con el que ejemplificar el asunto. Hugo González Peña, canterano del Real Madrid con amplias posibilidades de ser elegido en primera ronda este año e incluso en las posiciones derivadas de la lotería, las catorce primeras. El escolta-alero madrileño rechazó en su día una oferta de un millón de dólares por parte de Brigham Young para continuar su formación en la capital española.
Hugo, de 19 años, es uno de los prospects internacionales que hay en el draft de la NBA este año. A pesar de que la temporada con el Real Madrid, donde está gozando de minutos en este tramo final, le ha impedido ir al combine, un evento en el que los equipos ven de primera mano las aptitudes de los candidatos en un primer brochazo, las opciones están intactas. La progresión de este año, en el que pertenece a la primera plantilla, ha ayudado. Sobre todo en ACB: 4,5 puntos y 2,4 rebotes en 13,2 minutos en 26 entregas. Según el periodista americano, BYU le ponía un millón de sueldo en la mano. Esa misma universidad es la que se llevó de la cantera blanca al ruso Egor Demin, al que también sitúan entre las posiciones 10 y 20, después de conseguir un doblete en la Euroliga júnior y no hallar un hueco en el equipo principal que dirige Chus Mateo. “Hugo casi ni sale del banquillo en algunos partidos. Está bastante claro que Demin acertó con su decisión de marcharse”, dice Givony. “La cláusula de salida de González también estaba en torno al millón”, contesta Barkas. Al final esto se trata de cuánto puedes cuidar la cantera comparándolo con el retorno que vas a tener a la hora de quedártelos en la plantilla sénior, qué competencia hay en el ámbito nacional o continental y qué se oferta tanto en dinero como en exposición al otro lado del charco.
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En esta intervención de la Federación Internacional de baloncesto se encuentra el miedo, por la parte que les toca, de que se vea afectado el producto de las selecciones. Por una parte, durante la temporada de clubes con las ventanas de clasificación para los campeonatos veraniegos; por otra, con las categorías inferiores para los meses de julio y agosto. En equipos universitarios se destina la pretemporada pero también la primera parte del verano a realizar giras con las que sacar dinero y probar a jugadores, y durante el año el calendario es exigente entre los partidos y el tiempo dedicado al estudio y los exámenes.
Sigue la sangría
La NCAA está pescando donde puede. La ACB, liga nacional de referencia a nivel mundial sólo por detrás de la estadounidense, lo está pagando. Algunos nombres apuntan a ella para el próximo curso: Rubén Domínguez y Thijs de Ridder, de Surne Bilbao Basket; Guillermo del Pino, formado en Málaga y ahora jugando en Córdoba; Musa Sagnia, de Baxi Manresa; Mario Saint-Supéry, cedido por el Unicaja en el club manresano; Dame Sarr, despedido por el Barça tras fugarse antes de un Clásico. Y estamos en mayo, la lista continuará...
El caso en el Real Madrid es sangrante. Además de ver por el retrovisor salidas como las de Jan Vide o Ismaila Diagne, este año se ha confirmado antes de siquiera acabar la temporada que Sidi Gueye jugará en Arizona el próximo año. Y Hugo, con lo bien posicionado que está, podría dar el salto inmediato, pero a la elección de talentos también se presenta un Eli Ndiaye que ha dejado frío al aficionado merengue con su desempeño junto a Tavares, Ibaka, Fernando o el retornado Garuba, una dualidad en la que en ningún caso sale favorecido el equipo formador salvo que cobre una jugosa cláusula.
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