Benite derriba al Movistar Estudiantes

Al Movistar Estudiantes se le ha atragantado este tramo de temporada. Este viernes sumó la segunda derrota en los últimos tres partidos (la 5ª del curso en 28 jornadas), las dos ya con Natxo Lezkano de entrenador. Si la primera fue en Santiago frente al Monbus Obradoiro, en esta ocasión claudicó en Sevilla frente al Betis (75-71), que mantiene inexpugnable San Pablo. Ni el Sïlbio San Pablo Burgos, que ya cuenta los días para certificar su ascenso a la Liga Endesa, pudo asaltar el fortín andaluz.

Eso sí, las dos derrotas son diferentes. Mientras que en Galicia, el Obra dio pocas opciones a uno Estu que estrenaba entrenador; en el sur de España, los ramireños dejaron escapar el triunfo: al alba del último periodo estaban 8 arriba y controlaban a un rival que se movía a los espasmos que marcaba Hughes y Radoncic. Nada más. Los visitantes habían maniatado al Betis. No sufrían en el rebote. Y tampoco demasiado en defensa. En ataque, cuando Granger (14 puntos y 8 asistencias para 19 de valoración) y Kravic (16) carburaban todo fluía, pero…

Cuando te enfrentas a un rival con la plantilla del Betis todo se puede dar la vuelta y más si descuidas la defensa. Si Hughes mantenía a flote a los suyos (16 tantos con 5 triples, 4 tras el descanso), Benite los llevó a puerto. Y en un parpadeo. Fueron 8 tantos en apenas 90 segundos: empezó cuando faltaban 02:12 y acabó con solo 00:52. Del 64-66 a un 72-68 que los madrileños no pudieron levantar. El Betis superó en ese último cuarto, por primera vez, los 20 tantos, hasta los 26. Aunque salvaron el average por una pardillada de Renfroe que dio tres libres a Granger cuando el duelo moría. Bueno, lo empataron: +4 para cada equipo en cada enfrentamiento.

Picos y valles, amigo; picos y valles. Así se describe la primera parte madrileña en territorio bético. Salida seria. Apañada. Con circulación de balón y revoluciones en defensa. Alderete, Rodríguez y Rubio anotaban, mientras el Betis buscaba la x en el mapa. Y la encontró con Benite y Renfroe, desde la larga distancia, y con la musculatura de Olumuyiwa, que intimidó a Barro y cerró la zona local, para pasar del 2-7 al 18-12.

Los colegiales estaban secos (4 de 18 en tiros de campo con un 2 de 9 desde el triple al cerrar el cuarto inicial) y los sevillanos vieron la sangre. Radoncic se desmelenaba con 7 puntos casi seguidos para poner el +8 (25-17). Pero apareció Granger y el Estu se fue haciendo con el parqué. Su primera rotación en el partido no fue buena, pero la segunda… Su unión con Kravic dio frutos: 8 puntos sin casi oposición del pívot. También su penetración central y su capacidad para ver a sus compañeros solos. Y parcial de 12-2 para dar la vuelta al marcador, hasta el 27-31. Las aguas se templaron en ambos bandos. Golpes y 34-38 al descanso con el Betis dañado por la defensa visitante que forzaba 8 pérdidas.

La segunda parte dio más músculo al Estudiantes, que se estiraba con más soltura en el marcador. Logró un +7 (36-43) con un triple de un buen Rubio a la vuelta de vestuarios y un +8 (49-57) con otro de Andric al arranque del cuarto periodo. Hughes, con triples imposibles, no permitía que la diferencia creciera. Tampoco Radoncic. El primer acierto exterior de Granger (64-66) parecía reventar a un Betis que resurgió de la mano de Benite y sus 8 tantos de veteranazo. Un buen duelo entre dos rivales que lucharan por la última plaza de ascenso. Sería precioso un tercer duelo.

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