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Un psicólogo explica las 11 características comunes que tienen todos los jefes tóxicos en las empresas

Matan la creatividad, no dialogan, son adictos al trabajo, no saben delegar ni argumentar... y acaban lastrando a la empresa.

Un psicólogo explica las 11 características comunes que tienen todos los jefes tóxicos en las empresas
Laura Martin Sanjuan
Cosecha del 81. Licenciada en Periodismo. Desde 2017 en Diario AS. Si hay un directo, estará tecleando. Sino, estará buscando una entrevista, un destino por descubrir o un personaje al que conocer.
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No se puede controlar la toxicidad de otras personas, pero sí podemos controlar cómo reaccionamos ante ellas, y esto tiene el poder de alterar el curso de una relación. Un estudio de la Universidad de Georgetown, el 98% de las personas reportaron experimentar comportamientos tóxicos en el trabajo. El estudio reveló que las relaciones tóxicas influyen negativamente en los empleados y sus organizaciones de nueve maneras notables:

  • El 80% perdió tiempo de trabajo preocupándose por los incidentes.
  • El 78% afirmó que su compromiso con la organización disminuyó.
  • El 66% afirmó que su rendimiento disminuyó.
  • El 63% perdió tiempo de trabajo evitando al agresor.
  • El 47% disminuyó intencionalmente el tiempo dedicado al trabajo.
  • El 38% disminuyó intencionalmente la calidad de su trabajo.
  • El 25% itió descargar su frustración con los clientes.
  • El 12% afirmó haber dejado su trabajo por ello.
  • El 48% disminuyó intencionalmente su esfuerzo laboral.

Tener un jefe tóxico influye negativamente no sólo en el entorno laboral, también en la relación personal. Se puede pasar de la iración al desprecio en días. Del respeto profesional a vetarlo a nivel personal. Una situación que baja el rendimiento de los trabajadores, crea tensión, aumenta el nerviosismo, los fallos y errores, y la sensación de vigilancia es mayor, creando incertidumbre tanto en los trabajadores, como en el resto de compañeros.

Un jefe tóxico no potencia la productividad. No ayuda al equipo. Para Ana María Castillo y Juan Carlos Cubeiro, profesionales del ámbito universitario y empresarial, califican a los jefes tóxicos en cinco grupos:

  • El acosador o intimidador, caracterizado por humillar a sus subordinados y dar órdenes abusando de su poder.
  • El microdetallista, que es incapaz de delegar porque piensa que nadie está a la altura.
  • El adicto al trabajo, que piensa que los turnos laborales son de 24 horas.
  • El todo - números, que solo da valor a los resultados económicos.
  • El favoritista, que no es justo ni imparcial.

Las 11 características de los jefes tóxicos

Son arrogantes y no se comunican de manera correcta con los subordinados. Siempre tienen la razón y esperan que los demás acepten sus palabras sólo por el hecho de ser el jefe.

No tienen en cuenta las necesidades de los empleados, ni personales ni laborales. Cuidar a un trabajador es cuidar la empresa. Quemar a un trabajador, es dejar que una sección vaya muriendo poco a poco, no tenga calidad ni brille.

No saben delegar, su opinión es la única verdadera, sus directrices dogma. No hay debate ni espacio para otras opciones.

Un jefe tóxico se enfada rápido, se irrita, no sabe discutir, sólo grita, no tienen paciencia, no dialogan porque la argumentación se acaba cuando dicen ‘soy el jefe’.

Mente cerrada, acciones cerradas, si te dice la frase ‘esto siempre se ha hecho así’, no necesitas más datos. El cambio les aterra, no les gusta, no hay innovación en proyectos, actividades, no hay evolución ni se la espera.

El control es su única manera de ejercer su cargo. Controlar todo, no delegar nunca, no permitir que la gente tome decisiones, tenga iniciativa, es otra característica que acaba dejando a la gente sin ilusiones, quemando pasiones, matando estar felices en el trabajo pudiendo hacerlo de otra manera.

No tienen confianza en sí mismos, sus acciones denotan una gran inseguridad. Les da miedo perder su cargo, verse superados, pero no hacen nada para evolucionar, para pensar diferente, para actuar distinto. Valorar si quiera otras acciones u opiniones haría tambalear su mundo.

Sus expectativas nunca son suficientes, siempre se centran en lo negativo, exigen mucho más de lo que esperado a sus trabajadores y no valoran cuando se hace un esfuerzo.

Los jefes tóxicos suelen ser clasistas, racistas, sexistas, homófobos... Su mundo es de una manera, y el resto sólo lo estropea. Discriminan según sus estándares. Pueden disimular un tiempo, pero estos comportamientos acaban saliendo.

Planificar mal es otra característica de los jefes. Todo tarde, sin orden, sin pensar en el tiempo de los demás. No hay una manera eficaz de organizar las tareas, elevando los picos de trabajo de manera innecesaria y poniendo nerviosos al resto de trabajadores por su incompetencia.

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Un mal jefe no cree en la creatividad. No va a ver necesario implementar nada diferente, siempre va a imperar lo tradicional, el pensamiento clásico. Nadie se va a ver con ganas de presentar un proyecto diferente, una idea novedosa, una creación o experiencia distinta. Cortando la creatividad, matando las ideas nuevas, nadie saca todo su potencial, todo es mecánico, sin espíritu, no se diferencia, nadie destacará por su talento, acabando siendo la empresa la realmente perjudicada.

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