Reino Unido habla de “crisis en España” por la subida de precios de los productos que llevan a los turistas a abandonar los restaurantes
El aumento del turismo no se traduce en ingresos. La restauración denuncia una caída del 20% en el primer trimestre de 2025.

Mallorca, uno de los destinos turísticos más emblemáticos de España, atraviesa un momento delicado en su sector de restauración. Aunque las cifras de visitantes no han dejado de crecer, los propietarios de bares y restaurantes denuncian una preocupante caída en sus ingresos. Según datos compartidos por la patronal de restauración CAEB, la facturación del sector se ha reducido hasta un 20% durante el primer trimestre del año en comparación con el mismo periodo de 2024.
El fenómeno ha sorprendido a los empresarios del sector. A pesar del flujo constante y creciente de turistas tanto nacionales como extranjeros, el gasto medio por cliente ha caído notablemente. “Parece que tenemos más gente, pero que gasta menos”, explica Juan Miguel Ferrer, presidente de la agrupación empresarial CAEB Restauración.
Ferrer alerta de que esta tendencia podría tener un efecto dominó en la economía local, ya que el sector hostelero es uno de los pilares del modelo económico balear. “Si la gente no consume en bares y restaurantes, toda la cadena se resiente, desde los proveedores locales hasta el empleo eventual”.
La zonas más afectadas
Los efectos negativos se perciben con mayor intensidad en zonas tradicionalmente turísticas como Playa de Palma y Puerto de Pollença, sonde muchos establecimientos han visto disminuir su clientela. Según los testimonios recogidos, uno de los motivos principales es la percepción de que los precios, especialmente los de productos populares como el vino o la cerveza, han subido de forma desproporcionada.
“Una pinta ya cuesta más que en Londres”, lamenta un visitante británico en redes sociales, afirmando que muchos turistas optan por comprar comida en supermercados o evitar directamente los restaurantes.
No todo es negativo. Hay áreas que han conseguido mantener, e incluso aumentar, su facturación. Es el caso de Portixol y la Plaza de España en Palma, donde las mejoras urbanísticas impulsadas por el ayuntamiento podrían estar atrayendo a un público con mayor capacidad adquisitiva. Ferrer considera que este tipo de iniciativas deben replicarse en otras zonas si se quiere frenar la desaceleración del consumo.
El Reino Unido advierte: “España atraviesa una crisis turística”
La prensa británica ha puesto el foco en esta situación. El diario Express ha calificado lo que ocurre en destinos como Mallorca de “crisis”, advirtiendo que los altos precios están alejando a los turistas de bares y restaurantes. Para el mercado británico, uno de los más fieles a las Baleares, esta percepción puede traducirse en cambios en los patrones de viaje.
“Mallorca se está volviendo demasiado cara y poco acogedora”, ha afirmado un turista de 30 años entrevistado por el medio británico. El comentario refleja una preocupación creciente entre visitantes, que no solo critican los precios, sino también la saturación y las restricciones que se imponen a la actividad turística.
La temporada alta está a la vuelta de la esquina, y los empresarios esperan que los meses de verano puedan compensar la caída registrada en los primeros meses del año. No obstante, el desafío está sobre la mesa: atraer, mantener y fidelizar a un turista que, cada vez más, compara precios y elige con el bolsillo.
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