Una salchicha servida en el avión arruina el viaje de un turista y la aerolínea se lava las manos: “No vuelvo a volar con ellos”
Un pasajero de un vuelo de WizzAir acaba intoxicado por una salchicha podrida y la aerolínea húngara se inmiscuye del problema. “Me sentí mal del estómago durante un día entero”.

Un pasajero de la aerolínea de bajo costo Wizz Air ha denunciado haber sufrido una intoxicación alimentaria tras consumir un embutido comprado a bordo del avión. Aki, quien viajaba con sus dos hijos desde Turku, Finlandia, hasta Gdańsk, Polonia, afirma que la empresa se ha desentendido de lo sucedido, negando cualquier responsabilidad sobre los productos que ofrece durante sus vuelos.
Durante el viaje, el hombre adquirió una salchicha seca denominada comercialmente como Kabanos Classic, por un precio de cuatro euros y medio. Según su testimonio, el embutido, que venía enrollado en el paquete, tenía una longitud de aproximadamente dos metros. Al principio, no notó nada extraño, pero tras consumir la mitad del producto, descubrió zonas de color verdoso en su superficie. Al observar más de cerca, utilizando sus gafas, se dio cuenta de que la salchicha estaba en mal estado y que ya había ingerido partes afectadas por moho.
“En algún momento noté algo raro y me pregunté qué era aquello. Me puse las gafas y vi que la condición del embutido era bastante mala. Entonces, me di cuenta de que ya había comido algunas de las zonas verdes. Ahí pensé que debía hacer algo al respecto”, relató Aki al medio finlandés Iltalehti.
Completo desinterés y vacaciones arruinadas
Tras advertir de la situación, el ciudadano finlandés llamó a la tripulación presionando el botón de asistencia. El personal retiró inmediatamente la salchicha y, como disculpa, le ofrecieron una lata de patatas fritas. Sin embargo, su petición de recibir un trago de vodka para desinfectar su estómago fue rechazada, ya que la venta de alcohol había finalizado en ese momento.
Con aquella negativa, Aki se bajó angustiado del avión. A su llegada del hotel en su destino, comenzó a sentir molestias estomacales y posteriormente sufrió vómitos y diarrea durante un día entero. Como su viaje era corto y el vuelo de regreso estaba programado para dos días después, prácticamente toda su estancia se vio afectada. “Planeábamos aprovechar al máximo el poco tiempo que teníamos, pero siendo el único adulto en el viaje, no había mucho que pudiéramos hacer si yo estaba postrado en cama”, lamentó. Sus hijos, por suerte, no experimentaron síntomas, ya que no consumieron demasiado el embutido.
Días después, el hombre ó con el servicio de atención al cliente de Wizz Air para reportar lo sucedido. La aerolínea lamentó la experiencia, pero dejó claro que no se hace responsable de los productos vendidos a bordo. “Queremos aclarar amablemente que no somos responsables de los servicios ofrecidos en el avión”, respondió la compañía en un correo electrónico. Sin embargo, Aki se mostró desconcertado por esta respuesta.
“Me pareció bastante extraño. ¿Entonces quién es responsable? Era un producto vendido en su avión y dentro de su catálogo. Entiendo que compren los productos a un proveedor externo, pero creo que deberían asumir algún tipo de responsabilidad o, al menos, intentar resolver la situación”, argumentó.
Wizz Air, en un intento de respuesta resolutiva, se limitó a sugerir que se pusiera en o con el personal del aeropuerto, sin especificar a qué entidad debía dirigirse ni cómo proceder. Una gestión de una situación comprometida por parte de la aerolínea “insuficiente” que vaticinan sentencias como la que concluyó Aki: “Después de esto, dudo mucho que vuelva a volar con Wizz Air”.
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