Eugenio Recuenco: “Los mercados financieros se cargan totalmente la esencia del arte”
El fotógrafo artístico y cineasta madrileño repasa con el Diario AS su trayectoria profesional y los retos de la industria artística actual.

El arte es humano y el ser humano es arte. También está en todas las cosas y se puede materializar de muchas formas. Para un fotógrafo el lienzo siempre parte de la realidad, pero como a ella misma se le puede dar cierta perspectiva. Eugenio Recuenco (Madrid, 56 años) es un ejemplo de ello. Cineasta, fotógrafo, publicista, creador, pero sobre todo artista. Uno que ha tocado muchos palos y que ha dado alguna que otra vuelta al mundo. Sus proyectos han sido protagonistas en exposiciones en Berlín, París, Barcelona, Hong Kong, Bogotá, Nueva York…
De su inmenso repertorio profesional, que ocupa desde campañas publicitarias hasta fotografía de moda y cinematográfica, para él la serie fotográfica 365º es su obra máter. Un trabajo, compuesto de su número homónimo de imágenes, que tratan de avivar un sentimiento: nostalgia, angustia, alegría, desconcierto o revelación, podrían ser 365 emociones. Ahora, está inmerso en un nuevo objetivo, representar en “Mil y Una Noches” una multiplicidad de facetas y enfoques para forzar a nuestro yo consciente a crear imágenes congruentes a partir de fragmentos de realidad cotidiana y arte.

- El estudio es siempre especial para un fotógrafo. Tienes muchas referencias de tus obras por estas paredes. ¿Qué significa para ti este sitio?
- Es el lugar donde se terminan de dar forma a los proyectos. Aquí damos forma a todo lo que tenemos. Trabajamos mi mujer, Paz, que hace postproducción, mucha gente del equipo que se encarga de edición y demás asuntos, y yo por supuesto. También, tenemos una nave industrial en Arganda, que sirve más de estudio de realización. Pero donde se trabaja todos los días de nueve a nueve y se acaban gestando las ideas es aquí. Muchas veces sin resultados directos. Aquí hay veces que te tiras un mes entero currando todos los días y al final no sale nada. Eso es un poco lo peor, la parte comercial de este trabajo, la parte que te da de comer, que a veces es difícil de conseguir.
- Hay que equilibrar la balanza.
- Lo que pasa es que hay veces que la balanza se descompensa. La parte de llenar el trabajo siempre está abajo, y la del dinero es más difícil de nivelar. Es complicado equilibrar ambas.
- Aun así, tus exposiciones y tus proyectos han dado la vuelta al mundo. España, Reino Unido, Alemania, Estados Unidos, China… ¿Qué país falta por albergar las obras de Eugenio Recuenco?
- Bueno aunque parezca mentira faltan muchos sitios. El proyecto 365º estuvo por Extremo Oriente, por Hong Kong, Bangkok, Tailandia, Taipei… Y una vez iba camino a México, pero se nos cayeron los sponsors para llevarla allí. Así que posiblemente México sea un país para esto. Me apetece mucho. En Sudamérica, he tenido muchas menos exposiciones porque siempre han sido en Estados Unidos, aunque en Colombia también he tenido. En México me han hecho números especiales en revistas, pero bueno siempre es apetecible ir para allá y enseñar un poco más lo que hago. África es otra región que me gustaría, que siempre la tenemos abandonada. Además, aparte de lo que repercuta en cuanto a trabajo el hecho de trasladar una exposición allí, también es atractivo posibilitar a la gente, que normalmente no puede ver este tipo de cosas, el a esto y que puedan disfrutarlo. Entonces, algún país africano me gustaría, pero para que se haga realidad sí que no tengo ni idea de cómo hacerlo.

- El año pasado tuviste cuatro exposiciones abiertas al público, en Venecia, Berlín, Londres y Castellón, y algunas continúan. Ahora estás inmerso en tu nuevo y renovado proyecto “Las Mil y Una Noches” ¿Cómo pronósticas este 2025 profesionalmente?
