Un estudio activa las alarmas tras descubrir lo que las parejas españolas han dejado de hacer antes de ir a dormir
Según una encuesta, la mitad de las parejas españolas se dan el beso de las buenas noches, y cada vez menos se besan directamente.

Cada 13 de abril se celebra el Día Internacional del Beso, una fecha que rememora el récord mundial del beso más largo logrado en 2013 por una pareja tailandesa que permaneció unidas durante más de 58 horas. Desde entonces, esta efeméride recuerda no solo el romanticismo del gesto, sino también su poder emocional, afectivo y hasta terapéutico.
Sin embargo, en contraste con el simbolismo del acto, una reciente encuesta revela un escenario menos romántico: el beso de buenas noches se está convirtiendo en una costumbre en peligro de extinción. Según un estudio realizado por Pikolin a más de mil personas con pareja entre los 25 y 65 años, solo la mitad de los encuestados afirma darse un beso antes de dormir, y apenas un 35% lo hace al despertar.
El dato no es menor. Para la empresa promotora del estudio, este comportamiento refleja una desconexión creciente en la intimidad de las parejas. De hecho, nueve de cada diez iten tener obstáculos en su vida íntima, y solo el 57% mantiene conversaciones sobre la rutina diaria en la cama. El motivo es claro: el dormitorio, tradicionalmente espacio de descanso y unión, está perdiendo su valor como epicentro emocional de la relación.
Desde Andalucía hasta Cataluña, dónde se besan más y menos
El estudio además destaca importantes diferencias geográficas. Aragón lidera el ranking de las regiones donde más se olvida el beso nocturno, seguido por el País Vasco. Por el contrario, Cataluña se posiciona como la comunidad más afectuosa en este aspecto.
Para darle visibilidad al valor de este simple pero poderoso gesto, Pikolin se ha unido al artista urbano Alberto León, quien ha creado una serie de grafitis que celebran la importancia de los besos en la vida cotidiana. La campaña también contó con la participación de la sexóloga Sonia Encinas, quien recordó que “la intimidad no se trata solo de sexo”. Sino que representa la presencia en los momentos cotidianos. “Una caricia, un beso, una charla, una risa compartida, son suficientes”.
Con estos datos es inevitable reflexionar. Esos pequeños gestos que, lejos de ser triviales, fortalecen vínculos y combaten el desgaste emocional de la rutina. Besar no es solo una muestra de afecto, es un lenguaje sin palabras. Quizá hoy sea un buen día para recuperar esa tradición: un beso antes de dormir, o al despertar, puede ser el primer paso para reconectar con quien tenemos al lado. En tiempos donde todo va tan rápido, detenerse un instante para sellar los labios en un gesto de amor puede ser un acto tan simple… como profundamente transformador.
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