Andrés Feliz se reivindica

La derrota del Real Madrid frente al Olympiacos ha dado mucho que hablar. Las declaraciones cruzadas y la actuación arbitral han sido la tónica de una eliminatoria entre el octavo (los blancos, que tuvieron que disputar dos partidos de play in para clasificarse) y el primero de la fase regular, el equipo griego. Que, a pesar del 3-1 final, tuvo que sudar mucho para imponerse a un rival que fue todo pundonor y que tuvo un lanzamiento para forzar el quinto asalto que no pudo concretar un bravísimo Alberto Abalde. Así, la entidad más laureada de la historia del Viejo Continente dice adiós a una Final Four a la que había accedido las tres últimas temporadas de forma ininterrumpida.

Pero siempre hay conclusiones positivas que sacar y los blancos lo pueden hacer con Andrés Feliz. En una temporada que empezó con muchas bajas (Guerschon Yabusele, Vincent Poirier, Rudy Fernández, Sergio Rodríguez) y en la que el sainete de Mario Hezonja perjudicó emocionalmente al equipo, los refuerzos no fueron como se esperaban y, en última instancia, no han servido para tapar las carencias del equipo. Serge Ibaka ha sido intermitente, al igual que un Usman Garuba que ha arrastrado demasiados problemas físicos, especialmente a inicios de curso; Xavier Rathan-Mayes está fuera de la rotación, el paso de Dennis Smith fue efímero y el papel de Bruno Fernando es más que cuestionable. Pero Feliz, que empezó a trompicones, se ha consolidado. Y su papel puede ser clave en lo venidero.

En abril, en la victoria del Madrid en el Palau Blaugrana frente al Barcelona, el eterno rival, Feliz ya hizo 14 puntos que fueron esenciales para inclinar la balanza de un choque más que ajustado (89-91). Y, desde entonces, se ha convertido en alguien cada vez más importante en la rotación, con repetidas alabanzas tanto a su nivel como a su compromiso. Sus habilidades para el bote y la penetración con apenas 1,83 centímetros de altura son tremendas, así como su poder vertical y sus buenas manos, lo que le permite obtener muchos robos. Su carácter espídico y anárquico muchas veces vuelve locos a sus rivales. Y con apenas 27 años, el que fuera un héroe en el Joventut ha demostrado que está a la altura de las expectativas y que puede convertirse en alguien muy importante en el futuro del Madrid.

Contra el Olympiacos, ha destacado siempre: en el primer encuentro se fue a 8 puntos, 3 asistencias, 4 robos en 17 minutos. En el segundo, el de la polémica arbitral, logró 4 tantos, 2 rechaces, 2 pases a canasta y la friolera de 6 robos en 22 minutos. El tercero fue el más discreto a nivel estadístico (4+2+2), pero Chus Mateo lo introdujo en el quinteto del último cuarto (junto a Sergio Llull, Alberto Abalde, Usman Garuba y Serge Ibaka) y los blancos inclinaron la balanza. Algo que no ocurrió en el quinto, cuando el técnico decidió sentarle mientras buscaba la solución en la veteranía de Facundo Campazzo. Feliz acabó con 9 puntos y 6 rebotes (3 ofensivos) y sostuvo a los locales en el tercer periodo. El Madrid perdió, pero el base se reivindicó. Y será esencial, seguro, para lo que viene. Que no es poco.

Esto opinaron los lectores de AS sobre Andrés Feliz:

Para confirmar las buenas sensaciones que está transmitiendo desde hace tiempo, ayer cuajó el que seguramente sea el mejor partido con la camiseta blanca. En casa ante el Valencia Basket, uno de los grandes rivales que va a tener el Madrid en la lucha por el único título que se puede llevar esta temporada, la Liga Endesa. Feliz acabó el encuentro con 20 puntos, 5 rebotes, 4 asistencias y 26 de valoración en apenas 19 minutos en pista. Pleno de confianza, ha recuperado la versión del Joventut con la que acabó en el mejor quinteto de la ACB la pasada temporada y se ha convertido en un jugador fundamental para el sprint final del Real Madrid.

¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí