Imágenes satelitales revelan un megaproyecto chino secreto: es el mayor centro militar del planeta y desafía la seguridad internacional
Imágenes satelitales revelan una infraestructura de más de 400 hectáreas cerca de Pekín que redefine el equilibrio militar en Asia y preocupa a las potencias occidentales.

Imágenes satelitales recientes han sacado a la luz un ambicioso y hasta ahora encubierto proyecto militar chino: la construcción del que sería el centro de mando militar subterráneo más grande del mundo. Ubicado en las inmediaciones de Pekín, el complejo abarca más de 400 hectáreas y representa un hito tanto en escala como en sofisticación tecnológica.
La revelación ha encendido las alarmas en círculos diplomáticos y de defensa a nivel global. No solo por las dimensiones colosales del proyecto, sino por lo que simboliza, pues supondría la consolidación definitiva de China como una superpotencia militar decidida a proteger sus intereses a cualquier coste, incluso bajo tierra.
El corazón del complejo militar está concebido para albergar sistemas de defensa altamente tecnológicos, centros de comunicaciones encriptadas y capacidades de mando operativas incluso en situaciones extremas, como ataques nucleares o ciberconflictos. Se trata de una estructura pensada no solo para resistir, sino para seguir operativa en caso de guerra total.
Según fuentes especializadas, el proyecto estaría inspirado en la lógica de disuasión que caracterizó a las grandes potencias durante la Guerra Fría. Sin embargo, China lleva esta estrategia un paso más allá al integrarla en su doctrina de guerra híbrida, combinando capacidades militares convencionales, cibernéticas y espaciales.
Repercusiones regionales y temores de una nueva carrera armamentista
La escala de la instalación no es solo un gesto interno de defensa nacional, sino también un mensaje exterior. Países como Japón, India, Corea del Sur y Taiwán observan con inquietud cómo Pekín refuerza su presencia militar a un ritmo sin precedentes. Incluso Estados Unidos, que mantiene bases estratégicas en el Pacífico, podría verse obligado a reconsiderar su postura ante la creciente influencia china.
Expertos en relaciones internacionales advierten de que este tipo de desarrollos podrían acelerar una nueva carrera armamentista en Asia, obligando a otras naciones a reforzar sus sistemas de defensa y alianzas militares. “Este centro no es solo una instalación: es una declaración de intenciones”, asegura un analista del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS).
China ha justificado históricamente sus inversiones militares como medidas defensivas y de modernización. Sin embargo, el secretismo con el que se ha desarrollado este complejo subterráneo y su envergadura levantan dudas sobre su verdadero propósito.
El país asiático no ha hecho comentarios oficiales sobre el proyecto tras su divulgación a través de imágenes satelitales, pero su aparición coincide con una etapa de tensiones crecientes en el Mar de China Meridional, así como con las fricciones con Estados Unidos por Taiwán.
Este megaproyecto no solo plantea una cuestión técnica o táctica. También simboliza un cambio en la estructura del poder global. La inversión de China en infraestructura militar subterránea refleja su apuesta por una defensa autónoma, resiliente y prolongada, capaz de resistir presiones externas y responder a largo plazo.
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