Sociedad

Un hombre de 49 años pasó de aparcar coches a ser un CEO multimillonario: “Sólo quería ganar 5.000 dólares al mes para sobrevivir”

Un inmigrante polaco que llegó a Estados Unidos hace casi tres décadas es ahora director ejecutivo y cofundador de una empresa multimillonaria. En sus inicios en el país, sobrevivía con tan sólo tres dólares al día.

Un hombre de 49 años pasó de aparcar coches a ser un CEO multimillonario: “Sólo quería ganar 5.000 dólares al mes para sobrevivir”
Nextiva
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El sueño americano es históricamente un anhelo para cualquier persona en el mundo. Desde una vida de ensueño hasta el máximo reconocimiento y éxito empresarial, la ilusión por emigrar a los Estados Unidos ha ido variando en sus fundamentos. Y en la era del Internet, y en el auge de las telecomunicaciones, esa ímpetu se ha acentuado, sobre todo cuando se empezaron a erigir los cimientos de las grandes tecnológicas.

Un ejemplo de ello fue el viaje de Tomas Gorny (49 años). Natural polaco, estudió en Alemania un grado universitario en tecnologías, pero su verdadera misión era mudarse al país del tío Sam para emprender un negocio en telecomunicaciones. Y tanto que lo consiguió: es el director ejecutivo y cofundador del software de hosting o alojamiento web en la nube Nextiva, empresa que da cobijo en la red a más de 150.000 empresas. Pero todo gran éxito tiene sus etapas de dificultades y penurias.

De vivir con tres dólares al día a tener un patrimonio de más de 1.000 millones

Todo comenzó en 1996, cuando un amigo de Gorny le invitó a Los Ángeles para que le ayudase a fundar una startup de hosting y dominios web. Tomas no se lo pensó dos veces, y abandonó sus estudios a unos meses de graduarse, reunió todos los ahorros de su vida (unos 15.000 dólares), y puso rumbo a Estados Unidos.

El dinero fue suficiente para fundar Internet Comunications, pero no para mucho más. La startup no generaba ingresos, asi que Gorny se vio en la obligación de trabajar noches y fines de semana como aparcacoches y limpiador de alfombras para sobrevivir. “Trabajaba hasta 100 horas semanales en tres empleos diferentes para llegar a fin de mes”, comenta en una entrevista para la cadena americana CNBC.

De esta forma, el emprendedor polaco ingresaba tan solo 3 dólares al día, de los cuales, en el cómputo global y en su mayoría, iban destinados a pagar alquiler y transporte. Vivía del McDonald’s, comenta al mismo medio Gorny. “Recuerdo que una vez a la semana, mi amigo y yo íbamos a Sizzler (hamburguesería norteamericana) y pedíamos bufé libre por ocho dólares... Siempre comía de más, porque era esa única vez a la semana que disfrutaba de verdad de mi comida”.

Tres años después, esa precariedad se convirtió en un patrimonio neto de muchos millones de dólares, aunque con algunos altibajos.

Un impulso por el auge de Internet que acabó en quiebra

La fiebre y consolidación de Internet provocó que en 1998, Internet Comunications fuese comprada por Interliant, otra empresa de hosting web. Con esta operación, Gorny se convirtió en accionista minoritario y comenzó a facturar varios millones de dólares con el tiempo. “Pasé de vivir literalmente con 3 dólares al día a convertirme, ahora, en millonario. Compré un coche por 40.000 dólares, pagué la hipoteca de una casa y reinvertí el resto de mis ganancias.”, dice el CEO de Nextiva.

Sin embargo, en 2001 todo se fue a pique con una bajada generalizada en bolsa de las acciones de las empresas de alojamiento web, e Interliant se vio obligada a echar el cierre. Gorny, angustiado, vendió sus acciones devaluadas e invirtió algunos miles de dólares en comprar dos servidores de Internet para una nueva empresa llamada Ipower. Esta tuvo un éxito notorio ya que permitía a los s crear sus propios sitios web sin muchos conocimientos técnicos, algo que revolucionó la industria tecnológica en aquella época.

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Con todo ello, y los ingresos millonarios que fue generando, en 2006 Gorny lanzó Nextiva aprovechando esta tendencia empresarial. A día de hoy la compañía de hosting web está valorada aproximadamente en 2.700 millones de dólares y cuenta con más de 150.000 clientes. Un éxito rotundo que se fundamenta en la capacidad de resiliencia de Gorny. “Tras la quiebra, sólo quería ganar 5.000 dólares al mes para sobrevivir y pagar mi hipoteca”, afirma. Y añade: “Incluso ahora, podría dormir en el sofá de alguien si fuera necesario”.

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