Ni catafalco ni tres ataúdes ni báculo: el motivo por el que el papa Francisco ha renunciado a tres elementos clave en la liturgia católica
En su testamento especificó que quería un sepulcro sencillo, sin algunas de las tradiciones más arraigadas en la historia de los funerales de los obispos de Roma.


Durante su papado, Francisco ha sido uno de los pontífices más revolucionarios que se recuerdan por sus innovaciones y por haber renunciado a algunas de las tradiciones más arraigadas en la Santa Sede. Incluso su funeral, que tendrá lugar este sábado 26 de abril, será distinto a los que se han visto hasta la fecha, pues en su testamento incluyó algunas condiciones que rompen con la liturgia católica.
Y es que si echamos la vista atrás para recordar los entierros de anteriores obispos de Roma, como Juan Pablo II o Benedicto XVI, podremos observar cómo sus cuerpos se colocaron sobre un catafalco, una especie de plataforma adornada. Sin embargo, en este caso será diferente, pues el papa Francisco ha pedido que no se siga la liturgia de los tres ataúdes ni se utilice un catafalco en su funeral. También ha rechazado el báculo, un símbolo de poder papal.
Adiós a varios elementos tradicionales
Históricamente, el catafalco se ha utilizado en los entierros celebrados en la Santa Sede para simbolizar la entrega del cuerpo del Papa a sus fieles antes de partir hacia el cielo. Por esa razón se trata de una plataforma elevada y cubierta con telas muy decoradas que se coloca en el centro de la ceremonia.
Otra de las principales tradiciones en el funeral del Papa es la liturgia de los tres ataúdes. Se trata de un protocolo que indica que, cuando un obispo de Roma fallece, su cuerpo debe descansar sobre tres ataúdes distintos: el primero hecho de madera de ciprés, el segundo de plomo para ser sellado, y el tercero de roble para ser enviado a las Grutas del Vaticano
El papa Francisco ha rechazado ambos elementos, y por si fuera poco también ha renunciado al báculo papal, que es una insignia con forma similar a la de un bastón que representa la autoridad pastoral del Pontífice.
Por qué renuncia a estos elementos
En estos últimos años, el papa Francisco ha destacado por su humildad y simpleza, dos valores que estarán presentes hasta su funeral. Y es que en su testamento, el Sumo Pontífice pidió tener un sepulcro sencillo con la única inscripción ‘Franciscus’. En definitiva, quiere una ceremonia sencilla y discreta, sin excesos y en consonancia con la austeridad y humildad de su pontificado.
No habrá catafalco, y en su lugar el sepulcro se colocará en la tierra, sin decoración y abierto. Siguiendo con esta idea de celebrar un entierro sencillo, tampoco habrá símbolos de poder como el báculo ni elementos que llamen la atención.
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