Un matrimonio decide tener una relación abierta y señala las reglas que tiene: “Garantizan que el experimento funcione”
Una mujer cuenta las 10 reglas de su pareja abierta, y la necesidad de cambiar de identidad de madre a amante, y cómo encontró la manera para pedir el matrimonio que quería más allá del que tenía.


La escritora Deepa Paul, en ‘Pregúntame cómo funciona‘, narra cómo llegó a acuerdos con su marido para vivir una matrimonio abierto, con bases sólidas, sin que afecte a su hija y del que nadie más tiene por qué saber nada.
“Aprendí desde muy joven que lo diferente tiene su propio poder”, una de las frases de su libro que le viene de su abuela, cuando para concentrarse, para calmarse, para relajarse, incluso para algunas dolencias, le susurraba unos ‘mantras’ que ella fue añadiendo a su vida diaria.
Y en esa vida diaria, casada y con una hija, narra en su libro cómo son las bases de su matrimonio, una relación abierta con normas, para que funcione y que nadie sufra, al menos en su matrimonio, ya que cada familia y cada pareja es un mundo que sólo conocen ellos.
Normas para una relación abierta
Sexo seguro, siempre, especialmente en un momento en que las ETS (Enfermedades de Transmisión Sexual) han aumentado de manera significativa en los últimos años.
Agenda pactada. Las familias saben que cuadrar una semana es hacer malabares. Si a las excursiones, clases extraescolares, competiciones deportivas, citas médicas, se le añade la vida privada de papá y mamá, todo se complica. Pero en este caso la organización es la clave, y Google Calendar ayuda a tener siempre claro qué agenda tiene cada uno, destacando que el tiempo con otros no puede ser mayor al tiempo en familia.
Comunicar con quién se está, una regla de seguridad personal para que si pasa cualquier cosa, la otra persona tenga una dirección y un teléfono al que poder recurrir.
Pensar en los sentimientos de la pareja. Sí, no se quiere dañar a nadie, sino que todos disfruten y añadan lo bueno que tiene una relación abierta a la familia. Si uno de los dos no quiere que el otro salga, puede decirlo, pero será sólo una solicitud, no una orden, ni requerimiento ni un ultimátum.
No llevar parejas a casa, una regla para proteger a su hija y preservar los límites entre la vida familiar y la vida amorosa.
Nada de compañeros de trabajo, otra medida para proteger la estabilidad económica de la familia.
Amigos sí, pero no amigos del otro, una regla que evita problemas de muchos tipos.
No está permitido dormir fuera, ese momento íntimo de despertar al lado de la pareja se reserva para el matrimonio.
No se permiten detalles explícitos, a menos que se solicite. El no quiere saber nada, y ella en cambio lo quiere saber todo, “los detalles avivaban mi lujuria, pero extinguían la suya”, narra.
No más que una cita a la semana. El tiempo en familia se respeta, más en un momento en que los trabajos son muy exigentes, las exigencias familiares altas, y tener un tiempo de calidad juntos es fundamental para esta familia. Tampoco significa que sea obligatorio tener una cita a la semana, sino que ese es el máximo. La autora reconoce que para una mujer es mucho más sencillo a través de las diferentes aplicaciones encontrar citas constantemente. Todo reglas que “garantizan que el experimento funcione”, según Deepa Paul.
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