Este peligroso insecto invade Francia: está colonizando poco a poco Europa y entró a través de España
Una especie invasora procedente de Sudamérica comienza a colonizar el sur de Francia, su picadura puede provocar alergias muy graves.

Europa se enfrenta a una nueva amenaza ecológica. En Francia, la Wasmannia auropunctata, más conocida como la “hormiga eléctrica” o “hormiguita de fuego”, ha comenzado a extenderse rápidamente en el territorio, y ha generado gran preocupación tanto en la comunidad científica como entre la población local. Originaria de América del Sur, esta diminuta pero peligrosa hormiga de apenas 1,5 milímetros no es potencialmente mortal para los humanos, pero sí para los animales domésticos y de granja.
Se ha detectado la presencia de este insecto en varias zonas del país galo, particularmente en el departamento de Var, en la costa mediterránea sa. Según relata el medio Mon Jardin, el descubrimiento más reciente se produjo en La Croix-Valmer, localidad próxima a Saint-Tropez, donde Frédéric, un propietario de segunda residencia, notó extrañas picaduras en sus hijos. Alarmado, ó con Olivier Blight, amigo suyo e investigador de la Universidad de Aviñón, quien confirmó la presencia de esta especie invasora. La hormiga eléctrica es conocida por sus dolorosas picaduras, capaces incluso de provocar reacciones alérgicas graves en humanos.
Una hormiga invasora que comenzó por España
La presencia de esta hormiga en Europa no es nueva. Fue avistada por primera vez en 2018 en la provincia de Málaga, concretamente en una urbanización en Marbella. En aquel entonces, los daños más notorios que causó la “hormiga de fuego” fueron algunos episodios de ceguera en animales domésticos como perros y gatos debido a su picadura. Sin embargo, su rápida expansión ha encendido todas las alarmas.
Esta especie se reproduce de forma clonal, lo que acelera su propagación y dificulta su control. Además, es capaz de formar colonias de hasta 20.000 individuos por metro cuadrado, desplazando a otros insectos y afectando gravemente los ecosistemas locales al eliminar fuentes de alimento para aves y reptiles.
El impacto económico también es considerable. En regiones como Polinesia y el estado australiano de Queensland, se han invertido decenas de millones de dólares en intentos de erradicación, sin éxito completo. En Francia, las autoridades ya están evaluando medidas para contener su avance, mientras la Unión Europea sigue de cerca la situación.
La comunidad científica insiste en la necesidad de actuar con rapidez. Se cree que la hormiga eléctrica ha llegado a Europa a través del comercio de plantas importadas, lo que subraya la importancia de reforzar los controles sanitarios en los puntos de entrada, hasta en objetos de decoración.
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