Miles de personas sufren su apagón particular de repente y todos los dedos acusadores apuntan hacia las serpientes
Una serie inusual de cortes de energía ha dejado a miles de residentes en Estados Unidos sin servicio eléctrico, y el responsable no ha sido una tormenta ni un fallo técnico: han sido serpientes.
Los incidentes ocurrieron en distintos puntos del estado, donde la empresa suministradora —Duke Energy, una de las principales eléctricas de Estados Unidos— informó de tres cortes de electricidad en apenas seis días, según detalla el tabloide Newsweek. El último de ellos, en una subestación en el condado de Wayne, Carolina del Norte, tuvo una causa peculiar. Más de 5.000 hogares se quedaron sin suministro por culpa de una serpiente.
Y este no es el único caso en la tierra del Tio Sam. Días antes, en las localidades de Rolesville y Durham, también en el mismo estado, 17.000 personas sufrieron otro apagón debido a estos reptiles. ¿El motivo? al buscar calor o refugio, entran en o con equipos eléctricos críticos, activando automáticamente los sistemas de seguridad.
Un portavoz de Duke Energy, según Newsweek, explicó que, durante la primavera y el verano, las serpientes suelen acercarse a las instalaciones eléctricas, especialmente tras lluvias intensas o en busca de alimento. “Al hacer o con el equipo, sin dejar de tocar el suelo u otra superficie, cierran el circuito y disparan los mecanismos de protección, que cortan la electricidad para evitar daños mayores”, detalló.
Un accidente que es más común de lo que parece
Aunque pueda parecer anecdótico, los animales salvajes provocan cada año alrededor del 3 % de los cortes de luz en las regiones del sureste estadounidense, afectando a más de 160.000 s. Y entre ellos, las serpientes se han ganado una fama particular por su capacidad para trepar postes, muros e incluso transformadores, atraídas por el calor que emiten estos aparatos.
Los expertos advierten que este tipo de incidentes tienden a incrementarse en los meses más cálidos, y no solo en Carolina del Norte: se han reportado episodios similares en otros estados como Florida, Georgia o Colorado. La coexistencia entre infraestructuras modernas y fauna silvestre plantea un reto inesperado, peculiar, y no siempre fácil de controlar.
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