Una farmacéutica lanza un dardo a favor del superdispositivo coreano antiedad más vendido
Una experta en dermocosmética analiza tras un mes de uso real el gadget facial más popular de Corea, famoso por su promesa de “glass skin”.
En un mercado saturado de cremas milagrosas y promesas exageradas, los dispositivos cosméticos portátiles están ganando terreno. Cada vez más personas buscan resultados visibles sin recurrir a tratamientos costosos en clínicas especializadas. El último fenómeno en este campo es un aparato coreano que ha conquistado tanto a celebridades como a farmacéuticas especializadas: el Age-R Booster Pro de Medicube.
Este pequeño dispositivo, que ya es un superventas en Corea del Sur, se ha colado en la rutina de belleza de figuras como Hailey Bieber y Kylie Jenner. Pero más allá del furor en redes sociales, una profesional del sector ha decidido probarlo durante un mes para evaluar sus verdaderos efectos.
¿Funciona?
La farmacéutica detrás de la cuenta de instagram @theporefectskin, conocida por sus análisis sobre productos de cuidado facial, ha compartido su experiencia tras cuatro semanas utilizando este gadget. Su veredicto es claro: no es un producto universal ni milagroso, pero bien usado, puede marcar la diferencia.
“Noté cambios visibles en la luminosidad del rostro, una textura más uniforme y poros más disimulados”, comenta la especialista, aunque advierte que no es apto para pieles extremadamente sensibles ni para quienes tengan baja tolerancia al dolor.
El Booster Pro no es un simple masajeador facial. Integra seis tecnologías distintas: electroporación, microcorrientes, estimulación muscular eléctrica (EMS), terapia LED multicolor, vibración sónica y air shot (estimulación por micropulsos eléctricos).
Según la marca, estas funciones buscan mejorar la firmeza cutánea, suavizar arrugas, minimizar poros y facilitar la absorción de productos tópicos.
“No es agradable, pero sí eficaz”
Para la farmacéutica, los modos más eficaces han sido Air Shot y Micro Current. El primero emplea pulsos eléctricos que provocan una sensación de pinchazo, generando un leve enrojecimiento temporal. “No es agradable, pero sí eficaz. Tras varias sesiones, el poro se ve más cerrado”, explica. El segundo, en cambio, actúa mediante corrientes suaves que tonifican los músculos faciales y ayudan a redefinir el contorno.
El protocolo de uso recomendado es claro: piel limpia y seca, aplicar el dispositivo sin productos encima (en algunos modos), utilizar entre dos y tres veces por semana y evitar mantenerlo mucho tiempo sobre la misma zona.
“En el modo Air Shot se recomienda un movimiento tipo ‘toquecitos’ para evitar irritaciones. Si se combina con una buena rutina cosmética, se notan mejoras”, añade la farmacéutica.
Por supuesto, este tipo de herramientas no puede igualar la potencia ni los resultados inmediatos de tratamientos profesionales como el Hydrafacial, el Thermage o el Emface. Sin embargo, para quienes buscan una solución diaria desde casa sin invertir grandes cantidades, representa una opción innovadora y eficaz.
“Es ideal como complemento de una rutina antiedad constante y bien planificada, pero no reemplaza una valoración dermatológica ni un tratamiento médico estético”, concluye la experta.
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