- El 1 de enero lo veía fenomenal. A día de hoy lo veo regular. Regular, porque bueno, toda la parte artística es muy lenta. Este 2025, seguramente, será un año en blanco porque no podemos meter exposiciones en ningún sitio y no tenemos ninguna prevista. Y a nivel de ganarme el dinero para poder sobrevivir, el año empezó así como animado, pero sobrellevar la parte personal implica tener una nave que pagas, implica tener proyectos almacenados. Entonces, estamos un poco regular. En realidad no entiendo muy bien por qué. Sé que el mercado ha cambiado y que han bajado los presupuestos, y la gente una idea un poco equivocada de lo que supone trabajar conmigo. Yo siempre adapto la creatividad al presupuesto y a las necesidades del cliente. Y bueno, pues dependiendo del dinero siempre hay margen para crear algo bonito. Con una cámara y menos puedes hacer algo interesante, ¿no? Se tiene una imagen equivocada de lo que supone trabajar conmigo. Intento que delante de la cámara se vea lo máximo posible. Y eso algunas veces es para los intermediarios, no para el cliente final, que debería estar muy, muy contento con ello, un poco tocapelotas. Intentas que no se pierda el dinero y que se vea. Y eso no es tan fácil ahora.
- ¿Cómo llega a fin de mes un fotógrafo artístico?
- Pues llevando una vida más cercana a la que puede llevar un pensionista. Es decir, yo flipo cuando veo que hay chavales superjóvenes que los ves todos los días en sitios, cenando en restaurantes y no sé qué no sé cuántos. Y dices, hostias, yo llevo una trayectoria, llevo mil años currando y no me puedo permitir ese tipo de cosas. Pero bueno, se lleva. Dicen que te acostumbras, pero no te llegas a acostumbrar. Al final tienes una sobrecarga de trabajo porque cuando trabajas se te junta todo. Muchas veces se te vienen todos a la vez y no puedes decir que no, y cuando no tienes trabajo estás trabajando para intentar tener trabajo. Últimamente, lo llevo un poco con cierta desilusión de ver que todo lo que había pensado y que había sembrado no está dando su resultado.

“Un fotógrafo llega a fin de mes llevando una vida más cercana a la que puede llevar un pensionista”.
Eugenio Recuenco
- Pero llegan resultados igualmente.
Sí bueno, ya te digo. Al final, es entender el mercado. Uno que tiene una imagen un poco distorsionada de lo que de lo que es trabajar conmigo. Y luego cuando lo hacen de repente les gusta y ven que no era tan difícil ni tan complicado. Se piensan que estás en el mundo del arte, pero el mundo del arte es muy complicado. Para estar bien posicionado en el mundo económico del arte hace falta una buena obra, unos buenos amigos y gente por detrás que quieran hacer que eso, que eso que creas sea una forma de ganarte la vida. Y yo no tengo eso. No sé si tengo la obra, no tengo los amigos y no conozco a nadie que quiera apostar. Los artistas de ahora que explotan en el mercado, además de por méritos propios, han sido porque han tenido apoyos de sociedades y de grupos de inversión. Entonces, estas cosas a veces te hacen cuestionarte qué es el arte en el siglo XXI.
- Y continúas.
- Aun así continuo. Me quedan muy poquitos ahorros y tampoco sé otra forma diferente de vivir. Ahora hago más charlas, porque aunque parezca una tontería, pues te ayuda a pagar la luz y el gas, ¿no? Y bueno, pues en eso estoy, intentando tapar los agujeros con ese tipo de actividades que no me gustan, porque pienso que tengo todavía mucho que contar. Y bueno, pues en esos sitios muchas veces cuento cosas que me vienen bien para reflexionar sobre lo que he hecho. Pero cuando lo haces a menudo, te da una sensación ya de abuelete acabao’ que viene a contar batallitas.
- Has hecho fotografía artística, publicidad, cine, moda… De tu inmenso repertorio profesional, ¿qué campo te llena más tratar?
- Todo el que proporciona un reto. No me gusta hacer fotografías que ya me las sé. Me gusta que en cada curro, en cada proyecto que llega, meterme en un reto e intentar descubrir algo. Tengo un paracaídas de 25 años currando para tirar de él cuando nos equivocamos. Entonces, todo lo que te proporcione un reto es lo único que te mantiene activo. Pero vamos, que ahora me vale cualquier cosa, cualquier trabajo. Creo que con tiempo le puedes sacar provecho a cualquier cosa y proyectar lo que te interesa proyectar.
- Hablando de retos, en tu último trabajo, “Intimidades Desapercibidas”, consigues convertir datos en arte. ¿Cómo fue el proceso creativo de esas imágenes?
