Tienen un cuadro colgado en la sala de estar y descubren que es un tesoro de 800.000 euros: “Fue muy conmovedor”

Los mejores tesoros suelen estar escondidos, pero hay ocasiones en las que tenemos delante de nuestros ojos una verdadera joya y no nos damos cuenta. Eso es precisamente lo que le ocurrió a una familia sa que tenía un cuadro colgado en un muro detrás de una puerta desde hace más de cien años sin saber que era una pintura valorada en cientos de miles de euros.

Los propietarios de la casa no saben cómo llegó el cuadro a la residencia familiar ni tienen pistas sobre su procedencia. Todo lo que sabían es que llevaba en el mismo sitio desde principios del siglo XX, y nunca le habían prestado atención hasta que decidieron solicitar una estimación a un experto. Es entonces cuando su vida cambió: se trataba de una obra del artista holandés Pieter Brueghe ‘el Jóven’.

Una pintura de 800.000 euros

Malo de Lussac, especialista de la Casa de Subastas Daguerre Val de Loire, acudió a la casa de la familia para valorar un cuadro que, según pensaban sus dueños, era una copia que no valía mucho dinero. Sin embargo, el experto tardó poco en darse cuenta de que estaba ante un Brueghel original, que fue pintado entre 1615 y 1617 y se valoró en casi 800.000 euros.

La obra es una versión de ‘L’Avocat du village’ (traducido como ‘El abogado del pueblo’), un tema que Pieter Brueghel reprodujo hasta 90 veces. Mide 112 centímetros de alto y 184 centímetros de ancho, representa un grupo de aldeanos haciendo amontonados en las oficinas de un abogado, y también recibe otros nombres como ‘El Pago del Diezmo’, ‘La Oficina del Notario’ o ‘El Pago del Diezmo’.

“Fue divertido y conmovedor”

Para confirmar sus sospechas de que la pintura no era una imitación, Malo de Lussac la envió a Alemania, donde los expertos verificaron su originalidad. Cuando la familia se enteró, pidió a Malo de Lussac que les hiciese una foto delante del cuadro para guardarse un recuerdo de la obra que había tenido durante décadas en su casa: “fue a la vez divertido y conmovedor, es uno de esos hallazgos únicos que ocurren una vez en la carrera”, concluyó el tasador. En cuanto a la pintura, fue subastada en París y se vendió por por 780.000 euros.

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