Bendición ‘Urbi et Orbi’: origen, significado y traducción del latín de la oración del nuevo Papa

La bendición Urbi et Orbi es una de las expresiones más solemnes y significativas del pontificado católico, cargada de historia, simbolismo y alcance espiritual.

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¿Qué significa Urbi et Orbi?

La locución latina Urbi et Orbi se traduce literalmente como “a la ciudad (de Roma) y al mundo”. Ambos términos están en dativo singular: urbi proviene de urbs (ciudad) y orbi de orbis (mundo), indicando a quién va dirigida la bendición.

Esta fórmula refleja la doble función del Papa: como obispo de Roma y como líder espiritual de la Iglesia católica en todo el mundo.

Origen histórico

La expresión tiene raíces en el Imperio Romano, donde se utilizaba en proclamas oficiales dirigidas tanto a la ciudad de Roma como al resto del imperio.

Con el tiempo, la Iglesia adoptó esta fórmula para subrayar el carácter universal de ciertos actos papales, especialmente la bendición impartida en ocasiones solemnes.

¿Cuándo se imparte la bendición?

Actualmente, la bendición Urbi et Orbi se pronuncia en tres momentos clave:

• El Domingo de Pascua
• El día de Navidad (25 de diciembre)
• Tras la elección de un nuevo Papa, como primer acto público desde la logia central de la Basílica de San Pedro.

En estas ocasiones, el Papa se dirige no solo a los fieles presentes en la Plaza de San Pedro, sino a todos los católicos del mundo, extendiendo su mensaje de paz, esperanza y unidad.

El significado en latín de la oración

La bendición incluye una fórmula tradicional en latín. Una parte representativa es:

Sancti Apostoli Petrus et Paulus, de quorum potestate et auctoritate confidimus, ipsi intercedant pro nobis ad Dominum. Amen.

Que se traduce como:

Los santos apóstoles Pedro y Pablo, en cuyo poder y autoridad confiamos, intercedan por nosotros ante el Señor. Amén.

Esta invocación destaca la continuidad apostólica y la intercesión de los pilares de la Iglesia .

Significado espiritual y teológico

La bendición Urbi et Orbi no es solo un acto ceremonial; tiene profundas implicaciones espirituales. Cuando se recibe con las disposiciones adecuadas —confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Papa—, concede la indulgencia plenaria, es decir, la remisión total de las penas temporales por los pecados perdonados.

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