Elon Musk prestó casi seis millones de euros a una pareja para que compraran una casa: meses más tarde se convirtieron en sus okupas
El magnate aún sigue a la espera de que se formalice el desahucio de los inquilinos ilegales.
En 2013 el magnate multimillonario Elon Musk adquirió una prestigiosa mansión en Los Ángeles con un valor personal muy especial. Además de que la finca se encontraba en la prestigiosa urbanización de Bel Air, aquella mansión también era característica porque perteneció a uno de los actores favoritos del empresario, Gene Wilder famoso por interpretar papeles como Willy Wonka o Frankenstein. Wilder vivió en esa residencia hasta el año 2007 y cuando dejó la vivienda, dejó condigo una gran cantidad de objetos personales dentro de ella. Por tanto Musk, lejos de realizar esta inversión con fines inmobiliarios, el magnate adquirió la propiedad por 6,7 millones de dólares (5,9 millones de euros) con el objetivo de constituir la casa como un museo para rendir pleitesía al autor y que nadie más pudiera manchar su memoria. Sin embargo, la idea de Musk no terminó como había planeado.
La casa en honor a Gene Wilder
En el año 2020, siete años después de que Musk adquiriera la propiedad y sin ninguna intención de vivir en ella, decidió poner la mansión en el mercado en un arrebato que le impulsó a vender algunas de sus posesiones. Ahora bien, el legado de Wilder debía de seguir intacto por lo que el empresario ascendió el valor de la vivienda a 9,5 millones de dólares e impuso la condición de que la casa debía de mantener todos los rasgos característicos que recordaban a Wilder, por lo que era requisito indispensable que no se realizara ninguna reforma. Además, quedaba completamente prohibido deshacerse de objetos y bienes de la casa museo que caracterizaban tanto la propiedad.
La tarea de encontrar un comprador que estuviese interesado en adquirir la finca con todas estas condiciones parecía algo complicado, sin embargo al cabo de unos días de poner la casa en venta, apareció un matrimonio interesado que parecía reunir el principal requisito de Musk, mantener vivo el legado de Wilder. El hombre resultaba ser el sobrino de Gene Wilder, por lo que ó con el fundador de Starlink y Tesla para comenzar las negociaciones. No obstante, a pesar de que ambos bandos estaban acordes en no manchar la memoria de Wilder, el problema que tenía la pareja, era el dinero que el empresario pedía por la vivienda. Por tanto, Musk decidió realizar una de sus sorprendentes apuestas, y no sólo reduciría el precio sino que les prestaría una parte del importe.
La peor operación de Elon Musk
A Elon le convencía la idea de que fuera un pariente de Wilder quién se quedara con la propiedad por lo que decidió reducir el precio de compra a los 7 millones de dólares y llegó a un acuerdo con la pareja para financiar la casa y recuperar el dinero poco a poco. Sin embargo, a raíz de la pandemia la situación del matrimonio empeoró, provocando el retraso de muchos de los pagos correspondientes, lo que obligó a Musk a mandarles un ultimátum. En julio de 2024, la pareja decidió poner la casa a la venta por 12,5 millones de dólares y viendo que no conseguían venderla, redujeron el precio a 9,5 millones de dólares. Desde entonces, la casa aún no se ha conseguido vender, los inquilinos siguen en la vivienda y Elon Musk no ha recibido su dinero.
La historia no termina aquí, ya que seis meses después de que se iniciara el proceso de embargo, la casa fue retirada del mercado y su futura venta, sería aún más complicada. Además, el propio sobrino de Wilder firmó un acuerdo con Condado de Los Ángeles por el que se declaraba la propiedad como “legado histórico” y se prohibía cualquier tipo de reforma interior y exterior. Por tanto, este caso puede constituirse como el peor negocio de Elon Musk en toda su carrera empresarial.
¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí
Rellene su nombre y apellidos para comentar
Tu opinión se publicará con nombres y apellidos