- Pues fue bonito porque al final me dejaron trabajar. Pikolin me contó un poco el estudio que habían realizado y me pidieron una colaboración. Pero una colaboración de verdad. Hoy en día la palabra colaboración está un poco desvirtuada. Al final las empresas acaban “colaborando” con artistas para que trabajen única y exclusivamente para ellos. Pero en este caso no fue así. Me dieron mucha libertad y confianza, y justamente cuando te la dan te vuelves mucho más responsable. En este proyecto, en vez de trabajar sobre un objeto o sobre alguna idea de marcas, ellos lo que demandaban era una exposición. Es decir, no querían fotos para Pikolin, querían fotos para una exposición que visualizara un estudio que no es meramente comercial si no que representa una labor sociológica.
- Un proyecto más artístico que comercial, ¿no?
Sí, con esto apoyan al mismo tiempo el arte. Yo creo que si esto (las fotografías) se hubiese hecho a nivel publicitario habría sido una casa normal. Con gente anodina en donde tú te puedes ver reflejado, pero que al final solamente refleja una parte muy específica de la sociedad. Salirse de la cotidianidad era el reto, crear algo en donde esas cinco fases que ocurren sean entendibles para todo el mundo. Que sean cercanas y se puedan comprender y proyectar. Y al mismo tiempo esté lo suficientemente alejado de la realidad, como para, siendo imágenes reales, el espectador no se pierda ningún detalle. Yo intento que todas las fotografías que hago, incluso cuando hacía moda, estén lo menos arraigado al momento contemporáneo donde se hacen las fotos. Si ahora se entienden, que dentro de 20 años también lo hagan.
“Intento que todas las fotografías que hago estén lo menos arraigado al momento contemporáneo donde se hacen las fotos. Si ahora se entienden, que dentro de 20 años también lo hagan”.
Eugenio Recuenco:

- En tu obra máter, 365º, te planteas y tratas de responder a la pregunta: ¿La edad me ha moldeado a mí o el mundo ha sufrido una transformación desconcertante y vertiginosa? ¿Cómo recuerda el Eugenio de hoy al Eugenio de ayer? ¿Cómo te ha moldeado la edad y el mundo en tu visión creativa y artística?
- Esto está muy condicionado al momento en donde se desarrolla el Eugenio de ayer ¿no? Todos los días es una pelea por intentar parecerme lo máximo a ese Eugenio. Esa pelea es no perder la ilusión después de todo lo que sabes y después de tantas cosas que te han hecho sentirte un poco defraudado a nivel fotográfico. El mundo ha cambiado mucho. Yo a nivel de fotografía la mitad de mi trabajo es en analógico y luego en digital. El cambio de paradigma ocurrió en el cambio de siglo a partir de esas torres gemelas. Y al cambiar el mundo, el mercado ha cambiado. Al recordarme de joven, tengo el reflejo de mi hija. Sigue un poco esa honestidad y ese querer aprender constantemente que creo que me caracterizaba cuando empecé en fotografía. Pero ahora vivimos en un mundo muy rápido, es todo fuego artificial. No se da tiempo a reflexionar. Ahora todo es negocio e inminente. Los éxitos son rápidos y caen también. Es muy difícil mantenerse ahí, y utilizan a las personas y su talento para hacer cada vez más dinero y rápido.
- ¿Crees que los mercados financieros se están cargando la esencia del arte?
- Se la carga y se la ha cargado totalmente. En España, los artistas jóvenes que más proyección tienen son aquellos que tienen grandes fondos de inversión detrás. Desde ese punto de vista, es complicado decir que el arte es independiente. Nunca lo ha sido, pero ahora es muy, muy, muy complicado que tu valía como artista sea por tu obra.
- En 365º, ¿cuál fue el criterio para las referencias, en qué te basaste para elegir esos momentos históricos, artísticos y culturales?
- Se debe más a impulsos. Yo empecé el 365º, a lo mejor con unos bocetos que iba haciendo y tenía 40 ó 50 ideas primeras para desarrollar. Así a lo largo de ocho años imagínate, muchas se han quedado sin poder hacer. El 365º son las 365 mejores fotos que hemos podido hacer, no las mejores que se podrían haber hecho. Me acuerdo que empezaba con cosas más etéreas o intangibles. Hay imágenes que hacen alusión a la alegría, a la esperanza, a diferentes emociones o sentimientos que quería transmitir.
- A la historia.
Eso es. Más adelante, empecé a introducir momentos históricos, quizás porque como cada foto era un día del año. Entonces te saltan hitos y efemérides y lo coincides. Al final es una visión de decir voy a tomar como base para hacer las fotos lo que he vivido yo. Un reflejo de 50 años, es decir, el arte que me ha rodeado o que he aprendido durante momentos históricos. Por otro lado, en cuanto a la realización para llevarlas a cabo, yo siempre digo que es más cercano al siglo XIX que al siglo XXI, porque todo lo que hay se hizo manualmente y se puso ahí. El cubículo, el vestuario, el atrezzo, todo colocado como se hacía antes ¿no?
- ¿Es tu proyecto con el que más te autorrealizaste?
- Hasta ahora sí, hasta ahora sí. Es el primero personal y grande. Antes, yo estaba haciendo diferentes proyectos pequeñitos que los fui avanzando mientras que empecé el 365º. Y este proyecto fue toda una experiencia. Hubo un momento en que casi nos ahogábamos. Cuando llevas 150 fotos y has preparado un mogollón de cosas durante tres semanas buscando, pidiendo favores, y disparas y te has llevado siete fotos en dos días… Dices esto nunca lo vamos a acabar. Entonces, aquellos pequeños trabajitos que iba haciendo dieron un poco de oxígeno a 365º, y a la vez han servido como piedras para empezar a edificar “Las Mil y Una Noches”. Que también llevará mucho tiempo: me va a llevar hacerla diez o doce años. Por lo que ahora estoy sacando las diferentes partes por separado. Porque no es sólo una cantidad de fotos, sino que una exposición que ofrece una experiencia concreta y centralizada en los que hay en las imágenes (puesta en escena, tipologías de foto, audios…). Eso es lo que hace muy grande a “Las Mil y Una Noches”.
- ¿Cuéntanos una anécdota de 365º?
- Pues por ejemplo, he tenido ofrecimientos cuando han conocido el proyecto de un par de personas conocidas que querían que les hiciera fotos. Una de ellas era Rossy de Palma, y yo al principio la fui dando largas porque no quería que centrase demasiado la atención. Que no opacara la idea inicial del proyecto en sí. Podría haber aportado una muy buena publicidad, pero el 365º tenía que dominarlo yo por encima del personaje y ella veía que podía ser demasiado su propio personaje que el que yo quería representar. Entonces se podría decir que rechacé a Rossy de Palma.

“Solamente se puede ser creativo cuestionándote las cosas”.
Eugenio Recuenco
- ¿Qué tres adjetivos definen a Eugenio Recuenco?
- Tozudo, honesto y curioso. Siempre en búsqueda de algo nuevo. Son tres cosas que me hacen luchar contra la edad. Mucha gente me pregunta, ¿cómo eres tan creativo? Respondo: solamente se puede ser creativo cuestionándote las cosas. ¿Por qué? Que es justo lo que hace un niño de cuatro años, ¿y por qué esto y por qué lo otro? De esta forma, no das por sentado las doctrinas establecidas y aprendes a separarte del pensamiento único. Y del pensamiento rígido que te forma la edad. Yo puedo entender ahora a través de los chavales cómo perciben o cómo van a percibir mis fotos. Y eso también te hace reflexionar sobre tu propia visión de las mismas.
- A esos chavales, que están empezando en la fotografía artística, ¿qué les dices?
- Lo principal como actor principal en la fotografía o en cualquier actividad, es aprender. Es decir, lo más interesante y la única satisfacción que te vas a llevar es llegar a tu casa y haber aprendido algo en tu trabajo. Aprender para sentirse autorrealizado. A mí nadie me ha enseñado a hacer exactamente lo que hago. Hay que equivocarse, equivocarse muchísimo, de forma consciente para aprender de los errores. Y eso se consigue con trabajo, ilusión y, sobre todo, descubrimiento. No hay que descubrir la fotografía. Tienes que ir descubriendo tu camino en la fotografía.
Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todo el deporte en un solo espacio: la actualidad del día, la agenda con la última hora de los eventos deportivos más importantes, las imágenes más destacadas, la opinión de las mejores firmas de AS, reportajes, vídeos, y algo de humor de vez en cuando. Si estás interesado en licenciar este contenido, pincha aquí.
Rellene su nombre y apellidos para comentar
Tu opinión se publicará con nombres y apellidos